Entró y me miró fijamente, no sabía si darles las gracias o patearle la entre pierna.
-¿Como te sientes?- dijo rompiendo el silencio.
-Bien creo, y gracias por salvarme. Te prometo que te pagare lo del hospital y todos los...- me apresure a decir pero él me interrumpió.
-No me vas a pagar nada- se volvió a sentar en el sillón en que antes estaba -Yo no gaste nada, tranquila-
Lo miré confundida
¿Como que no había gastado nada?
Vio mi cara de confusión y soltó una pequeña risa. Se acerco a mi rostro.
-Eso es por que yo soy el dueño del hospital o ¿cómo crees que tengo tanto dinero?-
Tenía sentido, pero no creía que esta fuera su manera de conseguir dinero.
-Vendiendo drogas o prostituyendo gente- me encoji de hombros con una sonrisa divertida en la cara.
-Si, y tu eras la siguiente- contestó divertido también con una sonrisa.
La primera vez que hablábamos sin matarnos.
-No te creo capaz de ver que alguien más me mire- dije burlona. Esto era agradable.
-Tienes razón, nadie toca lo que es mio- dijo rápidamente. Estaba celoso
Ante su comentario, me sonrojé. Lo miré apenada y el sólo me guiño el ojo.
Si me lo hubiera dicho en otros momentos, tal vez lo hubiese golpeado, pero quería mantener esa paz. Me gustaba estar bien con el.
-Tengo hambre- intenté evadir ese tema.
-Que bueno que los digas, porque de hoy en adelante comerás como nunca en tu vida-
Solté una carcajada.
-¿Que quieres de comer?- preguntó
A ti.
-Pizza- hice un puchero. El me sonrió y salio por la puerta.
Su teléfono se quedó en la mesita que estaba a un lado de la cama, empezó a sonar. Vi el identificador.
Karla
Me dio un pequeño piquete de celos, entonces le colgué. No era muy necesaria en este momento.
Me recosté el la cama y cerré mis ojos. A mi mente llegaron muchos recuerdos.
Marco, Diana, la escuela, mi familia...
¿Que habrá pasado en mi familia? Simplemente no me buscaron que yo sepa. O no les importaba o Antony sabia mentir muy bien.
-Ya llegué- dijo Antony con 2 cajas de pizza en las manos, y una bolsa de plástico colgando.
Le sonreí en forma de respuesta.
Me senté bien, dándole algo de espacio a él y a la comida en la camilla. Me gustaba compartir momentos así con él y esperaba tener más.
-¿Que es eso?- pregunte señalando la bolsa de plástico.
-Bebidas y postre ¿quieres?- respondió el
-Claro- dije sonriendole.
De la bolsa, sacó unas botellas de agua y me dio una. Ademas, sacó un pequeño vaso donde había gelatina.
-Toma, tu favorita- dijo extendiéndome el vaso.
-¿Como sabes que es mi favorita?- tomé la gelatina entre mis manos. De verdad era mi postre favorito, por muy simple que fuera.
-Lo sé todo de ti- respondió guiñándome un ojo.
Amaba que hiciera eso.
Sacudí la cabeza e intenté sacar esos pensamientos de mi mente. Empecé a comer pizza, hace mucho tiempo que no comía.
Pero había un tema que no me deja en paz y que sólo me daba vueltas en la cabeza: Mi familia.
Tenía que preguntar por ella y saber que estaban bien.
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Enamorada De Mi Secuestrador
RomanceSu vida parecía ser perfecta hasta que todo le fue arrancado. Un secuestro cambió el destino de las cosas. ¿Que sentirá?¿ Amor, odio o dolor? Y al final, nada sera igual...