EPÍLOGO

942 86 27
                                    


Cuando llegó a casa se sorprendió al ver un sobre encima de su felpudo. "Invitación". No tenía ninguna boda pendiente. Abrió la puerta y examinó el sobre mientras dejaba sus cosas a un lado.

Se sentó en el sofá y lo abrió:

"Después de esta pausa para ponerlo todo en su lugar, ha llegado el momento de volver a los escenarios con más verdad que nunca; con más de mí, pero sobre todo con más música.

Es por ello que tienes una cita conmigo el próximo sábado en la Fundación Olivar de Castillejo. Empezaremos sobre las 21.30h. No faltes.

Lexa Woods."

Leyó la tarjeta un par de veces antes de poder asimilarlo. Una vez más los rumores volvían a ser ciertos: después de casi un año sin saber nada de ella, volvía. Y no lo hacía por todo lo alto llenando un estadio cuatro noches seguidas como sabía más que de sobra que podía hacer, no. Lo hacía en el Olivar, uno de los rincones con más encanto de todo Madrid para hacer algo íntimo, pequeño y, seguro, muy personal.

Tragó saliva.

No pudo evitar darle más vueltas. ¿Qué significaba este regreso?¿Por qué le mandaba una invitación?¿Qué quería de ella a estas alturas? ¿A caso quería algo? Lo estaba consiguiendo, la estaba dejando atrás. Se estaba dedicando a su música, a su trabajo, a sus amigas. Y de nuevo llegaba como un huracán para descolocarla entera. Decía que todo estaba bien y no hacía más que volver a caer. Y es que Lexa era así, viento que despeina y se va. ¿O quizás esta vez no? Sin ilusiones, Clarkie, que siguen doliendo.

Guardó el sobre de nuevo: tenía hasta el sábado para pensar si iba a dejar que el huracán le arrollase o si debía ponerse a salvo.

- Buenos días, Clarke, ¿Podemos hablar antes de que te pongas con tus cosas?—Anya la interceptó según salía del ascensor.

- Sí, claro, ¿Qué pasa?

- ¿Sabes algo de esto?—dijo, levantando un sobre idéntico al que ella había recibido la noche anterior.

- Lo mismo que tú, al parecer. ¿Eso significa que vuelve con nosotros?

- No tengo ni idea, pero ya que nos ha invitado deberíamos ir, ¿no?—volvió a poner esa sonrisa pícara que ponía al principio de toda la historia, estaba claro que tramaba algo.

- Sí, supongo.

***

El corazón se le iba a salir del pecho en cualquier momento. Anya le había convencido para pasar a por ella e ir juntas hasta el Olivar, seguro que para evitar que en el último momento decidiera quedarse en el sofá pensando en cualquier otra cosa que no fuera Lexa Woods. Mientras la esperaba en el portal no hacía más que preguntarse si iba lo suficientemente arreglada para la ocasión. Seguía haciendo calor por la tarde, pero no sabía a qué atenerse cuando anocheciera por completo. Se puso unos pantalones pitillo negros y una camiseta básica suelta, pero no se fue sin coger una americana por si refrescaba después.

Cuando llegaron al sitio un chico les indicó dónde podían dejar el coche. Siguieron sus instrucciones y casi sin hablar comenzaron a andar por el camino que se abría entre los más de cien olivos que tenían a su alrededor. Un oasis en medio de Madrid.

El sol estaba empezando a ocultarse y unas hileras de bombillas colgadas por los árboles lo iluminaban todo de una manera tenue. Como suponía, no había un gran escenario esperándoles, sino una plataforma baja con un piano y varios taburetes altos colocados estratégicamente. En cualquier otra circunstancia aquella disposición hubiera cuadrado más para uno de sus bolos que para uno de los conciertos de Lexa Woods. Definitivamente esa noche les iba a sorprender.

[Clexa AU] Cuando me elegí a míWhere stories live. Discover now