II

630 79 13
                                    

Sus piernas no lograban moverse, estas se mantenían pegadas al suelo, su vista era borrosa, podía sentir como alguien estaba detrás suyo, respirando en su nuca. El lugar en el cual se encontraba era totalmente desconocido para él, oscuro y con un fuerte olor pútrido que salía de algún lugar.
El sonido de las oxidadas hamacas se colaron por sus oídos, dejando de lado a el anterior silencio.
No muy lejos de él, se encontraba aquella persona que había interrumpido el silencio.
Aquella mirada inocente podía hablar por si sola, al igual que su rostro manchado con sangre. Quiso correr, pero nuevamente sus piernas no querían moverse.
El pálido chico llevo su dedo indice a sus labios, haciendo una seña para que guardara silencio.



Silencio.



Abrió los ojos desesperado, con la respiración acelerada al igual que su corazón. Otra vez las pesadillas comenzaban a molestarlo.
Hoseok puso sus manos en su cara, suspirando.
Aquel rostro seguía impregnado en su memoria.
Un punzante dolor se poso en su cabeza, haciendo que cerrara los ojos con fuerza esperando que aquel fuerte dolor se fuera. Se levanto tambaleante hacia el baño, sintiendo como cada vez aquel dolor incrementaba. Una vez allí abrió la canilla dejando salir el fuerte chorro de agua que usaría para mojar su cara.

El dolor no disminuía, un quejido salio de su garganta, sus manos se posaron de nuevo en su cabeza, el dolor se volvía casi insoportable, rogando a la nada para que esto parara.

Aun con sus ojos cerrados y totalmente concentrado en su fuerte dolor, pudo escuchar unos pasos que lentamente caminaban desde el pasillo hasta el baño, donde Hoseok estaba.
Una fuerte desesperación y miedo recorrió su cuerpo al ver a una persona frente suyo, una que se le hacia muy familiar. Hoseok veía exactamente aquel rostro que minutos atrás había aparecido en unas de sus tantas pesadillas.

Su dolor aumentaba poco a poco, aquel rostro pálido lo miraba fijamente, sus finos labios se movieron, estaba hablando, pero Hoseok no era capas de escuchar nada de lo que pasara a su alrededor.
Su vista se distorsiono, sus manos se apoyaron contra el lavabo, mientras que de reojo miraba a su costado, totalmente aterrado al no poder hacer nada.

De a poco su inexplicable fuerte dolor desaparecía, su vista se dirigió hacia su costado, que en un descuido había dejado de mirar, encontrándose con la nada misma.

Y repentinamente todo se volvió oscuro.







Silencio, no digas nada, escucha la melodía y observarme, si estamos juntos todo saldrá bien.






Inside the Soul + yoonseokWhere stories live. Discover now