CORAZÓN DE FUEGO II

Un plan especial

Capítulo 11. Un plan especial.

Diana y Leo estuvieron un buen rato en el patio para entrenarse y así poder acabar con Edu y Saño, Sean y Alexandra los estuvieron ayudando, Sean ayudaba a Leo a transformarse cada vez más rápido y Alexandra ayudaba a su hija Diana con el poder del fuego.

Acabaron cansados, comieron algo antes de irse a descansar un rato. Diana no quería descansar pero sus padres preferían que estuviera más fuerte antes que débil, así que la obligaron a dormir. Pero Diana no se iba a rendir con facilidad. Cuando Diana se aseguró de que todo el mundo estaba en sus habitaciones, entonces fue al patio. Se entrenó con más brusquedad. Se obligó a ella misma a esforzarse cada vez más.

Se sentó un rato para descansar pero se le cerraban los ojos cada vez más, estaba realmente cansada, no le quedaban más fuerzas.

Finalmente se quedó dormida.

Leo fue a la habitación de Diana a comkprobar que estaba en su cama, pero no la vio, entonces supuso dónde estaría. Bajó al patio y allí la vio dormida.

Se acercó a verla, soltó una risita escondida, le acarició la mejilla y la recogió en brazos, llegaron a la habitación de ella, y la dejó en la cama intacta cómo si no se hubiera levantado en toda la noche. Al día siguiente se levantó y al verse allí en la cama supo quien la había subido a su habitación. Bajaron todos a desayunar a la cocina para después entrenar.

-         Gracias.- dijo Diana con una sonrisa.

Entonces se giraron todos hacia donde estaba ella.

-         ¿A quien se lo agradeces?- preguntó su padre Sean.

-         A Leo.- dijo Diana mientras le miraba con una sonrisa.

-         De nada.- dijo Leo devolviéndole la sonrisa.

Él sabia de que se trataba.

Salieron todos al patio para acabar el entrenamiento, pero Diana después del entrenamiento nocturno estaba fatigada.

-         No debiste de acostarte tarde, ahora no puedes más.- dijo el joven.

-         Si que puedo no te preocupes tanto, ¿vale?

-         Lo siento no puedo evitarlo.

Al oir las palabras de Leo, no pudo evitar sonreir. 

Diana se acercó a él y sin poder evitarlo lo abrazó. Leo se sorprendió pero terminó por rodearle con sus brazos.

La joven se separó rápidamente, no podía creer lo que había hecho. Se sonrojó al ver la cara de sorprendido de él.

-         Bueno ahora vamos a entrenar vale y luego te vas a dormir.- dijo Leo con una caricia a la mejilla.

-         Vale, pero me dormiré si tu estás conmigo.- dijo Diana.

-         Vale estaré contigo, hoy dormiremos juntos, pero solo hoy.

Entrenaron hasta muy tarde pero era el último entrenamiento el mago presenciaba que Diana y Leo ya estaban listos. Se fueron a dormir, y cuando todos estaban durmiendo Leo se dirigió por el  pasillo hasta la habitación de Diana que estaba esperándolo.

-         Ya era hora pensaba que no vendrías.- dijo Diana incorporándose.

-         Yo no falto a mis promesas.- dijo Leo acostándose en la cama, para Diana que Leo estuviera en su cama era entrarr a una zona peligrosa, pero ahora no le importaba.