-23-

793 95 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus labios eran tan suaves, cálidos como me los imaginé.

Su delicado beso me llevó a las nubes, era un sentimiento que jamás había sentido pero que jamás quería dejar de sentir.

Su boca se movía lentamente con la mía. Aunque estaba disfrutando esto muchísimo, mi cuerpo parecía no querer moverse, estaba congelada. Lo único moviéndose era mi boca con la suya, pero yo no estaba tocándolo como él lo hacía con mis mejillas.

Él sonrió durante el beso, lo que me causó ternura.

-Puedes tocarme, no voy a morderte- susurró despegando sus labios de los míos cuando ya estaba juntándolos de nuevo

Tímidamente mis manos se apoyaron sobre su pecho, sintiendo su gran musculatura y su corazón latiendo rápidamente. Comenzaron a subir por sus pectorales hasta juntarse con delicadeza tras su nuca, él respondiéndome el gesto bajando sus manos de mi rostro para entrelazarlas en mi espalda.

Abrí un poco más mi boca para poder besarlo aún más y Sebastián aprovechó para rozar su lengua delicadamente con la mía. Lo que hizo me sorprendió; nunca había besado a nadie, o por lo menos no de esta manera, pero lo que acababa de hacer se sintió de maravilla. Quería que lo hiciera de nuevo.

Volví a abrir la boca como lo había hecho antes y en efecto, su lengua volvió a juntarse con la mía causando un gemido de mi parte. A diferencia de antes, no cerré la boca y pude saborear sus labios aún más.

Mi cuerpo estaba en llamas aunque el beso aún fuese tímido e inocente. Podía sentir cada parte de mi cuerpo, cada lugar que sus manos acariciaban se sentía mil veces más sensible.

Una voz se escuchó detrás de mi puerta y mi reacción fue apretar los cabellos de la nuca del hombre al que estaba besando.

-Catalina, en unos segundos debes salir, ¡apúrate! - dijo la vos de Adelyn

Quejándome me separé de esos deliciosos labios y luego de un momento abrí los ojos. Él se encontraba mirándome con una sonrisa nostálgica.

-Debe ir a casarse- murmuró mirando hacia abajo, aún con sus manos en mi espalda

Levanté su mentón con la punta de mis dedos y lo obligué a mirarme a los ojos.

-Tú- dije

-¿Qué?- frunció el ceño

-Tú eres el hombre al que quiero- dije acariciando su mejilla

Cerró sus ojos al sentir mi tacto y tomó mi mano en su mejilla para apretarla. Abrió los ojos y llevó mi mano a su boca para darle un cálido beso.

Sin decir nada soltó mi mano y se fue de mi cuarto dándome una última mirada.

Solté todo el aire que había estado reteniendo y mi mano voló hacia mis labios, tocándolos, sintiendo todavía la presión que los labios de Sebastián le hicieron a los míos.

Giré sobre mis talones y me observé. Ahora mis ojos tenían un brillo que antes no tenían, mis mejillas estaban enrojecidas y mis labios enrojecidos contenían una sonrisa imborrable.

-¡Catalina!- volvió a gritar Adelyn, ahora con la puerta abierta

-Voy, voy- dije exaltándome y caminando hacia ella

Besos xo

RoyalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora