2.- Fiesta

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—Entonces... ¿No irás a la fiesta de mañana? —preguntó mi amigo de cabello rojo mientras observaba algunas navajas del pequeño stand a lado de la caja registradora.

—No lo sé, Michael. Sabes que no soy muy amante de las fiestas.

—Vamos, dude. Que mira, salir con alguien necesitas, ya basta de que estés solo y soltero.

—Disculpa, ¿qué no estás solo y soltero también?.—me burlé ante sus mismas palabras, recibiendo una seña de parte de él, levantando su dedo de en medio hacia a mí.— Vamos, hombre, solo bromeo... Aparte, sé que tienes lo tuyo. Sé que estás entusiasmado por qué Lilli irá a la fiesta.—dije regalándole una pequeña sonrisa para apoyarlo.— Es obvio que quieres ir.

—De acuerdo, si irá ella y quiero que me acompañes, de verdad me pongo demasiado nervioso frente a ella, sé que estarás ahí para ayudarme. Por favor, Ashton.

—Él irá, yo me lo llevaré.—ambos volteamos a ver hacia dónde se dirigía esa voz, captando ya a Calum a lado mío con una caja mediana color café.— Cerraremos temprano, nadie viene los viernes a partir de las seis, mi padre no se va enterar.—Dijo mientras alzaba sus hombros despreocupado.

—¿Hay alguna manera de negarme?.—pregunté mirando a ambos, a la cual negaron con su cabeza al mismo tiempo.

—Solo un rato, vamos. Hagamos un trato, si vas, te dejo libre sábado y domingo con paga.

—¿Paga extra?

—Paga normal, tarado. Oye, que estar descansando en casa mientras te paga no está mal, creo que ningún amigo-jefe haría eso.

—Si yo fuera tú, Ashton, aprovechará.—sonrío ampliamente Michael mientras tomaba un pequeño llavero en forma de un alacrán.— ¿Cuánto por este?

—Un dólar.—sonrío a Michael para luego voltear a verme de nuevo.— ¿Aceptas? ¡Hombre, que ya no sé qué hacer para que salgas de casa y te vayas de fiesta!

—Ya, ya, iré.—dije sonriendo un poco incómodo ante la mirada de ambos. Tenía mucho que no iba a una fiesta, como había dicho, no son de mi agrado ir, prefiero mil veces quedarme casa. Aún que, eso de no trabajar todo el fin de semana sonaba bastante bien.

—¡Oh! Una pequeña anciana. Ya regreso.—Dijo Michael sonriendo ante ver aquella imagen de aquella señora mayor entrando a la tienda para poder ayudarla.

—¿Michael no ha pedido trabajo?

—No, y no lo creo. Aún que, sé que le vende bien a los clientes, pero como no ha dicho nada de qué quiere paga, nadie dice nada.—sonrío Calum para luego regalarme un guiño, tomar de aquella caja mediana color café y llevarla hacia la bodega.




—Así que, ¿irás a la fiesta siempre?—preguntó aquella voz de aquel rubio detrás de la llamada.— Mi hermano suele hacer fiestas algo... Peculiares.

—¿Peculiares?

Había pasado ya dos horas que había llegado a mi departamento, como siempre, llego a casa y subo directo a mi habitación por qué no hay nada que hacer, salvo que encender mi laptop y ver que una que otra serie o película en diferentes páginas de internet.

Hace ocho meses me había mudado de casa, era bastante extraño que para mi edad estuviese viviendo aún en la casa de mis padres. Obviamente, con el dinero que ganaba se me facilitaba pagar renta y otros servicios de aquí del departamento, es decir, estoy solo, casi no estoy aquí, así que gasto poco.
Mi departamento no es grande, pero tampoco es chico, y si decimos un "tamaño mediano", podría decirse que es un poco—cualquier cosa— más grande que este. Vivía solo, ni si quiera tenía una mascota que viviera conmigo, por lo mismo, no vivo mucho tiempo aquí, creo que sí tendría una pequeña mascota ya hubiese muerto.

—Si, ya sabes. Bueno, es algo extremista. Con eso de que no están mis padres en casa, aprovecha cualquier situación para poder hacer un poco de desastre y arreglárselas para que todo esté en orden para cuando lleguen mis padres a casa.

Los padres de Luke son publicistas, muy reconocidos aquí en la ciudad y en el país, así que ellos viajaban cada dos o tres semanas a diferentes lugares y tardaban todo un fin de semana o una semana lejos de aquí, ahí era cuando Jack hacía de las suyas. Había escuchado que sus fiestas eran de los más geniales, más nunca me había tocado ir a uno, creo que ni los chicos les gustaba estar presentes ahí, me imagino por el como dicen de las cosas que pasan.

—No te preocupes, sólo iré un rato, quiero apoyar a Michael por Lillia y por qué Calum me dará el fin de semana libre con paga. Al menos que esté ahí una o dos horas para hacer acto de presencia y luego salir de ahí y correr a mi cueva.

Reí ante mi comentario por qué ante todo era verdad.

—Esta bien, entonces nos vemos mañana. Te paso la dirección por mensaje.

—Vale, gracias.

Dicho esto colgué la llamada y tiré mi teléfono hacia aun lado para poder cerrar mis ojos mientras me encontraba recostado en cama. Suspiré pesadamente y me puse de pie para poder tomar mi maleta de viaje y guardar algunas cosas para andar un poco en bicicleta por las montañas a explorar por la mañana, dado que entraba de trabajar hasta las dos de la tarde, un rato que fuera a despejar mi mente, a tranquilizarme y regresar para trabajar e ir a la fiesta.

Sí que será un día bastante largo.

147 Horas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora