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Me acerqué lentamente a la banca donde se encontraba sentado Malfoy, cuando lo mire más de cerca pude darme cuenta que tenía un gato entre sus brazos y estaba con la vista perdida en la luna que reflejaba el agua.

-¿No deberías estar en la enfermería?

Pego un brinco y se giró rápidamente a observarme con cara de reproche.

-¿No deberías meterte en tus asuntos San Potter?

Regreso su vista al agua e intentaba ignorar mi presencia, sin saber el porque tome asiento a su lado y observe el gato negro entre sus brazos.

-No sabía que tienes un gato Malfoy.

Una sonrisa ladina y sarcástica cruzó por su rostro.

-¿Que podrías saber tu? No tienes ni idea sobre algo mío.

Me quede pensativo ante su frase y de pronto me sentía confundido, es verdad, nunca fuimos amigos ni lo somos, sin embargo yo decidí acercarme a hablarle, ¿Por que? ¿Y porque el no sé a marchado de la banca, me a corrido o dicho insultos aún?

-Buen punto, pues me parece bien que alguien que solo piensa en sí mismo ahora pueda pensar en alguien más, aunque sea un animal.

Me miró con cara de reproche y sentí que en cualquier momento se levantaría de la banca dejándome hablando solo, pero no lo hizo.

-Mira Potter tú no sabes nada sobre mi así que no puedes hablar.

Me reí ante lo buena que hubiera sido su respuesta, si no fuera por la gran cara de puchero que llevaba en esos momentos.

-Tienes razón Malfoy, ¿Y cómo se llama?

-Belette.

-Nunca había escuchado tal nombre.

-Pues claro, un mestizo como tú nunca lo haría- Para mi sorpresa se rió, no una risa burlona si no una risa que presentas antes tus amigos, después de decir eso se levanto lentamente de la banca.

-Yo me voy, hasta luego Potter.

Dejo a Belette en el suelo y él siguió el camino, supongo al cuarto de Malfoy, se paro de la banca comenzó a caminar a un paso más que lento y cojeando, después de unos minutos no había conseguido dar más de 5 pasos, decidí pararme de la banca y pararme frente a él en cuclillas.

-¿Que rayos estás haciendo Potter?

-Vamos Malfoy, ambos sabemos que no puedes caminar, sube a mi espalda

-¿Acaso estas loco? Claro que no, puedo por mi cuenta.

-No has avanzado ni ocho pasos Malfoy, vamos no es la primera vez que te llevo, deja de ser un quejica y súbete de una buena vez, aprovechemos que ya no debe haber nadie en los pasillos

-Pero no quiero, puedo caminar por mí mismo, ¿Que no ves?

Me quede callado aún en cuclillas y el parado, después de unos minutos pensé que ya no se subiría y estaba apunto de pararme e irme cuando sentí unos pequeños pero fuertes brazos al rededor de mi cuello, y como Malfoy con muchos pucheros y quejas se subía a mi espalda. Me levante ya con el encima y empece a caminar hacia el castillo, no fue tarea difícil llevarlo a la enfermería, aún no estaba curado y ocuparía estar unos días más ahí al parecer.

Cuando llegamos a la habitación lo baje lentamente para que no fuera a lastimarse más y el se acostó lentamente en la cama, Belette estaba en una silla en una esquina de la enfermería, me acerqué a acariciarlo y el se dejo querer.

-¿Te gustan los gatos?

-Me gustan todos los animales, me parecen tiernos

-Ya veo.

Después de unos minutos me di la vuelta y estaba por salir cuando me giré a verlo de nuevo.

-Malfoy, sé que no somos amigos, que no soy una persona en la que tu confíes pero aún así, si necesitas ayuda puedes decírmelo.

Se quedó callado observando la esquina donde se encontraba Belette, me giré de nuevo y salí, antes de cerrar la puerta escuche un pequeño gracias, como siempre.

*En otro lado del castillo*

Iba caminando tranquilamente por el pasillo haciendo la guardia nocturna, escuche unos pasos en el pasillo continuo, camine con la lámpara en mano y cuando entre al pasillo me encontré con la cara de una persona y de pronto sentí unos largos brazos al rededor de mi cintura.

-Hola mi amor

-Me asustaste, malvado.

Comenzó a reírse y yo solo me quede con cara de indignación.

-Vamos Nevi, no te enojes

-Está bien, no sabía que hoy te tocaba guardia nocturna

-No me tocaba, pero cambié puestos con Draco, así el puede descansar mas y yo me topo con mi hermoso novio en los pasillos.

Me sonroje ante su respuesta y comenzamos a caminar juntos mientras charlábamos para hacer la guardia, después de revisar todo el castillo y asegurar que todo estuviera en orden me acompañó a la puerta de mi casa

-Adiós Neville, te quiero mucho León.

Take Me HomeWhere stories live. Discover now