Tan Sólo Vecinos

Tan solo vecinos

Un nuevo amanecer

Naruto salió corriendo de su casa para dirigirse a la de junto, en la cual, empezó a golpear ferozmente la puerta hasta que sus nudillos empezaron a sangrar.

-¡Abranme!- gritaba fuerte junto con sus golpes.

La puerta hacia señales de que estaba siendo abierta, lo cual Naruto dejo de golpearla y aprovecho para entrar a empujones dentro de la casa ignorando a la persona que le había abierto.

-¡Hinataaaa!- grito corriendo entre pasillos hasta finalizar en una habitación, vacía.

Miro a todos lados y su mirada se cruzo con la de Neji que estaba parado en la entrada del cuarto.

-¡¿Dónde esta Hinata!?- era demasiado obvio el motivo por el que estaba ahí, pero aun así, tenia que preguntar.

-Ella, ya se ha marchado- seriamente hablo el castaño.

-Mierda- hablo Naruto mientras salia corriendo de la habitación.

El rubio salió de la casa y desesperadamente buscaba con la mirada pero, para su mala suerte, había empezado a nevar, segando le un poco la vista.

El ojiazul se estaba desesperando, no sabia que hacer...

-¡Hinataaa!- solo pudo recurrir a gritar de nuevo su nombre antes de caer arrodillado en el suelo -Lo siento-

Neji salió de la casa dirigiéndose a lado del Uzumaki y posicionarse a su altura.

-Aun no es demasiado tarde-

El chico solo lo miro, y el castaño metió una de sus manos en su bolsillo, sacando unas llaves.

-Estas son las llaves de mi motocicleta- extendió el brazo entregándoselas al rubio -te servirá para llegar al aeropuerto-

-Neji...- se sorprendió ante al acto de ojiperla que solo pudo emitir su nombre.

Ambos se levantaron y se dirigieron a la cochera de la casa Hyuga, donde se encontraba la moto, en la cual Naruto se monto e inserto la llave, encendiendo el vehículo.

-Gracias Neji, te debo una- fueron las ultimas palabras del rubio antes de arrancar la motocicleta y salir del lugar.

-Nunca cambiarás, Naruto Uzumaki- Neji soltó una carcajada.

...

El viento frío rosaba por la cara de Naruto y la nieve impedía que este viera el camino por el que andaba pero, aun así, no bajaba la velocidad, no le importaba que ya no sentía sus mejillas ni que posiblemente podría chocar con algún auto, lo único que le importaba era llegar a tiempo.

...

-¿Gusta algo de beber señorita?- una mujer de traje, al parecer la aeromoza, hablaba amablemente mientras se dirigía a una peliazul que se notaba pensativa -¿señorita?-

-¿Ah?- salio de su trance -No gracias- le sonrió nerviosamente.

-Bien- correspondió a la sonrisa -Le aviso que pronto despegaremos- tras esto, se marcho.

Hinata volvió a sus pensamientos... "Esto sera lo mejor... Pero..."

...

El sonido incesante de la motocicleta estaba resonando en los oídos del rubio y, con un resoplido final, la moto empezó a apagarse.

-¡No!- grito Naruto al darse cuenta de esto -¡Por favor no!- volvió a gritar al momento en que el vehículo se había detenido completamente.