~Juntos Al Fin~

La llamada

Alvin ahora estaba en Venecia. El hotel 5 estrellas en el que se encontraba tenía una fabulosa vista de balcón. Pero no podía disfrutarlo porque estaba bastante afligido, incluso algunos chicos del programa decían que estaba perdiendo su chispa.

Alvin normalmente se tomaría ese tipo de comentarios a pecho, pero esta vez parecía no darle la menor importancia. Estaba cabizbajo y pensativo.

Miraba hacia la calle y se sentía peor. A pesar del bello paisaje, no podía evitar sentirse solo al ver a tantas parejas recorriendo el lugar en canoas a la luz de la luna. Él quería ser así ahora.

-¿Qué estoy pensando? -se dijo a sí mismo- ¿Pensando en todas esas cursilerías? Alvin no es así. Bueno, por otro lado he crecido ya. No tengo ganas de seguir con todas esas ideas infantiles del pasado. Sólo quedan intactos mi carisma y encanto natural pero, ¿a quién le importa? Todos en casa siempre me verán como el mismo niño problemático y egoísta. No sé como me han soportado todos estos años. De verdad los extraño mucho...

Entonces una idea llegó a su mente. ¿Por qué no llamarles? En realidad no fue ni Dave ni Simon ni Teodoro en quien pensaba llamar. Siempre que necesitaba ayuda en algo, por más tonto que sea, siempre pensaba en Brittany antes que en cualquier persona por alguna extraña razón.

Brittany se encontraba en una fiesta con los chicos populares. De hecho estaban hablando de Alvin.

-¿Y qué tal está Alvin? -preguntó Annie Con su típico tonito de niña fresa- Sólo lo vemos en televisión. ¿No sabes donde está ahora?

-Sí, Brittany. Cuéntanos algo sobre él -dijo Ámber.

Brittany pensaba en Alvin y no podía evitar suspirar.