Trente Six.

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Hubo un día en el que Hoseok debía irse sólo a casa, pero era muy tarde y el tren de la estación estaba lleno de personas apuradas por irse a casa.

A Hoseok le daba demasiado miedo subirse a un vagón.

Podrían aplastarlo porque tampoco era muy alto.

O podría darle una crisis de pánico.

Se quedó sentado en la estación viendo los trenes pasar, sin saber que hacer. YoonGi tampoco contestaba el móvil.

Pero, de pronto, una persona se acercó a él.

Jimin le sonrió y Hoseok se puso de pie alegre, como si hubiera llegado la salvación de su vida.

El castaño se ofreció para llevarlo caminando hasta su casa, realmente no tenía planes y no sería ninguna molestia. Así que ambos chicos caminaron de la mano, por la calle oscura.

Hoseok le contaba cosas y se reía, Jimin pensó que era un joven con un corazón demasiado puro. Hoseok era como una estrellita, el castaño lo miraba y creía que a pesar de ser frágil, era inevitable que brillara en todas direcciones con su sola presencia.

Llegaron a casa y antes de que Hoseok entrara, Jimin le preguntó si podía darle un abrazo.

Hoseok asintió.

-Eres una persona muy especial, Hoseok. Cuida mucho de YoonGi y que él cuide mucho de ti. Nos veremos en otra oportunidad.

Ese día, Jimin se fue con una sonrisa en los labios. En el fondo, se alegraba de que YoonGi y Hoseok se hubieran encontrado y les deseaba lo mejor.

Un castaño bajito, decidió irse en el primer vuelo de avión que saliera a la mañana siguiente.

 -' Pasitos de Pingüino ♡ yoonseok '-Kde žijí příběhy. Začni objevovat