Un cumpleaños inolvidable

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La navidad había pasado, así que Naruto se encontraba durmiendo en su habitación.

Jiraiya había entrado a la habitación de dicho chico, y al parecer no tenia buenas intenciones.

Con un balde en la mano, empapo a Naruto, y este despertó de un gran salto.

-¡¡Que te ocurre ero-sennin!!- grito molesto.

-Lo siento Naruto, ya es muy tarde y sigues dormido, no tenia otra opción- dijo tratando de explicar.

-Y, ¿para que es tarde?- dijo calmándose.

-No me digas que no te acuerdas-

-No- dijo el rubio confundido.

-Es el cumpleaños de la pequeña Hinata- dijo explicando y con una gran sonrisa.

-¡¡Que!!- salio de la cama y se puso a buscar ropa limpia.

Se podía observar a un Naruto atareado y un Jiraiya feliz, que parecía perdido en sus pensamientos.

Después de un rato Naruto ya estaba listo.

-Ya me voy ero-sennin- aviso, guardando consigo una pequeña caja.

-¿Que?- salia del transe - Oh si, por cierto, no voy a estar- 

-Eso ya lo se- reprocho el rubio -cada vez que pone esa cara es por que va a espiar a las mujeres, ¡viejo cochino!-

-No digas eso- dijo avergonzado -ya te dije que es investigación para mi libro-

-Si claro- Naruto salio corriendo.

El chico salio de su casa, dirigiéndose a la de alado, pues según el viejo ya iba tarde.

Toco a la puerta, estaba nervioso; una hermosa mujer peliazul abrió la puerta.

-¡Naruto!- dijo al abrir -que bueno que viniste, pasa-

Al entrar Naruto imaginaba muchos niños de su edad en toda la casa con musica y globos.

Se dirigieron a la cocina, solo observo a una triste Hinata sentada a la mesa frente a un gran pastel.

-¡Hola Hinata!- dijo Naruto.

-Hola, N-naruto-kun- dijo ella.

Había un pequeño silencio, el cual se rompió tras el sonido de un teléfono que no se encontraba muy lejos.

Hana fue a atender, solo se escuchaba lo que ella decía, y al parecer no era nada bueno.

-Lo siento, Hinata, Naruto- dijo la mujer.

-¿Q-que ocurre?- pregunto la pequeña.

-Es tu padre, surgió un problema en su empresa y tendré que ir-

La mirada de Hinata se volvió a notar triste, pero a la ves parecía que no le molestaba.

-Lo siento, te lo compensaré- dijo antes de salir.

De nuevo el silencio apareció, después de un momento Naruto lo rompió.

-Ne~ Hinata- dijo para atraer la atención de esta -Celebremos-

-¿P-pero como?- dijo tristemente.

-Tu sigueme-

Naruto tomo la mano de Hinata, haciéndola salir de la casa.

-P-pero N-naruto-kun, mis padres s-se enojaran- dijo al ver lo que ocurría.

-No te preocupes, es mi deber festejarte en grande- sonrió ampliamente.

Después de un rato de caminar sin rumbo, se detuvieron frente a un restaurante, no era muy lujoso pero se veía que era muy conocido.

-Bien aquí es- menciono Naruto.

Ambos entraron al establecimiento, se sentaron en la barra.

-¡Hey viejo Teuchi!- grito Naruto para llamarlo.

-¡Naruto, que bueno verte por aquí! ¿Que se te ofrece?- dijo sonriente.

-Mm...- pensaba el rubio - Quiero dos miso ramen-

-Enseguida- empezó a preparar la orden.

Después de un rato, Teuchi extendió ambos platos frente a sus pequeños comensales, dejando a un Naruto feliz.

-Gracias- exclamo Naruto.

El chico iba a empezar a comer cuando observo a su acompañante, se notaba triste.

-¿Que sucede, Hinata?-

No dijo nada, solo las lágrimas empezaron a caer por su rostro, intento detenerlas pero era inútil, no podía ocultarlas.

-¿Hinata...?-

-L-lo siento N-naruto-kun, solo que, solo que es la p-primera ves q-que paso mi cumpleaños con alguien de mi edad- dijo aun llorando.

-Hinata- atrajo su atención -Te prometo que a partir de ahora festejaras tu cumpleaños conmigo-

-G-gracias N-naruto-kun- se sonrojo, las lágrimas empezaron a cesar así que las limpio.

-¡Es una promesa dattebayo!- sonrió ampliamente.

Tras esto, ambos de gustaron sus tazones de ramen, ninguno dejo una sola gota.

Naruto pago la cuenta con el dinero que tenia en su monedero, lo que sorprendió a Hinata al ver que lo tenía.

Agradecieron por la comida y se fueron del lugar; regresaron a la casa Hyuga, no había nadie, esto alivio a Naruto.

-Ven Hinata- exclamo Naruto.

-S-si- Respondió la ojiperla.

Naruto coloco a Hinata frente al pastel y puso cinco velitas sobre este, las encendió y empezó a cantarle.

Hinata ahora no estaba triste, tenía una sonrisa y un gran sonrojo ante el acto del rubio.

Al finalizar su canción, Hinata apago las velas y ambos comieron un trozo de pastel.

-Estaba bueno- dijo Naruto ya satisfecho -¡Cierto!- dijo recordando algo- Ten, Hinata-

Naruto extendió una pequeña caja hacia Hinata, la cual ella tomo y al abrir, se sorprendió por su contenido.

-Que h-hermoso- dijo admirando el collar que se encontraba en sus manos.

-¿T-te gusta?- dijo Naruto nervioso.

-S-si es hermoso- se sonrojo -Lo tendré siempre conmigo- lo decía mientras se lo colocaba en el cuello.

-Me alegra que te guste- se rasco la nuca -en cuanto lo vi, pensé en ti- rió.

-Gracias, N-naruto-kun- sonrió ampliamente la pequeña peliazul.

...

Era ya muy noche, y un par de Hyugas llegaron a la casa, al entrar vieron un par de chicos dormidos en los sillones de la sala.

Continuará...

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