CAPITULO 54

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Nudos. 

Bratt.

La mañana se me pasa con el anillo de Rachel entre los dedos. Todo paso tan rápido que no he tenido tiempo de digerirlo, ¿Como diablos dejas de querer alguien de la noche a la mañana? Me es imposible hallar explicación para tal cosa, ella no es así solo esta confundida se siente presionada por mis padres y la guerra que estamos librando, me ama como yo la amo,de eso no tengo la menor duda.

Recuesto la cabeza en el escritorio preguntándome ¿Que carajos paso? La pensadera me tiene aturdido, me niego a apartarme después de tanto tiempo compartiendo. 

Meredith me sonríe con las carpetas aprisionadas contra el pecho, esta organizando mi biblioteca y lleva toda la mañana en la tarea tratando de descifrar que es lo que me pasa. Concentro la vista en laptop y la puerta le da paso a Patrick y Simon. 

—Creí que te irías a despedir de Christhopher esta mañana—  Simon se sienta acomodando las piernas sobre mi escritorio. 

—Te espere por largo rato  — dice Patrick sacando una soda de la mini nevera. 

—Me despedí anoche, después del incidente con el espía— les explico.

—Los Mascherano perdieron la cordura — comenta Simón —Ahora andan por ahí bombardeandole el culo a todo el mundo.

—He estado pensando y no creo que hallan sido los Halcones, ni los Mascherano si lo hubiesen querido matar lo hubiesen hecho de una vez, la persona que entro tuvo suficiente tiempo para aniquilarlo y no lo hizo.

—A lo mejor era una loca obsesionada ¿Sabrina estaba a la vista? 

Lo aniquilo con la mirada —Sabrina estaba conmigo, y no tiene el entrenamiento que tuvo quien me ataco.

—O alguna enemiga entonces, con la personalidad que tiene debe tener a más de una odiándolo.

—Tarde o temprano lo averiguaremos, ¿Revisaste la cinta?— le pregunto a Patrick.

—Aun no me las entregan, aunque por lo que oí no hay mucho que revisar, acuérdate que quitaron la luz en un lapso de tiempo. 

—Quiero estar contigo cuando las revises. 

—Como quieras— se encoge de hombros.

Recuesto la cabeza en el espalda de la silla, la jaqueca me esta taladrando la sien. 

—¿Estas bien?— me pregunta Simón.

—Si con bien te refieres a lidiar con el rompimiento de tu compromiso después de que tu novia te dijera que ya no te ama, estoy perfectamente bien.

Baja los  pies del escritorio y Patrick se atraganta con la bebida. 

—¡¿Que?!

—Como lo oyen —tiro el anillo en la mesa.

—Debe ser una broma de mal gusto. La vimos salir de tu habitación ayer, pero pensé que  habían discutido.

—Quiero pensar que solo esta confundida, he sido su novio de toda la vida, no puede dejar de quererme así por que si. Fui su primer amor, su primer hombre, no entiendo su comportamiento.

—Bratt, no todas las relaciones son para siempre— comenta Patrick.

—Tus comentarios no son para nada alentadores — lo regaña Simón.

—Soy realista, se que la quieres pero si ella ya no siente lo mismo por ti, lo mejor es que la dejes ir.

—Es mi novia y sera mi mujer, solo es cuestión de tiempo para que caiga en cuenta de su error y vuelva pidiendo perdón. 

Lascivia (Disponible en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora