9. Polarización

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Tengo una pregunta. Una simple pregunta para aquellos jovencillos que estén posando sus ojos sobre esta historia, aquellos pendejos que creen que el mundo se les viene encima. Aquellos que estén sufriendo por alguna tontería.

¿Cómo lidian con un rencor que no viene de ninguna parte?

―No hagas nada estúpido, parasito.

Recuerdo bien que fue lo último que le dije hoy a Jane, todo después de una noche en la que intentó invertir los papeles y jugar a la niña coqueta.

Habíamos dormido y despertado como una pareja. Habíamos caminado y charlado en la mañana como una pareja. Me despedí de ella con un beso en el borde de sus labios, como lo haría un novio promedio.

Y en cuanto su presencia dejó mí alrededor, me sentí automáticamente perdido. Con todo lo que había pasado, la pelea, la nada sutil seducción, el beso, no había tenido tiempo de pensar. Para pensar en que mierda hacia sintiéndome feliz porque podía dormir con ella. Pensar acerca de mi corazón aun atrapado en las garras de una muerta, o en la jodida forma que utilizaría para librarme de todos aquellos enredos.

Una vez que todo bombardeó mi cabeza, las clases pasaron a segundo, a tercer plano de inmediato.

"No me quiero enfrascar en si está bien o está mal, ya suficiente tuve de rayarme con eso en clase." Y eso es exactamente lo que me encantaría hacer, porque simplemente las preguntas llegaban y llegaban. Cuando encontraba una posible respuesta a una, aparecían mil más.

La única instancia en la que mi mente no me carcomía por todo el rollo, era cuando tenía a mi disposición la mano de mi petit monstre. E incluso en algunos fugaces momentos, los atisbos de dudas abrían en mi cabeza la duda de si estaba con ella porque el acto de tenerla me hacía sentir a gusto, tranquilo.

¿Y era correcto sentirse a gusto? Emily aún tenía posesión de la mayoría de mis hilos. Hilos invisibles que parecía mover desde el más allá, haciéndome sentir culpable cada vez que mi corazón se aceleró por Jane.

Si me lo permites, me gustaría reformular mi pregunta inicial: ¿Cómo lidian con un rencor que no viene de ninguna parte, y de todas partes a la vez?

El timbre del almuerzo sonó, dejándome sorprendido con la rapidez del tiempo. Y como hoy no tengo muchas ganas de las clases de la tarde, me escapo por las puertas. Ya soy libre hasta mañana, pero, en serio lo digo, las clases eran lo de menos. En mí saltó la necesidad que ya había estado naciendo desde que entré a Biología. Quiero ver a Jane.

Estaba seguro de eso, por primera vez desde que la conocí. Quiero verla, escucharla, invadirme con su molesta y linda presencia. Quiero su perfume flotando a mí alrededor. Su voz taladrando mis oídos.

Quiero cerrar los ojos y aun sentirla, como aquel que, durmiendo, siente que hay algo ahí, mirándole en la oscuridad. Quiero sentir que me mira, que me presta atención, que le encanto; y ya estoy seguro de que mi cordura ha declinado por completo, y sé bien que ya no hay marcha atrás. Jane me tiene en la palma de su mano. Pero no dejaré que se entere de eso, nunca.

Tengo la esperanza de conseguir unos cigarrillos con Dave, pues he juntado unos billetes que me aseguran una buena cantidad, pero una imagen aparece ante mis ojos: en la noche, desperté de imprevisto, como suelo hacerlo, y pude apreciar unos auriculares rotos. Eran de Jane.

Mi mente me grita que no. "¡NI SE TE OCURRA, BROUILLARD!". Pero es demasiado tarde. Abandono la idea de los cigarrillos, y fijo rumbo hacia el centro comercial. Y como ha sido todo desde que esa chica se metió en mi vida, no tengo idea de por qué estoy haciendo esto.

Vicio Insaciable [Scott]Where stories live. Discover now