Capítulo 51

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—París ¿Qué os parece?

— ¿París? —Sonrió de lado Jin— ¿Por qué será que quieres ir?—levantó las cejas mientras miraba coqueto a TaeHyung— ¿algún recuerdo especial?

—Por cierto ¿Cómo va la cosa? —preguntó NamJoon.

—Bueno ahí va, ya sabéis, el idioma —Levantó sus hombros al tiempo que emitía un suspiro TaeHyung.

— ¿Berlín? —Añadió JungKook.

—Moscú ¡por favor! —replicó YoonGi

—Londres, sí Londres.— Sugirió HoSeok.

Todos estaban tan enfrascados en la conversación que prácticamente había olvidado la presencia de JiMin, se encontraba sentado a unos metros de ellos, sin ser partícipe de la conversación. Entonces todos giraron a verlo. Al mayor de todos se le cruzo una idea por la mente.

— ¿Y sí votamos por Madrid también? —dijo Jin que miraba de soslayo a JiMin.

—Sí, sí. Es una magnífica idea — Todos contestaron al unísono.

— ¿Qué te parece Ji Min?

Ji Min estaba totalmente ajeno a la conversación, últimamente estaba muy cansado. Sin embargo, al escuchar aquella idea, una sonrisa dibujó su rostro.

—Me parece perfecto, más que perfecto.

Todos se acercaron a JiMin para darle pequeños golpes, mientras algunos le abucheaban, pues conocían sus verdaderos motivos para optar por Madrid como uno de los destinos para los conciertos.

Después de haber terminado la reunión, Ji Min se dirigió a la cocina en busca de algún refresco. Una vez que lo consiguió del frigorífico, se sentó en la silla del comedor. HoSeok que lo había visto algo distraído se acercó y se sentó enfrente de él, al otro lado de la mesa.

— ¿Y si la vuelves a ver? ¿Qué vas a hacer? No te lo tomes a mal JiMin, pero si ella se fue sin avisarte, sin despedirse de ti. ¿No crees que significa que ya no quiera ser parte de tu vida? Eres joven. Estoy seguro que en el camino encontrarás a alguien que esté dispuesta a quedarse a pesar de las circunstancias.

JiMin que hasta ese entonces tenía puesta la mirada en el bote de refresco, la levantó para dirigirla hacia su compañero.

—Sólo quiero que me responda a varias preguntas. Quiero una explicación no pido más, después de eso, saldré de la vida de Abrielle.

De alguna u otra forma tenía razón su amigo ¿no era hora de pasar página? ¿Incluso era correcto ir a Madrid? Posiblemente erra un error, pero aun así no quería arrepentirse no haberlo hecho. Hablar con ella una última vez, sí, solo eso.

HoSeok se levantó y antes de salir de aquel habitáculo, le regalo unas palmaditas reconfortantes a su Donsaeng...    

                                                                           ***

— ¡Feliz veinte y tres años, Ab! —Aplaudió, Paula, bastante emocionada.

—En realidad serian veinte y cuatro, ya sabes. En corea se aplica un año más.

—Estás en España, así que olvídate. Tú acabas de cumplir veinte y tres no se hable más —Abrazó a su amiga eufórica—Por cierto por tu cumpleaños te compraré unas entradas para los conciertos, ese será mi regalo. Pero mientras tanto te he comprado esto.

—No digas locuras, sabes que no voy a ir. Así que es mejor que no gastes el dinero en eso... Por cierto, gracias por el libro me ha encantado.

Repentinamente el móvil de Abrielle empezó a sonar insistentemente, era Pablo que la estaba llamando para felicitarla por su cumpleaños.

— ¿Qué tienes con ese tal Pablo? Responde —Increpó Paula.

—Nada, solo somos amigos, pero es tan mono —se llevó la mano a su labio inferior para acariciarlo al tiempo que sonreía.

Paula la miraba inquisitiva. En realidad no le agradaba mucho la idea de un acercamiento con Pablo. De alguna u otra forma quería que su amiga volviese  con JiMin.

—Por cierto, mañana también vendrá Pablo. Después de comer las uvas nos reuniremos en algún pub para festejar año nuevo.  Espero que no te moleste.

Paula le dedicó una sonrisa fingida.




Madrid, 2018

Así como los chicos de Bangtan se estaban preparando arduamente para sus actividades. Abrielle se dedicó a estudiar y a aprobar los primeros exámenes de aquel curso.
Entre tanto Pablo y Abrielle había empezando a intimar más, salían de vez en cuando a tomar algo o al cine. Incluso muchas veces iban a la biblioteca a estudiar juntos. Tanto que se había convertido una costumbre. Así que,  una mañana de un lunes invernal habían quedado para ir a estudiar a la biblioteca, a pesar de que ella  ya hubiese terminado los exámenes, pues le agradaba la compañía de él.
Mientras Abrielle leía atentamente y subraya unos apuntes, Pablo se dedicaba a observarla detenidamente. Le encanta admirarla sobre todo cuando ella parecía no inmutarse de su acción, le gustaba,  sí le gustaba. De modo que esperaba el momento adecuado para confesar sus sentimientos. Y resolvió que aquel día sería perfecto. Tras acabar de estudiar fueron a una cafetería a despejarse del arduo día de estudio.

— ¿Ya sabéis lo que vais a pedir? —preguntó el atento camarero a la pareja.

— Yo quiero un frapu... digo un capuccino. —Respondió Abrielle.

—¿Y usted caballero?

—Pongame lo mismo que a la señorita.

Algo que le gustaba a Abrielle de Pablo era su buen sentido del humor, era además un buen conversador. Hablaron de temas varios,  tales cómo a que se dedicarían cuando acabasen la carrera. Pablo quería hacer  Pediatría, pues le gustaban los niños.  Abrielle no dijo nada acerca de su futuro. No lo tenía nada claro. Mientras, Pablo miraba como Abrielle  jugueteaba con la cucharilla del café , aprovechó para colocarle un mechón suelto  detrás de su oreja.

— ¿Sabes? Ab quería decirte una cosa, estuve leyendo tus novelas y "mi primer amor"  el final me pareció bastante triste. Me puedes decir ¿por qué Noemí no aceptó  de nuevo a Juan?  Es que creo que debió haber dejado de lado sus prejuicios y haber luchado por él.   

—¡Madre mía! jamás me hubiese imaginado que terminases leyendo la novela.  Pues pienso que Noemí tenía  una buena razón, quizás tú no lo entiendas, no es tan fácil , así que por el bien de los dos ella decidió terminar con él.  Son jóvenes te aseguro que encontrarán el amor.

Entonces Pablo aprovechó para tomarla de su barbilla y la acercó a él con la intención de besarla. Y cuando la tenía a unos escasos centímetros de su boca tanto como para sentir su aliento, el móvil de Abrielle empezó a vibrar . Los dos dieron un respingo , y se rieron de la situación. Paula le había enviado un mensaje.

Te he comprado las entradas, hoy salían a la venta, así qué espero que no te niegues a venir.

Después de leer el mensaje Abrielle hizo una mueca !qué afán por querer ver a BTS! ¿Es qué acaso no entendía que eran parte del pasado?

—Abrielle me pareces preciosa, eres tan diferente a las chicas que hay por aquí ¿sabes? Me gustas.
Abrielle sonrió ante la confesión de Pablo.
—Tú también me gustas.
Después de la respuesta de Abrielle, Pablo volvió a repetir la acción del principio, pero esta vez no fueron interrumpidos.

—¿Nos podemos echar una foto juntos?

— Claro que sí.

—¿Tienes Twitter?

Abrielle negó con la cabeza, pues tras haber abandonado Seúl, borró todas sus redes sociables, no quería estar en contacto con nadie. Sin embargo, aquella noche, volvió a activar su cuenta para que Pablo pudiese etiquetarla en la foto que se habían hecho juntos: ella sonriendo dulcemente mientras Pablo le regalaba un beso en la mejilla...

-¡Hyung, Nam Joon! ¿Me puedes explicar que significa esto?-Chilló Ji Min desde su habitación se le escuchaba realmente furioso...

¿Y si te pido qué te quedes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora