Capítulo 11

4 1 0
                                    



Desperté en la habitación de Carin, muchas flores a mi alrededor, pero ahí estaba la chica rubia y una más niña, las dos con trajes blancos cual nieve, pero la rubia se ha manchado las mangas de sangre. Estará bien, no ha de ser de ella, no le veo herida alguna.

Abrí mis ojos bien grandes y al girar mi cabeza, ahí estaba Carin, tomaba mi mano. Volví a ver todo negro.

-Oye Sam, despierta dormilona –susurro.

-Que!- dije con rabia, muchos recuerdos vinieron a mi mente.

-Oye al fin despertaste, me distes un buen susto horrible, creí que te perdería.

- Y si me pierdes que pasa, me puedes remplazar más rápido que un suspiro, con una rubia de curvas perfectas –hablaban los celos.

-Hablas de Rubí? –pregunto mientras se reía.

-Rubí, hasta tiene mejor nombre que yo.

-Es mi enfermera personal, el doctor Douglas ha tenido que viajar y la ha dejado a cargo –dijo quitándole importancia.

-Lo siento, no sé lo que hablo- mi voz se cortaba al hablar.

-Ps yo te noto muy cuerda –dijo dándome una de esas miradas que tanto me gusta.

-Estoy en un túnel Carin y veo una luz muy brillante al final – lo dije con un dramatismo perfecto.

- Y de qué color es el túnel princesa –dijo con dulzura.

-El túnel es del color que no te importa y en lo que a mi concierne no soy ninguna princesa –se me retorcieron las tripas con esa idea tan alocada

-Si lo eres-dijo con total seguridad.

-No soy princesa, ni buena hermana, lo único bueno que se hacer es ser dramática –lagrimas bajaban por mis mejillas, me abrazo era como si todos mis pedazos rotos se unieran.

-Por qué dices eso?

- A Tim se lo llevaron no sé si está vivo o muerto, todo fue mi culpa no lo cuide bien, Ryan se casara en unos pocos meses y no lo poder ver, me ha pedido que le diga que como esta Tim y ni siquiera le respondí. Descuide la única y más preciada tarea que tenía cuidar a Tim y... No merezco vivir -Llore sin parar.

-Mírame Samantha, quiero que oigas bien –me agarro la cara obligándome a mirarlo- nada de esto es tu culpa, mereces tanto o más que yo, entendiste?

-Perdóname solo digo estupideces.

-Hare todo lo que este a mis manos para saber cómo esta Tim, o si está muerto. Iras a la boda de Ryan lo prometo, lo que si no se es como te hiciste todo eso-dijo acariciando mi cara como si se tratara de un cristal tan frágil a punto de romperse.

-Todo paso tan rápido –mentí

-No son profunda más que todo hematomas, pero esa –menciono señalando mi mejilla izquierda – dejara una marca.

-Me alegro de tenerte – dije cambiando el tema de conversación, no me gusta hablar de mí. Mire hacia mi alrededor olía a flores, el baile – de que se tratara la fiesta Carin?

Él se levantó de la silla y comenzó a mirar a todos lados como buscando un punto de concentración, se quedó mirando la montaña siguió- Mi coronación, se supone de que antes de que me coronen oficialmente, tengo que elegir una reina para Angora, hija de un lord, esta ceremonia es para que conozcan a su futura reina regente.

Excelente, ya yo sabía que pasaría eso vamos Sam, no te eches la soga al cuello. Me digo a mi misma

Y a quien elegirás? –solté sin pensar.

-A una chica estupenda, con valores que muy pocos tienen, con un carácter el diablo, pero con alma de noble.

-Que desafortunada es-solté pedante ante la idea de que alguien más este junto a Carin y no sea yo.

-Sí, eres muy desafortunada –mi corazón latía mil por segundo.

-NO, ni lo pienses no seré tu princesa, hay muchos problemas con esa idea.

-Sí, no eres una doncella toda delicada, ni tampoco muy estudiada. Pero, con unos libros y gramática, buscando a alguien que te enseñe modales y a bailar, todos te amaran –dijo por fin mirándome a los ojos.

-No lo tomare con un insulto, pero sí. Tú de verdad me quieres? –dije con un chispa de esperanza en mis ojos.

-Claro, desde que te conocí no he podido quitarte de mi cabeza ni un segundo, eres peor que los piojos.

-Quiero que tú lo digas.

-Te quiero Samantha Wayne, lamento muchísimo si no te lo he demostrado. Es más como te amo tanto, ya no tendrás que limpiar, te buscare una habitación, ya que esta es mía y me niego rotundamente a dártela. Además apenas te he podido sacar del ala de la enfermería, supuse que aquí te encontrarías mejor has dormido por tres días, Rubí dijo que perdiste mucha sangre y con señales anémicas.

-Esto debe ser un sueño, pellízcame para despertar –el odioso me pellizco.

-Pues no lo es – se inclinó a mí, y me miro, me quemo con su mirada, me acaricio la cara, me beso. Fue tan suave dulce, el primero nunca se olvida o eso dicen. Sentí fuegos artificiales chinos una feria entro de mí.


Tras esos ojos cafesDove le storie prendono vita. Scoprilo ora