CAPITULO 4 "SUEÑOS"

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“-дa...es un girasol-contesto el ruso al pequeño rubio que andaba merodeando por su jardín.

-Me das uno-

-Het, son solo mías-

-Anda en Eurpopa no hay muchos y aquí tienes muchas ¿me regalas uno?-junto sus manitas para pedir con un gesto muy tierno, esas flores le habían gustado mucho.

-Te lo daré pero, quiero algo a cambio, ¿qué me darás?-

-Mmm...-pensó por unos instantes y grito de pronto  sabiendo que le daría a cambio al ruso-¡Ya se!...jiji-se quitó su moño rojo del cuello y se lo extendió ofreciéndole el listón de regalo -Toma...- el pequeño Alfred recién encontrado le miraba sonriendo.

-спасибо!- se agacho a tomar la flor más grande y hermosa de su jardín, de igual forma se acercó al menor y le extendió el girasol- Es para ti… America, me agrada que te gusten-

-Than kyou...- el infante, maravillado por su enorme flor, la abrazo a su pecho y dio saltitos emocionado, vio al albino que sonreía  y se acercó él para darle un beso la mejilla derecha –See you later...-

Toco su mejilla con un leve tono rojizo en él,  vio al menor irse feliz con su gran girasol, bajo la vista y en su mano izquierda tenía el moño rojo de su bata que él se lo había obsequiado, rió enternecido por ese gesto y  la pego a su pecho.

-Alfred..-

Su sueño fue interrumpido por un ruido en la casa, por alguna razón  la voz del estonio era muy alegre y conversaba efusivamente con alguien, eso era lo que le había despertado.

-América a Rusia creo que le fascinara saber que está en casa-

-Supongo que sí, soy el mejor y es obvio que desee ver a mi súper yo-

-Instálate aquí, ahora mismo lo despertaré - trato de acomodar al rubio extranjero en algun lugar.

- Esta bien, gracias hehehe-

El país báltico corrió a ver a Iván, Alfred admiraba la casa, era muy grande y algo vieja, pero había algo en ella que la hacía lucir hermosa, acogedora y tranquila, por su ventana se podía ver a lo lejos basílica de San Basilio. El jardín se percibía lleno de girasoles, esas flores eran sus favoritas aunque nadie lo supiese, de pronto algo le llamo la atención en uno de los adornos de la casa, un objeto extraño, desentonaba con todos los artículos y matrioshkas,  al observar bien el objeto abrió los ojos admirado por reconocer ese peculiar objeto.

-Eso es…-

-El listón rojo de América -le contestó esa voz suave -Lo he guardado desde ese día –

Sus miradas chocaron por un par de segundos, no tenía idea de por qué lo hacía pero ahí estaba, esos detalles insignificantes, ni Arthur guardaba nada de cuando vivía con él -Ya veo...hahaha-

-Me alegra tenerte en casa, notaste ese cielo brilloso, en mi casa nunca brilla el sol tanto, ese calor es tan agradable, que es acogedor-

-Es cierto, tu casa es fría y hoy parece haber sol- miro de reojo la ventana, era increíble que no hubiese tanto frio ahí.

-¿Por qué crees que salió?-

-No lo sé- dio un paso hacia él sin darse cuenta.

VE A CASA ANTES QUE LLUEVAWhere stories live. Discover now