-Primo- saludó el hombre de ojos azules.
Sinceramente, era muy guapo. Su vestimenta era totalmente diferente a la de Antony, él no usaba traje, sino un suéter color azul marino, su camisa debajo y una corbata negra. No era muy formal, pero resaltaba los músculos que había en su cuerpo.
Tenia una barba muy bien cuidada y eso lo hacía ver más grande de lo que realmente era.
-Primo- contestó Antony con una sonrisa falsa.
¿Qué se traían estos dos?
-Tu acompañante es hermosa- dijo mirándome -Pero que no se te olvide que ya tienes pareja y pronto un hijo-
Antony se tensó ante su comentario.
Hasta a mi me había dolido.
-Créeme, no lo he olvidado- respondió Antony con los dientes apretados.
Los dos se miraron con odio. Se podía sentir lo incomodo y la tensión que había entre ambos.
-Por cierto, Karla te esta buscando para arreglar unas cosas sobre la cena- mencionó su primo, del cual no sabía su nombre.
-Esta bien- respondió.
Me tomó del brazo para llevarme con él, pero su primo lo detuvo. Ambos lo miramos confundidos.
-Ella se queda- mencionó sonriendo -No muerdo-
-No, ella viene conmigo. No la dejaré contigo, Diego- respondió.
Así que su nombre era Diego.
Si esto seguía así, se matarían a golpes. Lo tenía que detener.
-Tranquilo, vete. No dejare que me pase nada- intervine yo. El suspiró rendido y me soltó. Se fue, dejándonos solos en medio del gran salón.
Mire a los ojos a Diego.
- Mucho gusto, soy Diego Duran. Primo de Antony. ¿Cuál es su nombre, señorita?- preguntó coqueto.
Tomé su mano en forma de presentación.
-Mucho gusto, mi nombre es Paola Miller-
- Será mejor irnos a la mesa, ¿o planeas quedarte toda la noche de pie?- pregunto el. Me tendió su brazo.
-Vamos- dije aceptando su brazo.
Comenzamos a caminar, en busca de una mesa.
-Debo reconocer que se ve hermosa- comentó Diego.
-Gracias- dije tímida.
Llegamos a la mesa donde nos sentaríamos, y lo supe porque reconocí a aquellos gemelos, que eran hermanos de Antony.
-Buenas noches- dijo Diego en el momento en que llegamos
Todas las personas en la mesa nos miraron. Desde los gemelos, hasta una señora que desconocía, pero tenía un parecido a alguien.
-Buenas noches- respondieron al mismo tiempo. Aquella señora me miró de una forma despectiva y no sabía porque.
-Soy Paola Miller, un gusto conocerlos- dije presentándome. Tomé asiento junto a la hermana de Antony.
-Soy Bárbara Duran, pero llámame Barbie- comentó presentándose.
-Yo soy Kendall Duran. Supongo que sabes como llamarme- dijo su hermano de manera divertida.
Asentí con la cabeza y sonreí.
-Ken- aclaré -Un gusto-
-Y ella es Vanessa Anderson, mi novia- volvió a decir Ken.
-Un placer- contestó Vanessa con una sonrisa en la cara. La chica se veía simpática y agradable.
Miré a ver a la señora, esperando una presentación por su parte, pero solo me mataba con la mirada.
-Y ella es Marie Ivanov, mamá de Karla- dijo Diego a un lado mio al ver mi confusión.
-Mucho gusto señora soy...- dije intentando ser amable, pero me interrumpió.
-Sé quien eres, mi hija me ha dicho que vives en su casa-
Igual de desgraciada que su hijita.
Barbie abrió los ojos en forma de sorpresa.
-¿Tu eres la chica que vive en la casa de mi hermano?- preguntó sorprendida.
-Si- respondí apenada.
Al parecer nadie sabía nada del secuestro.
-Mi hermano me ha dicho tanto de ti. Él te adora- comentó Kendall igual de sorprendido.
La madre de Karla solo rodó los ojos.
-No te preocupes. A mi tampoco me cae bien esa señora arrugada- susurró Barbara en mi oído.
Me aguanté la carcajada.
Las luces se apagaron y solo se iluminó el escenario que había en el lugar, y acto seguido, subió Antony acompañado de Karla, a quien ya le era notable su embarazo.
-Buenas noches. Hoy quiero agradecer a todos nuestros invitados por acompañarnos a nuestro quinto aniversario del hospital. Nuestra misión es salvar vidas y ayudar a la gente y hasta el momento lo hemos hecho con todo el esfuerzo y amor del mundo- comenzó Antony -Y el día de hoy además de nuestro aniversario, se ha hecho una recolección de dinero para ayudar a las familias y pacientes necesitados, su ayuda será agradecida. Muchas gracias y disfruten de esta cena que hemos preparado para ustedes-
Todas las personas que estaban ahí, aplaudieron como si vieran al mismo Jesucristo.
Ambos bajaron y tomaron asiento en una mesa principal que estaba abajo del escenario. Donde había socios y demás gente importante.
Era irritante ver como Karla besaba y abrazaba a Antony mientras que el la ignoraba. Y así transcurrió la cena.
Barbie me contaba cosas pero no le ponía mucha atención pues mi mirada estaba en Karla y Antony.
¿Qué me había pasado? Esta no era yo, no era la Paola que conocía.
-Lindura, ¿te gustaría ir por algo de beber al bar?- preguntó Diego a mi oído.
Harta de la situación, accedí. Ya no quería seguir ahí mirando, necesitaba distraerme.
Me tendió la mano y yo la tomé. Así caminamos hacia el bar.
Sentí una mirada y giré para ver quien era. Antony nos veía desde su mesa, pero no me importó.
Llegamos al bar y ambos pedimos un whisky. Yo no tomaba alcohol de este tipo, pero necesitaba una dosis urgentemente.
-¿Podemos hablar?- escuché la voz de Karla a nuestras espaldas.
-Claro- respondió Diego mirándola de arriba a abajo.
Aquí había gato encerrado.
-¿Puedo dejarte un momento?- me preguntó Diego. Yo asentí sin decir alguna palabra.
Ellos comenzaron a caminar hacía las escaleras, que guiaban a las bodegas de arriba.
¿Por qué iban para allá?
La curiosidad me ganó, y decidí seguirlos.
Estando arriba, ambos se encerraron en uno de los pequeños cuartos que había ahí. Me coloqué detrás de la puerta y comencé a oír su conversación.
-¿Cómo vas con el negocio?- preguntó Diego.
-Perfecto, Antony aun cree que este hijo es suyo- respondió Karla.
¿Qué?
CZYTASZ
Enamorada De Mi Secuestrador
RomansSu vida parecía ser perfecta hasta que todo le fue arrancado. Un secuestro cambió el destino de las cosas. ¿Que sentirá?¿ Amor, odio o dolor? Y al final, nada sera igual...