09

23K 3.5K 674
                                    

—Todo comenzó luego de la tarde en la que almorzamos juntos, luego de eso, no fue hasta dos días después que lo contacté para almorzar con él...

Se veía a sí mismo frente la tienda, no sabía si entrar o no, podía ver a través del ventanal a Jimin, cuidando y regando distintas flores y plantas, se veía tan concentrado, parecía como si sus ojos brillasen, se notaba a millas, que estaba dedicándose a lo que le gustaba, como si viviera de ello.

Ya luego de minutos ahí sin moverse, decide dar el primer paso y entrar a la tienda, haciendo sonar una campanilla similar a la que había en la propia. Jimin alza la mirada, encontrándo los ojos del contrario, provocando una sonrisa en ambos, Jimin de felicidad al verlo y NamJoon de vergüenza por mirar directamente a los ojos a su chico bonito.

—Hyung, es bueno verle aquí— El más bajito se acerca hacia él, haciendo una reverencia quedando frente a frente.

En ese momento pudo apreciar mejor al más joven, llevaba unos skinny jeans negros, una sudadero grande de color vino, pero que encima tenía un delantal que llevaba el nombre de la tienda, su cabello revuelto y sus ojos medio cerrados por la sonrisa, le hacía ver demasiado tierno.

—P-pues... Ya sabes, el otro día, tú dijiste eso y quería saber... Bueno, s-si tú— Su lengua se trababa y no podía hablar de corrido, no sabía cómo expresarse y pedirle almorzar junto a él.

—¿El otro día?— Frunce el ceño, ladeando leve la cabeza hacia la derecha y no supo cómo pudo controlarse a no tirarse encima para besarlo.

—Cenar, tú y yo, en la noche— Dice tomándose una leve pausa en cada indicación, casi como un cavernícola en los tiempos de la pre historia, suspiro, debía verse como un idiota hablando de esa manera para el menor.

—Oh, claro Hyung— Sonríe abiertamente, regalándole una de sus características sonrisas de ojos. —Déjame darte mi número para que luego nos reunamos.

Como si fuese lo más bello, miraba la pantalla de su celular, ya fuera de la florería. Aquel aparato contenía el número del menor, guardado con su nombre y un emoticón de corazón morado, Jimin había insistido en colocarlo, ya que le parecía muy feo su nombre a secas.

No fue hasta la noche, que NamJoon se encontraba en la casa del más joven, le había dicho que le pasaría a buscar y así juntos, buscar un lugar para pasar la cena. No había mucho que decir, ambos estaban de manera sencilla vestidos, era algo casual, tomaron un bus hacia el centro de la ciudad, mientras que conversaban de distintos temas. Una escena algo graciosa, puesto que NamJoon se veía tímido y Jimin extrovertido, totalmente diferentes y haciendo contraste con su imagen, NamJoon se veía rudo con sus tatuajes y ropa negra, mientras que Jimin se veía como un dulce pastel de vainilla.

Se detuvieron en un restaurante de 24 horas, pidiendo carne para ambos y así hacerlo a la parrilla, que al fin y al cabo, fue NamJoon quien se encargó de cocinarlo.

—Espero que tu pareja no se haya enojado porque vinimos a comer juntos— La suave voz del joven le hace atorarse con el agua, mirándolo con sorpresa. —¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?

—No, nada de eso, solo que me sorprende que pienses que tengo a alguien en mi vida— Se encoge de hombros. —Estoy soltero, hace bastante tiempo— Se encoge de hombros mientras cortaba la carne para dejar un poco en el plato de Jimin. —Pensé que estaba claro luego de que me preguntaste si me gustaba tu amigo.

—Ah, verdad...— Hace un leve puchero con sus labios, que robó toda su atención. —Jin no ha dejado de hablar de lo lindo que le pareciste.

—Es lindo, quizá si estuviera en otra vida me gustaría, pero ya tengo los ojos puestos en un chico y me gusta bastante— Comía pausadamente, tomando un poco de agua.

—¿En serio? ¿Quién es el afortunado?

—¿Afortunado?

—Si, Hyung es muy inteligente, pudo hablar libremente de lo que sea con usted, es algo torpe pero le hace ser lindo, me hace sentir cómodo, todo de usted es interesante y me hace querer conocerlo más— Se acomoda sobre su mano, dedicándole una mirada detenida. —Así que supongo que si a ese chico le gustase también, sería muy afortunado de tenerlo a su lado.

Su sonrojo fue inevitable y bajó la mirada, Jimin le hacía sentir avergonzado, también tímido, tanto así que no sabía cómo reaccionar. Simplemente desvío el tema, sin dejarle oportunidad de que investigara más, ya que si seguían, inevitablemente le diría que gustaba de él.

Tal como había prometido, esa noche él pagó por ambos, así regresando de vuelta a sus hogares, aunque claro, NamJoon procuró dejarlo en la entrada de su casa.

—Gracias por invitarme— Dice el más joven deteniéndose frente a la puerta.

—No hay de qué— Se rasca la nuca con algo de nerviosismo. —Me agrada pasar tiempo contigo.

"Eso sonó tan idiota NamJoon" piensa para sí mismo luego de haber soltado aquellas palabras. Mirando al menor, quien lucía algo sonrojado por lo que le había dicho. Quiso desmayarse ahí mismo, Jimin era tan hermoso.

—Nos vemos Hyung, cuídese y tenga buen regreso a casa— Se acerca, repitiendo lo mismo de la última vez, dejando un suave beso en su mejilla, antes de desaparecer con rapidez dentro de su hogar. 

Pasando los días, ambos hablaban continuamente a través de mensajes, saludándose con un »Buenos días« hasta un »Duerme bien«. Se decían de todo, se informaban cómo iba su día, qué hacían, hablaban de sus pensamientos, sobre cosas que sucedían y de ellos. NamJoon sentía que no daba más de la felicidad, él y Jimin se llevaban de maravilla, de a poco se acercaban más y más.

Una que otra cena más, le acompañó a hacer trámites juntos, fueron al cine, cada uno fue a la casa del otro, NamJoon conoció al hermano de Jimin y así se llevaban. Entre salidas y compartiendo más.

Jimin era bastante cariñoso con él, se apegaba a él, le gustaba dar abrazos y pequeños besos en su mejilla, al principio se sentía avergonzado cuando hacía todo eso, pero no le fue difícil acostumbrarse, después de todo, era cómodo tener a Jimin entre sus brazos.

Así que básicamente pasaba eso, estaban cómodos el uno con el otro, pero NamJoon aún no se atrevía a decirle lo que sentía.

Entre flores y tatuajes →namminWhere stories live. Discover now