CAPITULO 3 "GIRASOLES y 21 CARTAS"

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"дорогой América
Привет Alfred, te he estado hablando, pero no contestas, entonces decidí enviarte e-mail pero no se tu correo, así que opte por enviarte cartas, esta es la número ¿21?, creo que si ¿América por qué no me contestas?, estoy preocupado por ti, ¿cuándo regresas?

Yo estaría encantado por ir a verte, pero ahora no puedo, deseo verte otra vez.
до свидания

PD: los girasoles son de mi jardín, yo mismo arme el ramo, 21, es de buena suerte que sean impares.

Atentamente:
Iván Braginski
*Rusia*"

-¡Es la numero 21! ……..¡21!-gritó el americano al terminar de leer la carta, Rusia le había estado enviado cartas desde hacia un tiempo, pero esa era peculiar, venia acompañado de un hermoso ramo de girasoles.

-Los girasoles son hermosos, ese ruso ya enloqueció- puso el ramo dentro un florero y las acento en la mesita de la sala.
-"Deseo verte otra vez"- esas palabras daban vuelta en la cabeza del rubio, ¿Por qué el ruso era atosigador ahora?
El día estaba muy soleado y Alfred comía una hamburguesa.

Veía los girasoles mientras comía, sonreía al verlas, eran grandes y bonitas, nadie le había dado antes un detalle así, ni Arthur cuando era su novio lo había hecho. Abrió los ojos al percatarse que pensó en Arthur y echo una carcajada, ya no se entristeció, ni lloro al recordarle, eso era bueno.

Los días pasaron y los bellos girasoles se empezaban a marchitar, las miro esa mañana y sintió algo raro en su pecho, pensaba que el ruso así estaba, que se marchitaba lentamente al no recibir respuesta de su parte, entristeció un poco y rápidamente tuvo una loca idea, iría a visitarlo para agradecerle las molestias de enviarle tantas cartas y el hermoso ramo.

-Yes!…un héroe siempre es agradecido con sus fans hahaha-sin pensarlo dos veces empezó a idear su viaje. Tendría que hacer una escala por Alemania ya que tenía unos asuntos y papeles que firmar, además de que Gilbert le invito a tomar unos tragos.

Una maña se despertó, desayuno hot cakes, acomodo su maleta, miro las cartas de Rusia tiradas en su escritorio y las guardo en su depósito, sonreía mientras cerraba la puerta, jamás nadie le había enviado tantas cartas, se sentía bien animado. Tomo un baño y mientras se secaba el cabello recordó un fragmento de una de las cartas que había leído.
"….tu risa es hermosa, me hace sonreír, aunque hay veces que me dan ganas que esa expresión se vuelva una de sufrimiento…”
Por alguna causa se dio cuenta que ya no estaba triste, sentía que ya había superado el desamor de Arthur; suspiro y se puso ropa, tomo sus cosas y partió al aeropuerto rumbo a Alemania.
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Gilbert arreglaba el bar de su casa. Su amigo el americano llegaría a su casa, estaba ansioso, ya quería presumirle a Iván que Alfred estaba con el, lo que el pruso quería era molestarlo, además quería subir su popularidad a cuestas de la joven potencia.

Después de dejar todo liso decidió llamar a Rusia para molestarlo un poco, la "guerra" que comenzaron, por la conquista de Alfred, empezaba y Gilbert había tomado la delantera, según eso creía el.

-Hallo! …¿quien crees que vendrá a mi casa hoy?-

-¿Prusia? Oh que horrenda voz  tienes, ¿Qué dices? ¿Quien?- contesto el eslavo al recibir la escandalosa llamada.

-ALFRED  F. JONES-

-¡América! -el ruso sintió ganas de matar al alemán, pero se quedo callado, Alfred había decidido ir a Alemania, a pesar de que él le había enviado cartas invitándolo a visitar Moscú y San Petersburgo, había sido rechazado -No me importa–colgó rápidamente.

VE A CASA ANTES QUE LLUEVAWhere stories live. Discover now