Capítulo 15

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CAPÍTULO QUINCE

Aunque el invierno había llegado, no había sido hasta esa semana que se hizo notar, pero a Clarke no le molestaba en lo absoluto. Durante esos días no habían logrado reunirse a la hora del almuerzo, lo que había dicho Octavia era cierto, y lo mejor sería no arriesgarse en que alguien se diera cuenta de la ausencia de las seis chicas. Pero aunque aquello podía molestarle, estaba lejos de ser así, durante la tarde y algunas noches habían logrado pasarlas juntas, aunque siempre contaban con la presencia de Jennifer y Niylah, pero igual tenían la privacidad que deseaban.

La mañana del sábado sería distinta a cualquier otra, sin que Clarke diese el permiso necesario, la puerta de su habitación se abrió y acto seguido Clarke sintió como el colchón de su cama se movía, aunque intentó continuar durmiendo, aquella intromisión no dejó que sucediera.

-¡Clarke! ¡Clarke! –La voz de Aden resonaba en toda la habitación, al no tener respuesta de la mayor, la comenzó a mover como si de un peluche se tratara.- ¡Despierta! ¡Clarke! –Clarke se giró para cubrir su rostro con la almohada, y sonrió al sentir a Aden volver a moverla.

-Aden, con cuidado –Escuchó la voz de su padre.

-Le podría lamer la cara –Bromeó con una sonrisa el chico, sabiendo que esa era la única manera de despertarla.

-¡Ni se te ocurra! –Clarke se sentó de repente en la cama y se sorprendió al ver, no sólo a Aden y Jake ahí, sino que su madre y sus abuelos también estaban.

-¡Feliz cumpleaños hermanita! –Aden se abalanzó sobre Clarke para abrazarla con fuerza, el chico no pudo calcular su fuerza y casi caen los dos de la cama.

Uno por uno saludaron a Clarke, la rubia recibió un sobre como obsequio, frunció el ceño intentando imaginar de que trataba aquel regalo, pero a esas horas de la mañana su imaginación estaba siendo nula. Lo abrió en el momento en que el sonido de alguien llamando a la casa llegó hasta ellos, ninguno se movió de su lugar, observando a la rubia cuando sacaba un par de entradas.

-¡¿De verdad?! –Exclamó emocionada alzando la mirada.- ¡Estaban agotadas! –Clarke salió de la cama y corrió hacia los brazos de sus padres, quienes la recibieron con gusto.- ¿Cómo las consiguieron? –Preguntó una vez se separó de ellos.

-Es un secreto, cariño. –Clarke suspiró frustrada.

-Todo es secreto, últimamente –Susurró mientras regresaba hacia la cama para sentarse ahí.- Son dos entradas para la exposición, ¿eso quiere decir que iré con Niylah o puedo llevar a alguien? –Preguntó volviendo a observar a sus padres.

-Lo siento, pero serás tú y un guardaespaldas. –Para sorpresa de la rubia, no fueron sus padres quienes respondieron aquella pregunta, sino su abuelo.

-Murphy estaría encantado de acompañarme –Comentó con ironía la rubia, y su padre sonrió asintiendo con la cabeza. El chico le había mencionado al hombre lo sucedido durante aquellos días que había tenido que ser el guardaespaldas de Clarke, pero sabía que era un trabajo importante, y que le confiaran a Clarke decía mucho de su trabajo.

En ese momento un pequeño golpe interrumpió la conversación, todos se giraron para ver de qué se trataba, y Aden abrió la boca sorprendido al ver que una de las empleadas llegaba con una bandeja envuelta, la mujer lo puso sobre la cama y ambos hermanos se inclinaron para observar que había dentro.

-¡Ábrelo! –Ordenó ansioso Aden mientras se arrodillaba sobre el colchón de la cama, después de que la mujer se retirara.

-Bájate de la cama –Fue el turno de Clarke de usar su tono de mando, el chico puso los ojos en blanco y se sentó en el borde observando a Clarke con una sonrisa.- Es un desayuno –Susurró frunciendo el ceño, y una sonrisa se dibujó en su rostro al ver que en la bandeja se encontraba una rosa verde.

Our Lips Are Sealed (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora