— JungKook.—La voz de Jessica me sacó del profundo sueño que estaba teniendo— JungKook, hay visitas. Ven a tomar desayuno porque no has comido desde el jueves—¿Comer? ¿quién necesitaba comer? es más, ¿visitas a las nueve de la mañana un día sábado?. No tenía ni la mínima intención de levantarme.— JungKook, hay que hablar de algo importante, por favor levántate.—En ningún momento intentó abrir la puerta para invadirme así que opté por obedecerle. Tiré las tapas hacia atrás y no me molesté en cambiarme la ropa de dormir. Bajé perezosamente y vi un chico muy pálido sentado en el sillón. Él miró divertido.
— ¡Jessica! Tu hijo acaba de bajar.
¿El chico acababa de decir “tu hijo”?
— ¡YoonGi! No seas bocón.—podía notar qué estaba nerviosa— JK, ¿podrías sentarte?.—Asentí el silencio y me coloqué en la silla que se encontraba al frente del sofá.
— Cómo parece que a Jess le comieron la lengua los ratones me presentaré yo mismo—el joven se acomodó en el asiento— Soy Min YoonGi, el hermano menor de Jessica.—me extendió su mano y repetí el acto— Tengo veintiséis años y soy detective privado.
— Un gusto YoonGi.—¿Por qué había un detective en mi casa?
— Si gustas puedes llamarme tío YoonGi, tesoro.—mi asombro crecía cada segundo, miré a Jessica pero no recibí ninguna acción de su parte.
— Vamos a ver Jess, le dices tú o le digo yo.—codeó a su hermana. Ella se encogió de hombros.
— Vamos a comenzar JungKookie. Estarás cuestionandote por qué hay un detective medio loco en el living de tu casa y la respuesta es simple—sacó unos papeles de quién sabe donde— Eres el hijo legítimo de Jessica.—cuando YoonGi dijo eso Jess dió un salto y no quiso verme a los ojos. Yo estaba asustado.
— ¿Qué?
— Eso pues, eres el hijo sanguíneo de mi hermana.—el chico decía las cosas con tanta ligereza que aterraba.
— Eso es imposible.
— Te contaré una historia cariño. Había una vez una chica que tuvo un bebé a los veinte años, el hermano menor estaba muy entusiasmado porque iba a ser tío a los nueve años. El niño había nacido medio débil, así que apenas nació lo llevaron a una incubadora. El único detalle qué pudo captar la joven sobre su bebé, era un precioso lunar en el labio del chiquitín. Pasaron las semanas en la UCI pero nunca le entregaron al bebé ya qué una loca señora lo había robado—tomó aire— ¿Vas captando la idea JungKookie?—me miró con una sonrisa en los labios.
— Yo...
— Bien, no digas nada aún—continuó su relato.—El padre de la chica era detective y estuvo buscando a la ladrona por años pero no pudo encontrarla nunca.—no me había percatado de que Jessica estaba llorando.— El hermano menor de la chica creció odiando a la ladrona y prometió a su hermana que encontraría a su hijo, así que se convirtió en detective a la edad de veintitrés años.—YoonGi se detuvo. Jessica levantó la cabeza, tenía los ojos rojos.
— Seguiré yo—tragó saliva— Su esposo la dejó porque la culpó del incidente. Luego ella conoció a un jovial enfermero del cual se enamoró perdidamente. Resultaba que el señor tenía un hijo, con un lunar en su labio. Ella lo odió con el alma, ya qué no podía permitir que alguien más tuviese ese lindo detalle facial. Al comentar ese hecho con su hermano menor, comenzó una investigación, que terminó hace unas semanas dando una noticia impactante.—YoonGi abrazó a su hermana.—¿Entiendes el punto JungKook?
— No puedo creerlo.
— Lo siento—Jessica se levantó del asiento para darme un abrazo— Perdóname por todas las cosas que te dije Kook—estaba llorando y por alguna razón eso quebraba mi corazón— Quiero que comencemos de nuevo.—mi tío miraba la escena enternecido— ¿Tú quieres?
—Claro qué si, mamá.
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