VII

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Se pierde en el blanco techo, ido de si mismo, sin pensamientos ni sentimientos.
La puerta se abre, un hombre alto entra en el cuarto.
Hoseok intenta poder verle la cara, pero su vista es borrosa.
Sus sentidos desaparecen con su medicamento.
Completamente drogado, pero no como el querría.
Todo es tan torturoso dentro de esa pequeña habitación blanca.

El hombre a su lado lee unos papeles, al mismo tiempo atento a el paciente.
Es un asesino, le dijeron.

-Hola, Hoseok-. Dice el hombre de bata blanca, sentándose en una silla al lado de su camilla-. Es hora de tu medicamento, ¿Como amaneciste?

No responde.
El hombre le deja las pastillas junto a un vaso de agua.
Hoseok lo mira, agarra las pastillas y las traga junto un trago de agua.

-Muy bien.

Se toma un tiempo revisando otros papeles.
Él no es capas de poder pronunciar una palabra, los calmantes eran cada vez más fuertes.

Tal vez porque Yoongi intento matar a un enfermero.

Por momentos lo odiaba. Hoseok lo odiaba.
Pero los recuerdos regresaban, aquellos en donde él sostenía su mano, mientras lloraba.

El doctor se despide, cerrando la metálica puerta de su cuarto.

Intenta recordar vagamente su pasado.

Le dijeron que mato a su amigo, y cuando su hermana lo descubrió, en un ataque de pánico la asesino.

Y no importo lo queél dijera.
Aquel de ojos oscuros como el describía, no era nada más que parte de su imaginación.

La depresión lo estaba inundando.

Se sentía solo, aunque aquel de cabello azabache se sentara a su lado toda la noche, Hoseok se sentía solo, muy solo, porque sabia que Yoongi no era real, Yoongi no podía llenar el vació de su mirada.












Tal como un domino, se necesita un pequeño empujón para que todo se derrumbe y caiga en el profundo pozo dónde la vida se desvanece.

Inside the Soul + yoonseokOnde histórias criam vida. Descubra agora