CAPITULO 12

5.4K 247 12
                                    


. Era la primera vez que me decía algo así y lo cierto es que, hasta entonces, sólo muy de vez en cuando creía haber detectado esos sentimientos. El hecho de que lo dijera en voz alta fue toda una inyección de confianza.

—Me hace muy feliz lo que dices —dije, completamente satisfecha. Me apoyé en un codo y la miré. De nuevo me invadió la ternura—. Espero que sea siempre así. —La observé con una mirada cargada de amor y sinceridad. Ella me devolvió la mirada en silencio. Muy despacio, dirigí la mano hacia sus pechos y sostuve su mirada—. Eres tan hermosa —dije—, que todavía me cuesta creerlo. Cada vez que te miro es como un regalo.

Esa clase de cumplidos, los que hablaban de su aspecto, no le molestaban. Sonrió, mucho más relajada.

—No he sido yo quien lo ha elegido... — se limitó a decir. Toqué uno de sus pechos y empecé a acariciarlo. El pezón se puso duro de Inmediato y a su alrededor se tensó la piel. La amaba y deseaba de una forma casi dolorosa, pero era necesario proceder con calma. Le sonreí, me incliné y la besé suavemente, sin expectativas.

Le acaricié los labios con la lengua y luego fui bajando muy despacio hasta llegar a sus pechos. Apoyé los labios sobre uno de sus pezones y lo mordisqueé. Sus pezones eran menos sensibles que los míos, pero al cabo de un rato empezó a reaccionar ante mis caricias: se movía, inquieta, y gemía con suavidad. Me acosté sobre ella y la besé de nuevo, esta vez con más pasión. Me devolvió un beso tan apasionado como el mío. Dejé resbalar una mano hasta sus piernas y las separé. Cuando la acaricié en el centro exacto, jadeó y yo "que no podía aguantar más" me deslicé por su cuerpo y le separé aún más las piernas. Se revolvió en la cama, impaciente. Con la lengua, busqué hasta encontrar la entrada de su cuerpo. Mientras ella levantaba las caderas para acercarse más a mí, introduje la lengua en su interior y gritó.

—LAUREN cariño —Aquella era la palabra que reservaba para los momentos de más pasión. De otra manera, jamás se la habría oído pronunciar. Tracé círculos con la lengua en el interior de su cuerpo. Gritaba cada vez más y se entregaba por completo. Busqué el clítoris con la lengua y se lo acaricié, al mismo tiempo que le introducía un dedo. Lanzó las caderas hacia mí con tanta fuerza que pensé que no podría sujetarla. De repente, y cuando tenía las caderas en el punto más alto, se paró y le tembló todo el cuerpo. Seguí acariciándola con la lengua hasta que se dejó caer hacia atrás. Respiraba con dificultad. Muy despacio, empecé a subir y le acaricié de nuevo todo el cuerpo. Ella buscaba ardientemente el contacto de mi mano y suspiraba de placer. Cuando llegué a su altura me tomé unos segundos para observar todo su cuerpo y me invadió una increíble sensación de ternura.

—Te amo —le dije. Antes de darle un apasionado beso luego Me miró, relajada y satisfecha. Sus ojos me dieron a entender muchas cosas, pero no dijo nada.

—yo... yo lo sé —se limitó a murmurar, y yo me pregunté si alguna vez lograre escucharla pronunciar "esas palabras"

*****

Me despertó con un beso.

—Lern, Me voy —dijo, en voz baja. Me recobré en un segundo. ¿Aún no estaba del todo despierta, pero "la había escuchado llamarme Lern?", sin embargo, estaba muy dormida fácilmente lo pude haber imaginado. No quería que se marchara, pero sabía que no había nada que hacer. Y a mí también me tocaría volver pronto al trabajo y a la Normalidad. De momento, el sueño había terminado. Tenía una taza de café en la mano.

—Un último café en la cama —dijo—, para despertarte. ¿Había un destello especial en su mirada? ¿Hasta ella lo había notado? No, la verdad es que me estaba observando con una mirada de lo más amorosa. No entendía cómo podía estar tan despejada a aquellas horas de la mañana.

Mi Reina De La Noche CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora