Capítulo 3

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Hades:

Recibir una carta de Zeus nunca es algo que agrade a Hades, ese tipo siempre se las da de superpoderoso. Todos piensan en él como en el dios más grande y en verdad es el que menos hace, después de Dionisio.

Hades prefería quedarse otro siglo más en el inframundo antes que tener que volver al Olimpo para una reunión de dioses sin ningún sentido. Por desgracia, Thanatos le obligó a marchar hacia allí.

- Buenas noches Artemisa.

La niña con la que tantas veces había coincidido en la superficie le sonrió antes de estrechar su mano. Hacía tiempo que no veía a la niña, quizás por eso pensó que aquella no podría ser una reunión tan aburrida como las que él tanto deseaba.

El olimpo no era más que una palacio situado en las alturas. Un homenaje a lo extravagante. El templo imitaba los órdenes griegos de siglos pasados, teniendo doce grandes asientos alrededor de un fuego vivo y cálido. Trás esos asientos, un centenar dedicados a las deidades secundarias, que pocas veces hacían aparición en esos eventos.

El trono de Zeus imitaba las nubes sobre las que se sostenía el olimpo, a su lado descansaba el rayo maestro.

A su izquierda, Poseidón había sido menos sutil, dos grandes criaturas marinas estaban grabadas en los laterales. El agua circulaba en espiral bajo sus pies, dándote la sensación que te tiraría hacia el mundo mortal si osabas intentar sentarse sobre él. Su tridente no estaba, era una de las cosas que ese viejo siempre llevaba consigo.

- Hola Calavera- Hades consiguió no girarse cuando Dionisio pasó por su lado palmeando su hombro- ¿cómo van los muertos?

Dioniso cambiaba su forma con frecuencia. Aquel día era un joven atlético de pómulos sonrojados que zarandeaba su bolsa de vino de un lado a otro. Tenía el pelo tan rizado que su corona parecía levitar sobre su cabeza.

- Dionisio.

El joven corrió empujando a más dioses hasta lanzarse sobre su trono. Un simple sillón blando con una fuente de vino al lado y un bol con uvas. Zeus hizo bien en colocarlo al lado contrario que Apolo.

- Empecemos- el trueno de voz de Zeus se propagó por la sala mientras él irrumpía en la misma.

Hades tomó el asiento a la derecha de Zeus. Un simple trono de ébano. En comparación con los de los otros dos primeros dioses, él parecía modesto y oculto entre las sombras.

- Bienvenidos todos a mi humilde morada.

Apolo y Artemisa ocultaron sus risas ante tal mentira. Los gemelos permanecían en lados contrarios al círculo pudiendo mirarse libremente y calentar sus pies con el fuego. Ambos mostraban los cielos en los que trabajaban. De tal forma que Artemisa parecía flotar con las estrellas, y Apolo cabalgaba sobre un cielo despejado y de sol iluminado.

- ¿A qué se debe esto Zeus?- la voz cansada de Hades pereció marcar el final de un montón de conversaciones paralelas.

- Tranquilo hermanito, solo os he reunido para presentaros a alguien.

Todo el círculo miró a Hera, la mujer de Zeus, con una ceja alzada. No eran desconocidas las aventuras del dios, pero la diosa de los hogares jamás había permitido que su marido presentara a una de sus amantes al público.

La mujer seria que permanecía a la izquierda de Poseidón se levantó con dignidad y dio dos palmadas al aire, haciendo que todos callaran nuevamente.

- Lo que mi marido ha querido decir, es que Demeter tiene que presentar a alguien.

Si la sala ya estaba confundida antes, ahora ya parecían verdaderamente desconcertados. La diosa de la agricultura ni siquiera estaba presente. Y la última vez que el olimpo supo de alguno de su romances, fue cuando el querido Poseidón la violó.

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⏰ Last updated: Sep 16, 2019 ⏰

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Dioses del olimpoWhere stories live. Discover now