༺ Eighteen ༻

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Al estar listos, los tres fueron a la firma de libros de la gran Takatsuki Sen.
Llegaron y había mucha gente esperando ya, sin embargo la escritora aún no había llegado.
Unos minutos después Takatsuki llegó, susurrando que llegaba tarde; al sentarse miró a todos y pidió disculpas por tardar. La fila para la firma comenzó a avanzar. Tocó el turno del trío.

– Oh pero que linda familia –rió

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– Oh pero que linda familia –rió.– ¿Pero no son muy jóvenes para ser padres?

– Realmente no somos sus padres –dijo Kaneki.

– No digas tonterías –rió.

– ¿Qué haces vestida de rosa, Tn? –rió.

– ¿Te gusta? Fue un regalo de un amigo.

– Me agrada, te sienta bien –sonrió.

– Ah... ¿Se conocen? –preguntó Hinami.

– Sí –sonrió.

– Tn es una vieja amiga –dijo Takatsuki.– Por cierto, lindo cabello, ¿Tú lo teñiste? –habló a Kaneki.

– Eh no, mi cabello es así.

Luego de una charla sobre los libros de Takatsuki y que la escritora firmara un libro a Hinami y otro a Kaneki, los tres se despidieron de ella, yéndose.

– No sabía que conocías a Takatsuki Sen, Tn-chan.

– Sí, la conocí hace unos años –sonrió.

Los tres fueron por un café. Más tarde volvieron a casa.

Por la noche, Tn regresó a su departamento.

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Aquella tarde, Kaneki había ido al departamento de su novia. Ambos estaban recostados en la cama tras haber tenido relaciones.

– ¿Qué harás ahora? –preguntó ella, acurrucándose en el pecho de él mientras fumaba

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– ¿Qué harás ahora? –preguntó ella, acurrucándose en el pecho de él mientras fumaba.

– No lo sé –susurró jugando con los oscuros cabellos de la fémina.

– Kanou está en Aogiri...y la chica que ustedes intentaron secuestrar está muerta.

– ¿Muerta?

– Tatara la mató.

– Ya veo.

– Debes pensar qué harás ahora.

– ...Creo que...investigaré un poco y veré qué hacer.

– ¿Investigar?

– Iré con Uta.

– Oh entiendo –apagó el cigarrillo.

– Iré mañana. ¿Irás conmigo?

– Tengo encargos que hacer en Aogiri, pero podemos vernos luego.

– De acuerdo. Te llamaré cuando termine entonces.

– Bien.

El silencio se hizo presente, era un silencio reconfortante para ambos, no necesitaban palabras para amarse.

– Ken...Gracias –susurró.

– ¿Hm? –la miró.– ¿Por qué?

– Por... –sonrió levemente y lo miró.– Por sacarme del infierno...

– ... –sonrió.– Gracias a ti.

– ¿Por qué?

– Por rescatarme.

Ella sonrió.

– Te amo.

– También te amo.

Kaneki la besó, Tn correspondió gustosa. Volvieron a acurrucarse, pues mientras se abrazaban el tiempo era eterno.

– Dicen que...todo demonio siempre saldrá del infierno...en busca de un ángel... –susurró aquélla pelinegra.

– Y, es que...todo ángel...necesita un demonio...que le invite un café... –susurró el albino.

– Tú eres mi ángel caído...Ken Kaneki.

– Y tú mi dulce demonio...Tn.

Ambos sonrieron, mirándose a la misma vez.

Abused 🚬 Ken KanekiWhere stories live. Discover now