A l t e r n a t i v o

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Opción #3

Final más o menos, les iba a dar el triste pero me dieron pena xdxd

--¡Levántense, tórtolos!-- se escuchó la voz de Pansy haciéndome fruncir el ceño.

--¡No nos atrevemos a entrar porque queremos conservar nuestra pureza visual!-- gritó está vez Astoria.

--¡PERO YA ES HORA DE DESPERTAR!-- gritaron ambas juntas haciéndome literalmente gruñir y lanzarle lo primero que atrape a la pobre e inocente puerta; un zapato.

Me cubrí hasta la cabeza con las mantas y, aún con los ojos cerrados, abrace a Draco pegándome a su espalda como un koala y sintiendo su piel caliente contra la mía. Este se encontraba tallándose los ojos, bostezó y luego trato de moverse, pero yo lo abrace más fuerte y por fin abrí mis ojos.

--Ya es tarde, Alek.-- aseguró riendo.

--¡No me interesa! Yo me quiero quedar en mi cama, contigo. Eso suena más divertido que pararse.-- aseguré.

Draco dio un giro brusco haciéndonos quedar de frente y luego cubrió su rostro con la manta para poder verme. Apartó el cabello que me tapaba los ojos y subió mis piernas por su cintura aún de lado, acomodándonos para quedar de frente.

--Mañana es sábado, podemos quedarnos aquí toda la tarde de hoy y de mañana aquí, sin hacer nada, pero hoy tenemos que tomar clases ¿que te parece eso?

--Decepcionante, no quiero hacer precisamente 'nada'.-- reí con una sonrisa pícara haciendo sonrojar al gran Draco Malfoy.

--Vaya, nunca te cansas ¿o no?-- rió conmigo.-- Haremos lo que quieras mañana, pero hoy debemos pararnos.

--De acuerdo.-- gruñí y me puse de pie halando toda la sabana conmigo, dejando a Draco desnudo en la cama sin nada con que taparse a propósito.

Luego de bañarme Draco se metió al baño, y yo ya me había cambiado, peinado, puesto los zapatos e incluso arreglado la cama para cuando él salió.

--¡Era justo y necesario!-- le exclamé con sarcasmo, este me ignoro y siguió caminando con la toalla en su cintura hasta mi closet, donde tenía un uniforme. --Vaya vistas, eh.

Pase a su lado palmeando su trasero mientras reía y cuando oí su queja yo ya estaba bajando las escaleras hasta la sala común, me encaminé con una sonrisa de oreja a oreja hasta el gran comedor y, después de llenar mi plato me senté con las chicas.

--Alguien tomó una poción de felicidad anoche, eh.-- se carcajeó Astoria.

--Sí, se llama "dracoconda".-- agregó Pansy llevándose un pedazo de tostada a la boca y haciéndonos reír.

--Les agradecería si no hablarán de mi vida sexual,--aclaré en voz baja.-- y más aún si no lo gritan, gracias.

Las primeras clases se fueron volando para mi, y no pasó mucho cuando estábamos ya en la práctica de quidditch, todo fue bien hasta que subí a mi escoba, pues sentí como si mi estómago diera toda la vuelta en mi interior cuando una bludger me golpeó.

La siguiente vez que abrí mis ojos, me encontré en la enfermería, a mi lado no estaba Draco como últimamente estaba en todos y cada uno de los desmayos que últimamente tenía, pero si estaba Madame Pomfrey.

--Le pedí a tu compañero que saliera, cariño. Debo hablar contigo de algo serio...

--¿Qué pasa, Poppy?-- pregunte con confianza, pues como ya dije he estado pasando mucho tiempo con ella.

--¿Qué edad tienes, cariño?

--Cumplo dieciséis este año.-- le conteste con confusión. --¿Por qué?

La Weasley FantasmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora