6. Nexo

252 16 16
                                    


— Oye, sé que dije que lo odiaba, pero... Me encanta tu aroma a cenizas.

Esas palabras son lo suficientemente fuertes como para romperme. Caí, derrumbado, sobre el marco de la ventana. Luego de dar un vistazo rápido a la dueña de la voz que había dado vida a esas palabras, para comprobar si de verdad era Emily o no, mis ojos se llenan de lágrimas y siento que mi pecho arde...

Emily, tú solías decirme eso. Maldita sea, ahora quiero que me digas porque esta chica es tan jodidamente igual a ti. ¡SI TIENES PODER SUFICIENTE COMO PARA ESTAR EN MI MENTE TODOS LOS DÍAS, INCLUSO DESPUÉS DE MUERTA, PUEDES DECIRME POR QUÉ SE PARECE TANTO A TI! Maldición, dime...

El cigarrillo se escapa de mis dedos, las gotas escapan de mis ojos, recorriendo un camino quizá predestinado por sobre mis mejillas. Bajan hasta mi mentón, y después se pierden en la noche, así como mi compostura y mi autocontrol, en este momento.

Como un niño, me echo a llorar. Pero aún así, no hay sollozos, sólo lágrimas igual que aquella vez...

Mi mente se regresa, a los recuerdos que creí haber reprimido en lo más profundo de mi corazón. Cada imagen es como una punzada en todo mi cuerpo...


Hey, no estés triste― Dijo mientras sostenía mi mano, apretándola con la poca fuerza que le quedaba.

Su reluciente y pálida cara me entregó una sonrisa blanca como la nieve. Estaba demasiado pálida... Bueno estaba muriendo, no sé cómo esperaba que estuviese.

― ¿Cómo me pides eso? Sabes que estás muriendo, ¿no es así? Y es mi culpa...

Mi voz sonaba sin expresión, como siempre. Pero estaba más débil de lo normal. Me sentía horrible, como cualquiera se sentiría al ver al amor de su vida muriendo de cáncer pulmonar.

Cáncer... Vamos, lo normal por haber estado expuesto al cigarrillo desde bebé, sumándole la adicción a eso mismo que te había jodido la vida: el cigarrillo.

―Esto ha sido mi culpa. Sabes bien que mi cáncer avanzó por haber fumado. Tú me dijiste durante todo el tiempo que estuvimos juntos que lo dejara. Y no he hecho caso. Ahora pago mis errores.

Su mano soltó la mía y calló a la cama. Yo la sostuve con más fuerza esta vez.

―Eres una estúpida. Si hubiese sabido que tenías cáncer, te hubiese amenazado con romper si no dejabas de fumar. Es más, quizá hubiese pensado egoísta y hubiese cortado de todas formas, para no tener que vivir este momento.

Me sonrió, y yo sabía lo que estaba pensando: "Faltaba alguno de tus comentarios crueles, Scott". Pero antes de darle el tiempo de decirlo, intuí que debía decir algo más.

―Para que veas lo mucho que te amo. Estoy aquí, soportando tu muerte. Ni siquiera tus padres han querido entrar... No pienses que no te quieren, es sólo que se sienten culpables. Y perder un hijo debe ser difícil.

Ella me mira con desdén, y sus débiles labios se fruncen antes de articular palabra alguna.

―No es necesario todo lo que dijiste después del "te amo".

―Lo sé, es sólo que estoy nervioso, y francamente destrozado. No quiero perderte.

Sus ojos adoptan aquella mirada llena de tristeza que odiaba ver.

―Cariño, acércate― Y así lo hice. Su nariz se acomodó en mi cuello, y tras un par de inhalaciones, Emily dijo algo que yo ya había escuchado un millón de veces de su parte― Me encanta tu aroma a cenizas.

Vicio Insaciable [Scott]Where stories live. Discover now