-' Pasitos de Pingüino ♡ yoonseok '-

Dix-Neuf.

Hoseok y YoonGi hacían sus deberes en la pequeña mesa de la sala.

Como esta era baja, estaban sentados en la alfombra. La televisión estaba encendida, con un programa musical.

-YoonGi, ¿Qué ocurre?

-Tengo sueño. Anoche no pude dormir, quiero morir un rato.

-No, no ¿Qué haría yo sin ti?

Aquello hizo que el estómago de YoonGi se sintiera extraño y doliera agradablemente, de alguna manera. No sabía como explicarlo.

YoonGi puso su lápiz en el cuaderno de Hoseok y dibujó un Solcito en la esquina.

-Ese eres tú.

-¿Es un Sol? Parece una flor.

Hoseok rió y YoonGi frunció el ceño.

Hoseok dibujó un gatito en el cuaderno del mayor.

-Pues, tu eres un gatito.

-¿Por qué?

-Porque no eres amable con todos, tu eliges a las personas con las que eres como siempre. A parte, te gusta dormir mucho.

-Buen punto, Jung Hoseok.

-Pues gracias, Min YoonGi-Hyung.

YoonGi recordó que el cumpleaños número 16 de Hoseok estaba cerca.

Pero no quería mencionar nada al respecto. Le había pedido permiso a su madre para poder llevarlo a algún lugar especial ese mismo día o quizá la semana entera. Para que estuviera lejos de todo por un momento.

-¿En qué piensas, Hyung?

-¿Eh?- El bajito salió de sus pensamientos y miró al menor, que repentinamente se había acercado más a él. -Nada, Hoseokie.

-Hyung.

-¿Mmh?

-¿A ti alguna vez te ha gustado alguien?

-¿Por qué lo preguntas?

-Solo quiero saberlo.- Hoseok se concentró otra vez en su tarea. YoonGi tuvo el impulso de reír por la actitud del menor.

-Hoseokie.

-¿Quép?

YoonGi le tocó el hombro y al instante en que el pelinegro levantó la cabeza en dirección a su amigo, este se acercó lento a él y dejó un casto beso en sus labios en cuanto vio la aprobación en los ojos de Hoseok.

-La única persona que me ha gustado has sido tú.

Hoseok tapó su rostro y sintió lágrimas en sus ojitos. Pero no eran de ansiedad o nerviosismo como antes, con YoonGi las cosas eran diferentes ahora. Tenía tanta vergüenza que podría morir por ello. YoonGi hacía que el menor pudiera olvidar su problema, le hacía sentir como alguien normal.