Un Auténtico Desastre

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Una sonriente Louisa caminaba por el campus universitario hacia su clase de Literatura Moderna. Llevaba el cabello atado en una coleta sobre la cabeza, para que no se le enredara con las gafas. Ahg, que molesto y doloroso era andar arrancando pelitos de las patas de los lentes...

Los últimos meses habían sido duros. Se había mudado sola tras la horrible pelea con sus padres en diciembre, cuando aún era una cría terminando el colegio. Ellos no aceptaban, bajo ningún término, que se enfocara en la literatura. Querían que estudiara economía, "¡¿cómo sino vas a seguir con la escribanía de de la familia, Louisa?!".

Pero ya iban a ver. Dentro de unos años, cuando tuviera la historia en la que tanto había estado trabajando publicada, tuviera lectores, firmas, presentaciones...

Por ahora trabajaba en una librería muy buena. Sus padres, si bien tenían mucho dinero, se habían negado rotundamente a financiar una carrera tan "inútil" como la que Lou había elegido. Tuvo que buscarse sus propios medios.

Y hoy era su primer día de Universidad. ¡Qué nervios! Seguro lo arruinaba con algo. Seguro alguien pondría esas cosas que hacen ruido de pedo en su asiento. Seguro todos pensaban que se había tirado un pedo apenas se sentara...

«No seas tonta, Louisa, esto no es la secundaria» se reprendió.

Entró en el aula, donde muchos de los otros alumnos esperaban. Se iba a esforzar. Iba a cerrarle la boca a todos esos que le dijeron que no lo lograría. Iba a ser feliz.

Iba a cumplir su sueño.