༺ One ༻

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– Kaneki, tengo miedo. Esto puede ser peligroso... –dijo aquella pelinegra con notable preocupación.

– ¿Miedo? –el albino le sonrió.– ¿Desde cuándo tú sientes miedo?

– ¡No bromees ahora, baka! Estoy hablando en serio –le regañó con un nudo creciendo en su garganta.

– Tn... –se acercó a ella tomándola de los hombros.– No te preocupes...todo saldrá bien –acarició su mejilla.– Tú quédate aquí y espérame. Volveré, lo prometo –la besó.

[...]

Kaneki besó la frente de su amada y tomó su máscara para salir del edificio. Tn quedó en silencio mirando hacia las escaleras de aquella terraza, las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.

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.

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[½ año antes]

La noche había caído en Tokyo, y una de tantas cafeterías cerraba ya sus puertas al público, aquella llevaba por nombre: Anteiku.
Touka, una joven ghoul peliazul, terminaba de limpiar las mesas; Irimi, una ghoul de cabello castaño oscuro, terminaba de barrer el suelo; Koma, un ghoul castaño claro, limpiaba la barra; y Kaneki, un medio ghoul artificial, llevaba algunas cosas a la bodega. El jefe del lugar, un viejo ghoul de nombre Yoshimura, acomodaba las tazas y platos tras la barra con una leve y cálida sonrisa.
La puerta de la cafetería se abrió, llamando la atención de todos.

– Lo sentimos, pero ya ce... –Touka calló y frunció el ceño.– ¿Qué haces aquí? –preguntó disgustada.

– Que forma tan amigable de dar la bienvenida a un cliente –se burló aquella joven desde la puerta.

La joven dio unos pasos ingresando al local. Ella era un ghoul, bella, de piel pálida, cabello largo color negro y ojos noche, llevaba una chaqueta negra de cuero, jeans ajustados negros y rotos, y un par de botas de igual color. Su rostro era adornado por una sonrisa burlona y en una de sus manos llevaba un cigarrillo.

 Su rostro era adornado por una sonrisa burlona y en una de sus manos llevaba un cigarrillo

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– ¿Dónde está? –preguntó.

– No sé de qué hablas –respondió la peliazul.

– Sabes a qué me refiero, conejita –rió. La contraria frunció más el ceño.

– Él no está aquí –respondió el mayor.

La joven pelinegra miró a aquel hombre que permanecía serio tras la barra. Dudó unos segundos y, finalmente, frunció el ceño mientras chasqueaba la lengua.

– Volveré a buscarlo más temprano entonces –arrojó lo que quedaba del cigarrillo al suelo y, tras pisarlo, dio media vuelta saliendo de local y desapareciendo en la noche.

Todos suspiraron. El pelinegro salió de su escondite y miró al veterano.

– Jefe Yoshimura –llamó.– ¿Ella era...?

– Sí –respondió el viejo hombre.– Ella es la chica que Aogiri mandó a buscarte.

[Árbol Aogiri]

La chica de negro ingresó a la guarida de la organización, a una sala donde, en un sofá, se encontraba sentado un ghoul de túnica blanca con una máscara roja que cubría su rostro desde la nariz hacia el mentón.

– ¿Y bien? –preguntó aquel ghoul de expresión seria.

– Él está ahí, lo vi desde afuera, pero cuando entré lo ocultaron –dijo ella.

– Entiendo. ¿Qué hay de Rize?

– Ella no está allí. Estoy más que segura de que ella fue la víctima del accidente de las vigas, y supongo que ahora está muerta.

– Ya veo. Buen trabajo, Tn. Puedes irte.

– Gracias –sonrió y se fue de aquella habitación.

 
Días después, en Anteiku, Yoshimura y Yomo, un hombre de confianza para el veterano, irían a un viaje por otro distrito, por lo que el local quedaría a manos de sus empleados: Touka, Kaneki, Irimi y Koma. Antes de irse, el anciano advirtió a sus dos jóvenes empleados.

– Tengan cuidado, Aogiri podría aparecer en cualquier momento por Kaneki.

– Yoshimura-san, esa chica que vino aquella noche... ¿Es muy peligrosa? –preguntó el pelinegro.

– Esa chica es uno de los ghouls más buscados por el CCG.

– Ella ha matado a más humanos y ghouls en una semana que Rize en un año –dijo la peliazul.– Estaá loca.

– ...Comprendo.

– En fin, solo tengan mucho cuidado, no sabemos bien qué quiere Aogiri con Kaneki, pero es mejor no averiguarlo en carne propia y ser precavidos. Cuídense.

El viejo hombre se despidió de ambos jóvenes y se fue junto a su compañero.

  
En los días que pasaron, una misteriosa presencia asechó a Anteiku y, uno de esos días, mientras Kaneki hablaba con Banjou, un ghoul que había llegado buscando a Rize para advertirle que Aogiri la buscaba, dos jóvenes ghouls entraron rompiendo las ventanas de aquella habitación del segundo piso. Uno de ellos era Ayato, un joven ghoul peliazul de 14 años, y la otra era la ghoul que anteriormente había visitado la cafetería por la noche, Tn, una problemática ghoul de 19 años.

Abused 🚬 Ken KanekiWhere stories live. Discover now