España me encanta. He tenido la fortuna de recorrer bastante mi país natal y en cada viaje me enamoro más. Hay pocos sitios de esta península que no he visitado, y, para sorpresa de muchos, Cataluña es uno de ellos. Jamás he ido a la famosa zona, hogar lugares como la Sagrada Familia, Casa Batlló, y de clubes deportivos tales como Espanyol, Girona o Barcelona, el mayor rival del equipo de mi corazón. Sí, soy madridista desde que nací, toda mi familia es madridista y es algo muy fuerte, tanto, que jamás usaría una camiseta del Barcelona.
Eso pensaba hace tres semanas, antes de embarcarme en este viaje por Cataluña, donde conocí a ese chico. No es que no lo conociera, porque toda España y medio mundo lo conocen, pero cuando realmente lo vi, cuando hablé con él, cuando pasamos todo ese tiempo juntos, todo cambio. En mi pensamiento, en mis sentimientos, en mi vida entera.
-¡Eh, tío! Ten más cuidado por donde pasas-miré al joven que se había estrellado contra mí, haciéndome tirar varias bolsas y mi propio bolso por la fuerza ejercida. VAYA.
-Lo siento, no me fije por donde iba-miré rápidamente hacia mis bolsas, nerviosa al notar quién estaba frente mío, inclinándose para recoger mis cosas. Hice lo mismo y ambos tomamos bolsas, luego él me tendió lo caído.
-Lo noté, gracias-le dediqué una sonrisa para hacerle notar que no estaba enfadada y me volteé para seguir mi camino, pero la voz del mismo muchacho me hizo detenerme y mirarlo. Estaba justo detrás mío.
-Me llamo Sergi, ¿te gustaría ir a tomar algo conmigo? Sonará bastante lanzado, lo sé y lo siento si te molesta, pero dicen que en la vida hay que atreverse, ¿no?-al final de la frase sonrió de forma traviesa, yo correspondí la expresión con algo de nervios y asentí ligeramente, más a la pregunta retórica que me hizo que a la pregunta que se supone debía responder. Ese era mi lema, pero no estaba segura de querer salir con un futbolista profesional de nivel internacional.
-No estoy segura sobre eso-acostumbro a decir lo que pienso, sí, incluso cuando no es lo más recomendado.
-¿Puedo saber por qué no?-preguntó tímidamente, lo que me encantó. No, me pareció tierno, nada más.
-Porque eres un futbolista reconocido de forma mundial, si te ven conmigo los periodistas entrometidos podrían empezar un enorme lío televisivo del que no me gustaría ser parte-respondí.
-Creí que no sabías quién soy.
-Lamento decepcionarte-me encogí de hombros, tampoco demasiado interesada.
-No, para nada. De hecho, me gusta. Sabes quien soy y aún así me trataste como a cualquier otra persona-bufé ligeramente.
-Eso eres, ¿no? Otra persona, no eres un extraterrestre o algo así, ¿verdad?-traté de bromear un poco y él rió.
-Eso soy, supongo-reí ligeramente. Al menos tiene sentido del humor.
-¿Sigue en pie lo de tomar algo?-la sonrisa en el rostro de Sergi se hizo más amplia.
-Por supuesto-sonreí también y lo seguí hasta un bar en las terrazas del centro comercial.
Esa tarde hablamos un montón, terminaron pidiendo que nos retiráramos del local porque debían cerrar y luego nos fuimos a otro bar de una poco concurrida calle, donde seguimos hablando hasta casi las tres de la mañana. Lo más extraño, es que no me sentí cansada esa tarde, de hecho, me sentía capaz de seguir hablando toda la noche pero Sergi tenía entrenamiento al día siguiente, según me dijo, así que me fue a dejar al hotel con mi número grabado en su teléfono y con la promesa de llamarme para volver a quedar. Y cumplió.

YOU ARE READING
Mini-historias de futbolistas.
FanfictionSólo son fanfics cortos con futbolistas. ¡Que lo disfruten!