Capítulo 15

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Una semana para navidad.

—Esto es una mala idea —Dijo Tord manteniendo el equilibrio en la pista de hielo.

—Vienes de un lugar frío y cubierto de nieve, ¿Por qué no sabes patinar? —Preguntó el pelinaranja presumiendo de su habilidad en el hielo; hacía algunas piruetas que terminaban siendo aplaudidas por Edd y personas desconocidas.

—Toma mi mano —Dijo el británico frente al de rojo con una sonrisa confiable.

El noruego se dejó guiar de Tom tambaleándose y manteniéndose muy rígido tratando de evitar una caída vergonzosa.

—No, tienes que relajarte, no voy a soltarte, lo prometo —Dijo.

Tord movió sus pies con la intención de ir más adelante solo consiguiendo tambalearse de nuevo.

El ojinegro lo sujetó de las caderas patinando tras él animándolo a seguir intentando, ahora el de parche se sentía más seguro.

Unos minutos después, cuando ya Tord había tomado confianza y parecía patinar de forma fluida, Tom soltó solo un poco sus caderas simulando que aún lo sostenía para que este no se alarmara; como cuando le enseñas a alguien a andar en bicicleta sin rueditas.

—Hey, eres buen patinador —Dijo aun cerca de él.

—¿Qu...? No puede ser, ¡Estoy patinando! —Dijo sonriente tan emocionado como un niño pequeño.

El ojinegro patinó hasta quedar frente a él yendo en reversa. El noruego acercó su dedo índice a una de sus cuencas pero inesperadamente terminó pinchándole un ojo; Tom lo cerró soltando un quejido y dejando de patinar.

—¿Qué demonios? —Preguntó confundido Tord— pero... pero...

—¡Chicos! ¡Ya vámonos! —Gritó Edd desde la entrada a la pista con unas bolsas.

Los tres devolvieron los patines y no se fueron sin antes esperar a que Matt comprara una piruleta a la que le había puesto el ojo desde que llegaron.

—¿Qué eres Tom? ¡¿QUÉ ERES?! —Preguntó el noruego alzando los brazos dramáticamente una vez llegaron a la casa —Tomando un Taxi—.

—¡No lo sé! —Confesó alzando lo brazos de la misma forma.

—Cállense y escuchen —Dijo Edd lanzando la bolsa al sillón— estamos a tan solo una semana de navidad y aun no he planeado nada.

—¿Una semana? ¿Tan poco? —Preguntó Matt sorprendido; el tiempo se pasaba rápido.

—¿Navidad? —Preguntó Tom mirando a la nada con una mueca de trauma que pasó a un ceño fruncido.

—¡Si! —Celebró Tord— no puedo esperar a toda esa comida —Dijo frotándose las manos de forma malvada— Porque harás cena navideña, ¿Verdad?

—Siempre y cuando me ayuden a planearla.

—No —Dijo el británico alcanzando el arma que estaba en el bolsillo de la sudadera roja de Tord para luego apuntarse a la cabeza.

—No está cargada —Aclaró el noruego arrebatándole la pistola de las manos.

—Oh, vamos Tom... será divertido —Dijo Edd con ojos de cachorro.

—El de azul bufó— De acuerdo —Dijo— ¿Qué necesitas?

—Tú y Tord se encargarán de la comida, Matt y yo de la decoración y ropa —Aclaró.

—¿Ropa? —Tom se mostró curioso.

—Está comenzando a hacer frío, necesitamos sweaters y abrigos —Respondió el castaño— Ah, y no olviden los regalos.

—¿Dónde está Matt? —Preguntó el de parche logrando que lo otro dos chico pararan de hablar.

Edd se asomó a la cocina buscando al pelinaranja y vio cómo hablaba frente a la nevera con la puerta de esta abierta.

—¿Matt? ¿Estás hablando con los vegetales otra vez? —Preguntó el castaño llamando su atención.

—NOP —Respondió sobresaltado cerrando la puerta de la nevera de golpe mientras mordía un brócoli que tenía en mano.

↠↞

Cinco días para navidad.

—No sé si va a funcionar señor —Dijo Miguel entregándole una especie de jarabe al noruego.

Tord lo examinó un poco, el color rosa daba buena pinta pero el olor te fatigaba al instante.

—Él no va a tomarse esto solo porque yo se lo diga —Comentó— no se puede enterar de lo que sucede con su cuerpo. Colócalo en una cápsula o algo —Pidió; la única forma de hacer que Tom se tragara aquello era disfrazándolo de una pastilla para el dolor de cabeza o incluso para la acidez.

El enfermero asintió recuperando el frasco y entrando nuevamente al laboratorio mientras se reacomodaba las gafas por costumbre.

El líder se sentó en una silla metálica dispuesto a esperar por el medicamento pensativo más por los regalos que debía compra que por si la medicina terminaría funcionando. Confiaba en los integrantes de su armada incluso del lado médico; confiaba en que prevendrían lo que podría ser la muerte del británico.

Por eso estaba tan relajado respecto al tema.

Se levantó con algo de ansiedad y caminó a donde estaban sus amigos y más fieles soldados; Patryck y Paul.

El de cejas vio a Tord esperando por una orden pero en vez de eso este se sentó a su lado suspirando.

Los subordinados del noruego le conocían desde pequeño, sin duda le pasaba algo.

Paul lo guió a recostar la cabeza en sus piernas como si él fuese un psicólogo, carraspeó aclarando su garganta y lo miró de forma neutral así como lo hacen esos doctores que en realidad están desinteresados de los problemas de sus pacientes.

—Y dígame, eh, Tord te llamas ¿no? —Bromeó mirando un reloj imaginario en su muñeca— ¿Qué es lo que sucede con usted? —Preguntó mientras Patryck sonreía por la escena.

—Me golpean en la escuela —Dijo el de parche.

—Pues láncese del último piso de un edificio —Dijo Paul y los tres rieron— Ya amigo, ¿Qué tienes?

—No sé —Dijo levantándose quedando sentado para luego mirar las botas militares que llevaba junto con su uniforme— todo está más o menos bien, es extraño.

—Estás acostumbrado a ser un hijo de puta, ¿eh? —Preguntó el de cejas ganándose un codazo de Patryck.

—¿Se podría decir que sí? Sí... —Dijo Tord— ¡Eso es! Me encanta ver el mundo arder.

—¿Sabes que puedes hacer al mundo arder sin ser malo del todo? —Preguntó Patryck.

—¿De verdad?

—Pero por supuesto —Dijo Paul sacando unos papeles de sus bolsillos entregándoselos a su líder.

Era un especie de amenaza a la armada roja de parte de la policía de Londres; todo porque ellos no están autorizados a hacer su trabajo fuera de noruega.

Estos ofrecían autorización a cambio de que se deshicieran de otra armada intrusa en el país que tenía como líder a un sujeto llamado Leonard.

Junto a eso también había un gran papel azul que resultó ser los planos para la construcción de su robot gigante.

Estoy de vuelta → TomtordWhere stories live. Discover now