CAPÍTULO III

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Segundo día. Me levanté sin prisa, desayuné ligero y salí para el estudio. Cuando salí del metro a penas eran las diez en punto. "¿Café?".

Entré en la pastelería donde conocí a Octavia ayer: me debía un café. La cola llegaba hasta la puerta, pero a los pocos segundos alguien gritó mi nombre al otro lado de la barra. "¿Clarke?". Vi a Octavia tras la pantalla del ordenador, sonriendo, así que me acerqué a por el café. Doble, con nata y polvos de cacao por encima. Se me iban a colapsar las venas solo de mirarlo.

Me senté en una mesa libre que había en la esquina y saqué el móvil. Medio Twitter hablando de Lexa y Roan. Después del día que pasé ayer, lo único que hago es darme cuenta de que mi comportamiento fue estúpido.

- ¿Te gusta?— Octavia estaba en la mesa de al lado, llenando una bandeja con tazas y platos usados. —No sabía lo que tomabas.

- ¡Sí! Muchas gracias, Octavia, ¿Haces esto con todos tus clientes?

- Sólo con los que me caen bien y tienen cara de perdidos. –Me sonrió mientras cargaba más la bandeja. —Tengo que seguir por allí, pero cuando tengas un rato, ya sabes. – Sonrió y nos despedimos. Esta chica era muy maja.

Cuando acabé el café salí de la pastelería y me dirigí al estudio. Me hubiera gustado saber algo más de los chicos con los que grabaríamos hoy. Espero que Anya me ponga al día antes de que lleguen. Cuando se abrió la puerta del ascensor me paralicé. Todos los pensamientos sobre Lexa que había estado intentando esfumar de mi cabeza me llovieron encima al verla ahí, parada, con los ojos ahogados en mil lágrimas a punto de caer.

- ¿Hola? – dije, con más miedo que vergüenza — ¿Estás bien? – Se pasó las manos por los ojos y me miró, con una sonrisa fingida, intentando ocultar que no estaba nada bien.

- Hola, Clarke. Sí, estoy... bien. Un día duro, ya sabes. He venido a hablar un par de cosas con Anya, pero ya me iba. – Entró al ascensor y levantó la mano para despedirse de mí. – Nos vemos.

Y ahí me quedé parada. Pensando en cuánto me gustaría estrecharla entre mis brazos y decirla que todo iría bien, aunque seguía sin saber qué podía arrebatar toda la alegría a esa mujer.

- Buenos días, Clarke, llegas pronto.— Anya me sorprendió por la espalda. Cogió unos papeles del mostrador de Jasper—¿Vienes? –Sin salir de mi ensimismamiento, la seguí. Iba hablando sobre los chicos, pero no era capaz de escucharla. –Clarke, ¿Me oyes?

- Sí, perdona –Ni idea de lo que había dicho –Oye, ¿Qué quería Lexa?

- Nada importante, luego lo hablamos. –Se detuvo un momento en su discurso para no aclararme nada y luego continuó. –Hoy verás un poco como funcionamos dentro del estudio. Poco a poco, ¿Vale? Si tienes alguna idea, o quieres probar algo, pues lo dices. Aquí contamos todos.

- Muy bien. –Seguía con la cabeza en otra parte y ella lo sabía.

- No te preocupes por Alexandra, estará bien, es todo un malentendido. –¿Por qué siempre sabe en qué estoy?

Me habló de la trayectoria del grupo: The Grounder se llamaban. Al parecer no llevaban mucho tiempo y han ganado un concurso del estudio para grabar aquí su primer EP. Iban a ser tres temas, pero no nos llevaría tanto grabarlas como con el resto de clientes. Iba a ser una cosa rápida. Luego les explicaríamos todo el proceso de mezcla y masterización. Me vendría bien para entenderlo todo mejor, la verdad. Comimos con ellos y les enseñamos las instalaciones.

En torno a las 8 de la tarde se fueron, y yo volví al despacho de Anya. Llevaba todo el día pensando en qué le habría pasado a Lexa para irse de aquella forma, pero no me atrevía a preguntárselo a Anya.

[Clexa AU] Cuando me elegí a míWhere stories live. Discover now