09. Sangre Pura

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Draco frunció el ceño claramente consternado, al parecer era el único que desconocía el lugar al que iban a ir, su padre últimamente estaba teniendo demasiados secretos con él, primero quitarlo de custodiar a Ginny, y después enviándolo a una maldita isla ¿Qué iba a obtener en ese lugar tan desolado? Caminó primero que todos haciendo que los demás le siguieran sin chistar, eso era lo único bueno, esos tipos lo creían con el suficiente coraje y valor para liderarlos, así que por el momento no habría ningún otro problema.

Observó a su alrededor, tratando de asociar en qué lugar se encontraban, rebuscó entre su abrigo el mapa que le había dado su padre cuando lo envió, pero no lo encontró, gruñó cuando Dolohov se lo pasó.

—Así que... -observó el pergamino y su mirada gris se topó con los ojos negros de Dolohov –tiene que ser un mal chiste, Dolohov –bajó el mapa molesto.

—No lo es –se encogió de hombros –claramente tendríamos que venir hasta aquí para conseguir lo necesario, Draco ¿es que pensaste que bromearíamos con que Weasley es la Heredera de Morgana y no venir aquí?

—Bien, ya que sabes mejor que yo nuestra ubicación ¿dónde estamos?

—Llegamos a Celidon, supongo que si fuiste a tus clases de Historia de la Magia ¿no es así, muchacho?

—Todo esto siempre se me hizo un mal chiste, a decir verdad –le arrebató el mapa –supongo que tenemos que dirigirnos al norte ¿cierto?

—Totalmente cierto, tenemos que llegar hasta Agned.

—Bien ¿Cuánto tiempo nos llevará eso?

—Tomando en cuenta que no podemos aparecernos en la isla, nos llevará un mes llegar hasta allá, y otro mes llegar a Glein.

—Debo suponer que nadie vive en esta isla ¿cierto?

—Pensé que todo esto era parte de Inglaterra, no una maldita isla –se quejó un hombre.

—Eres un idiota, por eso lo pensaste, y en cuanto a tu pregunta, Draco, hay alguno que otro viviendo aquí, aun no sé qué tan cierto sea, he estudiado el mapa, pero es la primera vez que vengo.

—Mientras más rápido nos pongamos en marcha, más rápido terminaremos esto, así podremos regresar a la mansión.

—Tienes algo de prisa ¿no? Tal vez sea porque dejaste a alguien importante ¿quizá? –Se burló Dolohov –tu madre estará muy feliz de saber que la has extrañado mucho.

—Imbécil –soltó enfadado.

Se adelantó, observando la inmensidad del bosque, no entendía la razón por la que el lugar le resultaba extrañamente familiar, tal vez lo relacionaba con el bosque prohibido de Hogwarts, igual de oscuros y siniestros, y al igual que el del colegio, se le hacía imposible que algo más aparte de criaturas siniestras vivieran ahí, así que no entendía como hubo un tiempo en el que alguien hubiese podido vivir ahí, en ninguna parte de la isla, pero si lo habían hecho, comprendía porque se habían ido todos.

Escuchó como algunos se iban quejando a causa de las enormes telarañas en algunos de los árboles, después de todo, tantos siglos abandonado, era normal que los insectos hicieran de las suyas, observó a Dolohov que iba a unos pasos detrás de él, viendo hacia el frente, sin inmutarse, al parecer iba concentrado en el camino, alguien tenía que hacerlo, por cualquier cosa.

Caminaron todo el día, sin detenerse por más de diez minutos, mientras más rápido avanzaran, más pronto podrían volver a casa, y contaba con volver pronto, quería ver que todo con Ginevra estuviera bien, sabía que Smart era paciente y toleraría la mayoría de las rabietas de la insolente pelirroja, pero hasta el más tranquilo pierde la paciencia, y no quería que la tocaran más de lo necesario, si él estuviera ahí, las cosas serían totalmente diferentes, maldecía el momento en el que había decidido ir con Blaise a tomar algo, por ese maldito error, él estaba aquí, y Ginny en la casa, totalmente desprotegida.

La Heredera de Morgana || DrinnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora