#XIX Don't Huge Me

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Poco a poco la presión en mi cuello era más fuerte, mi carne ardía y empujarlo no daba resultados favorables.
–No te muevas mucho, te dolerá más si lo haces– mencionó entre dientes, como imploraba por qué se detuviera o por el hecho de que un Beta sería mi "pareja"; no podía sentirme más asqueroso y sucio que si la situación fuera con un Alpha.

La puerta crujió, el idioma del cual era extraño nuevamente para mí se hizo sonoro. No pude levantar la cabeza y hacer señas para que alguien, cualquiera, pudiera ayudarme.
El peso en mí se hizo liviano, mi cuerpo no dejaba de temblar, quizá me haya salvado pero también podía ser solo un cebo para ganar puntos.
–¡Tks! No puedo dejarte solo– suspire aliviado al conocer tan bien esa voz, si tuviera cola estaría moviéndose sin parar. Yurio me había quitado tal animal de encima. Se las ingenió para abrazarme y tocar con cuidado mi cuello, chasqueando su lengua mientras que yo sólo podía responder con quejidos y leves sollozos.
–No es tan grave– respondió –Oye Victor, ¿qué crees que sería lo mejor para ese asqueroso cerdo?– por mera curiosidad, levante la mirada, el de cabellos plateados frente al Beta, el aire era pesado y me costaba respirar.
–Oye Victor, no te quedes ahí parado–
La voz del Alpha no era audible, pero por el tenso momento se podía entender claramente lo que sucedería.
Los ruidos del lugar, golpes y palabras que desconocía, poco a poco se iban alejando, la habitación retornaba a su "agradable" silencio. Me aferré lo más que pude ante él Omega, no pude contenerme más y llore, ya no podía seguir viviendo de esta manera, y sabía bien que si deseaba salir de la jaula como un desesperado pájaro, alguien estaría listo para cortarme las alas.

Yurio solo suspiraba, tocaba la parte trasera de mi cuello, aún se sentía desagradable pero con el, podía soportarlo.
–Yuuri... Tonto cerdo, ya deja de temblar. Todo estará bien–
–No– respondí rápido –Si supieras lo que eh pasado, no tendrías tales palabras en tu boca– lo escuché gruñir, apartándome y poder verlo molesto. Si tenía en mente criticarme, no aseguraba tratarlo bien pues no sólo estaba con miedo, el enojo y la impotencia de ser solo carne de última categoría me hervía la sangre.
Estaba molesto, lo empuje, y a pesar de que escucha a sus quejas y maldiciones, me aparté. La habitación estaba más sucia que antes, todo estaba pasando allí, me recordaba bastante al criadero y como un numeroso grupo de Omega's vivían en este; el lugar era pequeño a diferencia de este, pero la sensación y lo repulsivo era igual.

No podía seguir de este modo, morder mi lengua o atravesar una daga en mi pecho, no sería una muerte rápida y estaba harto de retorcerme en dolor hasta que se acabara todo por completo. Morir fuera de esta mansión era también una pérdida de tiempo, tardaría mucho en congelarme o que alguien me tomara y decidiera vender mis órganos; a menos de que me convierta en un muñeco sexual y morir lentamente, que nauseabunda escena acabo de tener.

Habían lugares que no exploraba aún, lo que había tras las puertas era un misterio, cada una que era abierta solo mostraba un gran cuarto o una gran sala.
Una de estas se abrió por su cuenta, asomando un brazo lleno de golpes y tomar de mis manos. Mis labios emitieron un grito de miedo y entrar forzadamente a este.
–¡Ah! No me toques, por favor– replique varias veces, mis manos eran estrujadas y con mis ojos cerrados por el temor desconocía al maleante.
–Yuuri– escuche mi nombre. No, quizá era el mismo Beta de hace poco, no importaba lo suave que fuera su tono, los cazadores hacían tales trucos para atrapar a los pobres idiotas. –Yuuri, ¿porque no abres los ojos? ¿Me tienes miedo?–
–¿Eh?–
Se hizo presente un suspiro, y nuevamente la "cálida" voz se hizo sonar –No debes asustarte así. Mírame Yuuri, quiero que tus ojos se fijen en mi– lo obedecí, el Alpha había cambiado de aspecto, estaba algo golpeado y sus labios tenían un leve corte, en mi vida imaginaba ver a un Alpha en esas deplorables condiciones.

