Capítulo 1.

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Ya había pasado 100 años humanos desde la gran perdida del bosque negro, refiero a la amada esposa del Rey Thranduil, madre amorosa del pequeño Legolas  y altruista majestad. 360 mil días lloro en silencio, mi señor se había negado a recibir cualquier tipo de consuelo u/o ayuda espiritual, el creía que si su perdida dejaba de doler  también dejaría de amar a su difunta esposa. A pesar del luto latente, el reino continuaba luminoso gracias al pequeño príncipe Legolas, él único que podía  minimizar el mal genio de nuestro Rey.

[...]

_¡¿Puedes creerlo Borag?!… ¡Elrond vendrá hoy, precisamente hoy, el día en que hace una centena perdí a Elros, ni estipulando mi profundo dolor en una extenuante carta no a cedido mi petición!.

_Mi señor… ¿ya cuántas veces a denegado las visitas de Sir Elrond?, sabe que se a cansado de sus pretextos, después de todo es tío del pequeño príncipe.

_¡Me niego, Borag!…  Legolas no necesita las visitas de nadie, aquí es feliz y no le falta nada de nada.

Era verdad, a Legolas no le hacía falta nada inclusive en ocasiones era consentido de más por Thranduil, aunque, no se descartaba la estricta educación que impartía sobre él.

_Piensa demasiado las cosas, mi señor, ya verá que tendrá que pasar otros 100 años para que Sir Elrond sienta la necesidad de ver a su sobrino nuevamente.

_¡Pues ojala y no vuelva nunca!

Tratar con un Rey inflexible es lo suficientemente agobiante. Cuando niño, su riguroso padre quiso cambiar su mala actitud a base de golpes  y castigos, Thranduil a pesar de esa severidad amaba y admiraba a mi antiguo señor, Oropher, sin embargo no funciono del todo y al llegar a la pubertad había empeorado de una primavera a otra.

[...]

_¿Mi señor...?

_Adelante Eodwen.

_Mi señor, Sir Elrond a llegado… lo han echo pasar al jardín donde lo espera ahora mismo.

_Borag  adelantate, en un momento más estaré con ustedes.

Sabía que su propósito era hacerlo esperar, tardaría mucho más  de lo diplomático para  exasperarlo y burlarse en su presencia por su logro, algo infantil quizás pero también común en él.

[...]

_En un momento se reunirá con nosotros el Rey Thranduil, Sir Elrond…

_y, ¿el príncipe Legolas?

_En sus aposentos, terminando su lectura matutina.

_La ultima vez que lo visité era aun un bebé, tenía la sonrisa de su madre, mi querida hermana… cuanto la he echado de menos.

_Estos jardines fueron construidos a honor a mi señora Elros, Thranduil le recita un poema cada día.

_He traído sus flores favoritas, se que no se dan aquí… le haría muy feliz al igual que los poemas de Thranduil.

_Haré en seguida que las adornen y planten en su tumba…

_No hace falta, Borag, es una actividad que anhelo realizar...

Después de la breve charla y por orden de Thranduil, le ofrecí vino de la propia reserva del rey. Fue seleccionado por mi señor especialmente para Sir Elrond, por supuesto que quería dar una buena impresión, le gustaba mostrar lo mejor de lo mejor de su reino, y por ende se luciría con su vino, el más fino que cualquier otro pudiera cosechar.

"Los secretos del indubitable Thranduil"Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang