Shy [Xiumin; EXO]

Capítulo 33

Yang Eun era el prototipo de chica ideal: estatura promedio, cabellos lacios, brillantes y negros, largos hasta su cintura diminuta, buenas notas, y actitud agradable, utilizando siempre un tono relajado, armonioso, para hablar. Yang Eun era todo lo que cualquier chico habría esperado de una chica, bonita e inteligente. 

Y todos envidiaban a Sehun: alto, buen físico, buenas notas, titular del equipo de fútbol americano, amigos igual de populares que él, y una novia de ensueños. 

Sehun debía de estar feliz, pero no lo era.

Él no quería a la perfecta Yang Eun como novia, él quería a la cascarrabias de la sub-capitana de las animadoras, la misma que siempre insultaba a todos, la que hacía rabiar a todos los profesores, la que intimidaba hasta a los de tercer año, la delgadísima castaña que en esos momentos debía estar junto a JongIn en el hospital mientras comía de a poco una ensalada.

Observó nuevamente a Yang Eun, con el cabello suelto cayendo por su espalda, la camiseta blanca bajo el pantalón azul cielo roto y arremangado que ocupaba, las zapatillas hasta los tobillos rojas, y la fina cadena plateada que colgaba en su cuello con palabras en chino que Sehun no sabría decir con exactitud qué decían. Y se reprendió, la chica era sumamente sencilla, dolorosamente linda. 

—Creo que deberíamos terminar —No le dolió, no sintió nada cuando la chica soltó aquellas cuatro palabras, y se sintió horrible con eso, se hacía ver que Kwan Yun el día anterior había tenido razón. —No he logrado hacer que me quieras, y de todas formas me iré...

Asintió, cabizbajo, rememorando todo con Yang Eun. 

<—Se mi novio. —Alzó una ceja, listo para rechazar con las mejores palabras a la presidenta del centro de estudiantes, no pensaba ser brusco con ella -y no es que lo fuese con las demás chicas que se le habían declarado hasta esa fecha, pero iba a procurar tener más tacto-, después de todo Yang Eun siempre era demasiado buena con todos, incluso con quienes no lo merecían. —Sé que te gusta Young Gi —No pudo evitar sorprenderse ante la aclaración de la pelinegra, y escuchó atento la suave risa que escapó de los carnosos labios femeninos. —No es por entrometerme en ese tema pero en verdad se nota que te gusta, Sehun. 

—Entonces, ¿por qué aún así quieres que...

—Estoy muriendo —Le cortó con rapidez en un murmullo que aún así llegó a los oídos del pelinegro, y jadeó antes de tensarse completamente. —No me había permitido acercarme a algún chico que me gustara por lo mismo, pero estoy empeorando y quiero saber qué se siente tener novio, yo también quiero pasar mis recesos con alguien que tome mi mano, que me invite a citas, a ver películas. —Yang Eun relamió sus labios, llevándose una mano al pecho y estrujando la blusa del uniforme justo dónde debía estar su corazón. —Mis pulmones fallan, y no quiero esperar a estar con una máquina respirando por mi para pensar en cómo se sentirá todo lo que no he vivido hasta ahora. Por favor, Sehun, ayúdame a vivir aunque sea unos meses sin miedo a morir. >

—Además, no quiero seguir arrastrándote, sin dejarte vivir como tu lo deseas...

<—Bésame —Pidió, con los ojos oscuros brillantes en ilusión, en una emoción que a simple vista no se notaba en el pequeño cuerpo en frente suyo, a escasos centímetros del propio. —No creo en eso de que el primer beso deba ser con alguien que corresponda tus sentimientos...

La acalló posando sus manos sobre sus caderas enmarcadas en la falda del uniforme, y la acercó con cuidado y lentitud hasta que sus labios se rosaron; el aliento de Yang Eun olía a moras y medicamentos, y cuando por fin la besó, cuando posó sus labios sobre los belfos adornados por brillo labial, notó el sabor a fresas que éstos tenían.