–¿Victor?– sus ojos cuales telarañas atrapaban mi vista. Odiaba su forma de cómo sonreía ante todo, amaba cuando lo hacía también, este animal lo estaba haciendo bastante bien.
–Temo que no podré ayudarte esta vez, e intenté esperarte más tiempo. Pero dadas las circunstancias no puedo darme ese lujo de volver a pederte– Era confuso, y daba miedo cada cosa que decía.
Sin soltar mis manos las puso sobre de mi cabeza, volteándome; lo mismo que había hecho él Beta hace poco lo estaba haciendo el Alpha.
–¡...! ¿Victor?–
–Es bueno saber que tu cuello aún no está marcado. Lo que hizo ese Beta se borrará en algunos días. Pero temo que lo que planeo hacer será eterno–
Su respiración tras de mí, aquella noche  de celo también pasó por mi cabeza, ya no tenía fuerzas más que para gritar. Sus labios rozando y que mi cuerpo reaccionara, mi cuerpo tornándose caliente, la viscosa lengua que preparaba ese lugar.

De un momento a otro, sus colmillos fueron clavándose en mi cuello y, a diferencia del Beta, esto era más doloroso y desgarrador.
–¡Ah! V-Victor, ¡no sigas!– ignorado, lo húmedo y cálido que se sentía mi sangre resbalándose por mi cuerpo, los gritos que salían de mí solo provocaron que mis muñecas sean prisioneras del dolor, ya no podía sentir mis dedos.
–¡Basta, por favor! ¡Victor!– las palabras para describir lo aterrador y brutal que pasaba, tengan una idea de cómo un salvaje animal se come a un pequeño conejo vivo, como se retuerce y a través de sus chillidos trata de apaciguar al cazador; pero solo es una forma de decir que debe hacerlo más fuerte, los movimientos seducen a los más salvajes, queriendo serlos aún más.

Conforme me mordía y como abría mi carne, como la sangre se sentía extraño tras de mí y ese metálico olor que solo me mareaba y me inducía al vomito. Escuchaba como el Alpha tragaba mi sangre, como jugaba con los pliegues de mi pellejo desgarrado, mis fluidos amarillentos mojaron mis pantalones, fue un punto "bueno" pues se había detenido.
–Oh, Yuuri, deberé hacerme caso de esto también– lamió mi lastimado cuello, la salada saliva era fuego tocando mi nueva marca, y las lágrimas no dejaban de salir. –Lamento que tuviera que recurrir a esto, pero no me arrepiento de haberte mordido- levantándome en sus brazos, tratando de no vomitar o convulsionar por el shock de ahora; su boca y demás, sucias por mi sangre. Se acercó a besarme, toque sus mejillas en cuestión de empujarlo más solo una caricia fue la que se convocó.
–Yuuri, deseo que llegue el día en que llegues a quererme, quiero protegerte y quiero que seas mío, pero no sólo por haberte marcado– fruncí el ceño, mis labios probando mi propia sangre y lo salado de las lágrimas se mezclaban en un jugo vital.
Abrir mis labios significaba tragar más de aquello, pero si haciendo aquello lograba mi objetivo, me atrevería a jugar la ruleta. –Victor...– su sonrisa se hizo presente, pero con lo rojo del fluido que resbalaba de las comisuras de su rostro, solo era un carnívoro.
–Yuuri...–
–Por favor, deja de ser tan amable conmigo y aléjate de mi–

-Continuará-

You're not an animalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora