❝ Hoseok es un niño de siete años que diagnosticaron con Hafefobia a muy temprana edad. YoonGi es un niño de nueve años que no sabe por qué tiene que jugar con otro pequeño que ni siquiera conoce y además parece tenerle miedo. ❞
• Este es un fanfi...
Hoseok seguía siendo lejano a los demás, pero había aprendido a acercarse a YoonGi.
Y YoonGi, había aprendido muchos gestos de Hoseok. Lo conocía muy bien.
Cuando Hoseok se enojaba o estaba cansado, su boca formaba un "ㅅ".
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Cuando comía o sonreía, los hoyuelos de sus mejillas se marcaban mucho.
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Y sobretodo, que amaba su sonrisa. Era el gesto más sincero que había visto en el menor. Cuando estaba feliz, irradiaba luz por todos sus poros.
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Hoseok era un Sol.
Pero un Sol de invierno.
Porque estaba ahí brillando, pero aún no podía entregar su calor y luz a todo el mundo.
Era un Sol para pingüinos.
YoonGi notó con el tiempo, que Hoseok ya lo había pasado en estatura. Y eso que él era el mayor. Ahora al pequeño de cabellos oscuros le gustaba molestar a YoonGi por lo bajito que era.
Pero el mayor no le diría nada, porque amaba que Hoseok estuviera feliz.
Las tardes juntos le alegraban el alma, y agradecía la idea de su madre de que ambos fueran amigos desde pequeños.
Pero había algo que YoonGi no había visto hasta un día. Algo que había pasado desapercibido ante su intelecto por todos aquellos años.
Ese algo, era que Hoseok le tenía miedo a una persona en específico.
Y cuando YoonGi lo descubrió, supo de inmediato que desde ahí venía su trauma.
