Capítulo 17 "Escapar" (Editado)

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No sabía la razón exacta por la que estaba llorando, solo sabía que estaba sumamente confundida. Me sentía muy mal conmigo misma, porque todo conmigo estaba mal.

Así la pasé toda la mañana, intentaba resolver todas mis dudas, pero siempre regresaba a mi la misma pregunta: ¿Qué diablos sentía por el?

Me era tan difícil concentrarme, pues recordaba lo bonita y fácil que era mi vida antes de conocerlo, sin dolor, sin confusión y sin celos. Entonces fue cuando recordé la historia de como conocí a Marco, mi ex.

FLASHBACK

Era el inició de las carreras universitarias y  entre ellas, la mía y la de Marco. Literatura y medicina.

El día pasó en presentarse frente a nuestros nuevos compañeros y maestros. Cuando llegó la hora del almuerzo, vi como las personas se reunían a comer juntos y hablar, pero yo no conocía a nadie. Era extraño para mi estar rodeaba de gente nueva.

Encontré una mesa vacía y me senté. Busqué en mi mochila la botella de agua que traía y cuando subí mi mirada, ahí estaba él, tan radiante y sonriente.

-¿Me puedo sentar aquí?- preguntó aquel chico con unos ojos hermosos color verde. Parecían esmeraldas.

-Claro que si, necesitaba compañía- respondí nerviosa. Sus ojos eran tan profundos y esas facciones en la cara, lo hacían ver tan guapo.

Él se sentó enfrente de mi y comenzó a disfrutar de su almuerzo.

-Me llamo Marco- mencionó.

-Mucho gusto Marco, me llamo Paola- dije.

-Es un nombre precioso-

Me sonrojé, pues era el primer hombre que me hablaba bonito. Esto también era nuevo para mi.

Comenzamos a hablar de temas triviales y poco a pocos nos hicimos amigos. Tiempo después, nos hicimos novios, durante casi 2 años, pero todo terminó debido a una infidelidad por parte de él.

FIN DE FLASHBACK


Pensé y divagué entre recuerdos y memorias. A veces lloraba o reía, pero siempre venía a mi mente la imagen del mismo hombre que me confundía. Perdí la razón del tiempo y cuando me levanté para darme una ducha, ya era de noche.

Después de bañarme y cambiarme, bajé a cenar. Esperaba no encontrarme con nadie. Bajé las escaleras y para mi buena suerte no estaba nadie, solo la señora de la limpieza.

¡Por fin me pasaba algo bueno!

Cené algo ligero y regresé a mi habitación, pues no tenía ganas de ir a la biblioteca o algo así.

Antes de llegar a las escaleras noté que la puerta principal estaba abierta y no había ningún guardia ahí. Revisé que nadie viniera y salí de la casa. Supuse que casi era media noche por la posición de la luna, así que asumí que todo mundo dormía.

 Al salir, el frió golpeo mi cuerpo. Como acababa de ducharme, se sentía peor la brisa. Pero no había nadie afuera, por alguna extraña razón. Todo se notaba en paz y tranquilo, pero estaba muy bien iluminado, pero por fin pude distinguir donde se encontraba la salida, donde tampoco había nadie.

Caminé despacio hacia ella, era un portón gigante que daba acceso a los autos, pero a un lado, había una puerta pequeña por donde podían pasar las personas. Salí de ahí y note que había un camino entre todos los arboles que lo rodeaban, parecía una privada, donde la única casa, era la de ahí.

Comencé a caminar por ahí. No sabía si me encontraba muy lejos o cerca de algún lado concurrido.

Caminé por horas y no había rastro de nada. Parecía que de verdad estaba en medio de la nada. Sin contar que mi paso era más lento, porque tenia frió y mi cuerpo no estaba bien comido. Ademas que a veces hacia paradas para calentarme o sentarme, pero sabia que eso me estaba retrasando.

Decidí sentarme un una piedra y ahí me quede un buen rato, pues le sueño me estaba venciendo, pero me negaba a quedarme dormida. Estaba tan cerca de mi libertad.

Cuando el sol empezó a salir me di cuenta de que me sentía fatal. Me dolía todo el cuerpo y me sentía cansada. Caminé unos minutos mas y vi como el sol iluminaba poco a poco.

De repente mi cabeza empezó a dar vueltas, el piso se movía y fue lo último que sentí antes de que todo se volviera negro.




Me dolía todo, en especial la cabeza. Sentía que en cualquier momento, me estallaría.

Recordé lo que había pasado y lo ultimo que recordaba era que yo me había desmayado. Al abrir los ojos, vi que estaba en la habitación donde me la pasaba encerrada. Otra vez estaba en la casa de Antony. Pero estaba sola.

¡Oh dios mio! Lo que me esperaba.

Intenté tranquilizarme, pues en el fondo, realmente le tenía miedo. Porque el tenia control sobre mi, y si el quería, podía matarme y mandarme en pedacitos a mi casa.

Miré el reloj de pared y eran las 10 a.m 

¿Qué carajos había pasado?

Suponía que alguien me había encontrado y me había traído hasta aquí.

La puerta se abrió y me saco de mis pensamientos. Se notaba tan molesto y decepcionado.

¡Ayúdame Dios mio!




Enamorada De Mi SecuestradorWhere stories live. Discover now