Capítulo 8

3 1 0
                                    


Amaneció, el sol me dio los buenos días, empezó por las montañas y solo siguió, Recordé el mandato del día anterior ''No hagas ruido al irte''. Y de las pocas cualidades que tengo sumisa no está en ellas. Agarre la bandeja con el vaso de leche vacío, me hizo pensar en que se levantó en la madrugada y bebió la leche, la tetera también está vacía, así que voy ligera. Abro las persianas dejando que la luz venza a la oscuridad y a pasos rápidos al salir dije muy fuerte

-Que pase muy buenos días su majestad!

Y avente la puerta tanto como pude, los guardias, muy guapos por cierto, me desearon buenos días. Me sentí muy orgullosa de mi misma, ya era hora e darle su merecido al engreído ese.

Ahora sí que estaba hambrienta.

Busque a Tim, cuando llegue a la habitación, el todavía dormía, y una gran tranquilidad llego a mi nada malo había pasado. Y el pequeño roncaba como un león, aliste su ropa y entre a la ducha, al mirarme al espejo tenía unas ojeras horribles, no sé cómo ni porqué Kyle no salió huyendo cuando me vio. Había un jabón de miel y avena que destilaba un aroma en mi piel riquísimo.

Levante a Tim, quien se sorprendió al verme, se cambió y de allí directo fuimos al salón e la servidumbre donde había una gran mesa repleta de comida que aromatizaba el lugar. Al parecer Tim, tenía mucha hambre porque de poco no se le ha salido baba cuando vio que servían hotcakes con miel, jugo de naranja y me han sorprendido con postre, me sentía como de la realeza un postre!, tarta de fresa.

A las 9:00 am nos llamó la jefa, descubrí que su nombre es Carmen, descubrí también que se sirven postres porque nuestros maravillosos chef hacen mucha comida de más y que le sobran toneladas de lo que queda de la comida para la ''familia'' real.

La tal Carmen nos mandó a hacer una fila con todas las sirvientas y empezó a preguntar por utensilios perdidos. Quien por su santísimo color se llevaría utensilios o algo en un palacio lleno de guardias, podré ser muchas cosas pero ladrona nunca.

Nos interrogó una por una desde Ashley hasta Gemma y de Sandra hasta por último a mí.

-Muy bien iré al grano, busco un cuadro de inmenso valor, 18.000 coronas aproximadamente, un Jarrón Jade con un valor sentimental que llega a las nubes, y por último pero no menos importante una lámpara traída por la reina de su último viaje al lejano oriente. Sabemos que eres pobre, tus padres murieron y tu hermano trabaja en tu pueblito natal, tal vez lo robaste para sacarte de aquí o para enviárselo a tu hermano, vamos responde.

-No robe nada señora.

-Si cooperas no seremos crueles con el castigo.

-No hice nada, y si ya terminamos me gustaría seguir con mis labores.

-Cuida tu boca castaña, o iras directamente a trabajos forzados niña, solo piensa antes de hablar. Y si nos das nombres te podremos ayudar.

-Créame no tengo ni la más mínima idea.

-Como no quieres cooperar no tengo más opción señorita y no diga usted que no se lo dije. Ira a la planta más baja con las otras de su grupito, y además ayudaran con el establo.

Al bajar estaba todo hecho un desastre, que habrá pasado ni idea. Éramos 5 chicas, Jin una niña de lo más mona con un aire a lo más oriental, la otra era muy grande con una gran semejanza a una pared esta era de Norta, Mabel de Sur, Jenny del occidente de Angora, y Willow que era extranjera. Todas limpiando con calor, caracteres distintos asi que cuando la presión empezó a subir no me extraño en nada. Y aún faltaba mucho que limpiar. Jenny empezó a hablar de cómo era su vida en occidente y como llego aquí.

-Creo en el destino y se estoy acá e por obra de esa causa-menciono Jenny.

-Yo no, eso de que hay una fuerza misteriosa y el que estamos aquí es nada más y nada menos que el producto de nuestras decisiones- grita Willow.

-Creo firmemente en que tenemos una misión en nuestra vida y solo hay que descubrirla-dice Jin.

-Hey destino, nos retrasas con tu palabrería, además limpias horrible mira todas las manchas que dejas- mire a mi alrededor y hacia donde dijo Mabel que había manchas, si pequeñas betas marrones a su paso dejadas por Jenny- si no nos mata el calor, nos mataran tus boberías.

-Yo puedo decir lo que yo quiera, cara e rata- exclamó Jenny que no termino bien el insulto cuando Mabel la agarró por el pelo y la batuqueo tirándola al piso.

-Eso es para que aprendas a respetarme.

Jin con una fuerza que no creí que tenía se le encimo a ella, yo trate de separarlas pero en menos de 20 segundos ya las se estaban peleando.

Parecen animales –grite desde lo hondo de mi ser.

La gota que derramó el vaso, Mabel con un golpe en esófago derribó a Jin y se acercó a mí, le grité a Willow que pidiera ayuda pero no me dio la voz cuando Mabel me agarro con un jalón el cabello, y no tuve más opción de darle un codazo en la nariz para que me soltara. La bravucona empezó a sangrar, pero aun asi no paro, me dio a puño cerrado un golpe en el ojo que obstinada es esta chica, la cabeza me retumbó, el segundo golpe lo di yo, tal como me enseñó Ryan en toda su linda cara morena, intentó darme pero no pudo, no la deje dándole una patada que la tiró de inmediato, tal y como un árbol. La jefa llegó en mal momento vio como patee a Mabel y lo ensangrentada que estaba, me arrastró hacia afuera de la planta baja.

-No quieres cooperar, peleas sin siquiera limpiar! No me dejas más opción pasarás la noche en una celda del palacio, sin comer.-por más súplicas y perdón que pedí, nada sirvió.


Tras esos ojos cafesWhere stories live. Discover now