Capítulo 13 "Algo en común" (Editado)

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Amaba la biblioteca con todo mi ser. Había llegado a ella en la mañana y sabía que la tarde había caído. El tiempo se me había ido volando en este lugar.  Amaba leer novelas y esas cosas cursis, y sinceramente, esperaba algún día un príncipe azul que llegara a rescatarme, pero esas esperanzas habían ido muriendo poco a poco.

-Paola, el señor Antony quiere que vayas al comedor- interrumpió Luis mis pensamientos y mi lectura.

-Esta bien. En un momento voy-  avisé sin quitar la vista del libro. Escuché cuando salió y decidí terminar el capítulo que leía.

Cinco minutos después me levanté dejando el libro en la mesa que estaba a lado de mi sillón favorito. Era un sillón para 2 personas estilo vintage y lo mejor era que estaba en la ventana hacia el jardín trasero. Aparte de que era cómodo, tenia una bonita paz que me relajaba.

Llegue al comedor y Antony estaba comiendo sin quitar la vista de su teléfono. Él siempre comía en la cabeza de la mesa y yo me senté al otro extremo o a veces a su lado. Llego una señora de unos 45 años y me sirvió la comida.

El silencio gobernaba. Nadie decía nada y era lo mejor para los dos, pues a mi no me incomodaba, pero lo sentía muy pesado.

-¿Donde estabas?- me preguntó Antony indiferente aun con la mirada en su teléfono.

-En la biblioteca- respondí secamente

Antony quito la vista de su teléfono y me miro a los ojos.

-¿Y que te pareció?- me preguntó.

Admitía que era guapo, pero no valía la pena cuando secuestraba mujeres con las que estaba obsesionado.

-Perfecta- respondí con una pequeña sonrisa en la cara.

-Que bueno que te haya gustado, es mi habitación favorita de la casa- contestó.

Al parecer teníamos algo en común.

No respondí a su comentario y seguí en mi comida.

-Creo que debes dos disculpas- dijo Antony indiferente.

¿Dos?

-¿A quien?- pregunté confundida.

-A Karla y a mi- respondió mirándome.

Me contuve para no reírme en su cara. Estaba idiota si creía que me disculparía con los dos.

-¿Por qué a Karla?- pregunté indiferente. A ella sabía que le había hecho y que tal vez se merecía una disculpa, pero, ¿a él? Ni muerta.

-Porque la ofendiste a ella y al bebé- respondió.

-¿Y por que a ti?¿ Acaso te ofendí?- pregunté burlona. La persona que menos disculpas merecía aquí, era él. Al contrario, él me debía todas las disculpas del mundo.

-No, pero dijiste lo del secuestro enfrente de Karla- dijo Antony indiferente y un poco molesto.

-¿Qué esperabas? ¿Que viviera aquí sin que nadie se enterara? ¡Por favor!¿Cómo le hiciste creer que estaba aquí por mi voluntad?- pregunté molesta.

Ni las comidas podía disfrutar. Siempre se veían arruinadas.

-Le dije que eras una amiga lejana y querías hospedaje aquí hasta que encontraras un lugar donde quedarte- contestó Antony tomando con el tenedor un pedazo de carne.

-Hasta yo me lo creí- dije sarcástica.

Antony solo me miro con desesperación y volvió a centrar su atención en comer.

-Creo que yo también te debo una disculpa por mi comportamiento,  al igual Karla- dijo Antony rompiendo el silencio incómodo.

-Gracias, pero no quiero sus disculpas y no voy a dar las mías- contesté ante su comentario molesta.

-No seas orgullosa, Paola- comentó.

-Ademas creo que ella tiene razón- dije con malicia. Quería ver el mundo arder por un momento.

Antony quito la vista de plato y me miró confundido.

-¿Qué te dijo ella?- pregunté Antony.

No me quedaría callada, y al final del día, todos tendrían sus consecuencias.




Enamorada De Mi SecuestradorWhere stories live. Discover now