Stiles no sabe nada [Sterek]

01|Pandilla.

«Pasajeros, les informo que llegaremos en diez minutos a nuestro destino». Ese anuncio fue lo que provocó que Stiles despertara de su sueño reparador. Se desperezó y sonrío al recordar que en pocos minutos volvería a ver a su padre y a su mejor amigo, aunque a éste último le daría la sorpresa, le había pedido a su papá que no le dijera nada, para así poder ser él quien lo sorprendiera.

Bajó del avión con sus maletas y comenzó a buscar a su papá, mientras caminaba veía a las personas reunirse con sus familiares y se le dibujó una sonrisa en el rostro, al saber que eso haría él en cualquier momento.

—¡Stiles!—una voz masculina se hizo presente y el chico comenzó a buscar al portador de esa voz que le es demasiada conocida. Lo divisó entre el tumulto de gente y corrió hacia él.
—¡Papá!—lo abrazó con fuerza, como si al soltarlo desaparecería.— No sabes cuánto te he extrañado.
—Me alegra verte, hijo—dijo mientras acariciaba la espalda de su hijo.

[...]

—¿En serio le hiciste eso a tu tía?—inquirió divertido el sheriff.
—Si. Tuvo el cabello verde por un mes, se enojó mucho y le dije que ese color le quedaba muy bien y eso pareció calmarla—sonrío al recordar la cara de su tía cuando se vio en el espejo.— Pero ella cobró venganza y me rapó mientras dormía.
—Ustedes dos son un peligro juntos—rió y palmeó la espalda de Stiles para que entrara a la casa.
—Papá...—Stiles entró a la casa y se quedó mudo, la casa era muy linda; de alguna manera le recordaba a su casa en Nueva York— Wow.
—Linda ¿cierto?—Stiles solo asintió sin contestar.— ¿Qué querías decirme?—al ver que el castaño no contestaba pasó una mano por enfrente de su cara y chasqueo los dedos.
—Ah, ¿Qué pasó?
—Que qué querías decirme—repitió mientras iba camino a la cocina.
—Ah, sí. Que si podrías decirme donde vive Scott—preguntó mientras golpeteaba la mesa con sus dedos.
—Claro.

Stiles caminaba por las calles de Beacon Hills, tratando de encontrar la dirección de su amigo. Se negó a que su padre lo llevara, ya que él tenía que ir a trabajar y le aseguró que podía llegar sin problemas, pero ahora se arrepentía.

No sabe cómo llegó al supermercado, pero ahí estaba: recorriendo los pasillos para ver qué compraba y aunque no quería nada de ahí, no le gusta entrar a un supermercado y salir sin nada.

—Perfecto—susurró cuando vio su cereal favorito, lo tomó y comenzó a caminar, iba mirando su preciado cereal, que no vio al chico que se acercaba corriendo, hasta que chocó con él.
—Oh, lo siento. No te vi—se disculpó el chico de cabello rubio.
—No te preocupes, yo iba caminando sin mirar.
—Soy Isaac—extendió su brazo y le tendió la mano.
—Stiles—estrechó su mano con la del chico.
—Bien, Stiles. Me tengo que ir—dicho esto, volvió a correr.

Ese chico le transmitió confianza a Stiles—cosa que muy rara vez pasaba— Salió del pasillo y fue a pagar su cereal.
Salió de ahí con una bolsa que contenía una cantidad un poco grande de chocolates Reese's, no pudo resistirse, los vio mientras estaba formado en la caja y pudo jurar que los chocolates le llamaban, así que los compró.
Tendría que esconderlos de sus padre, ya que si los ve, se los comería y no le dejaría nada.

Sacó el papel arrugado donde su papá había escrito la dirección de su amigo y comenzó a buscarla—de nuevo—.

Se dio por vencido al llevar quince minutos buscando la dichosa dirección y no encontrarla; tomó una piedra y la lanzó, se sentía frustrado por no encontrar la dirección, tomó otra piedra y la volvió a lanzar, pero esta cayó en la cabeza de un chico. Stiles palideció y se debatía mentalmente sí huir o afrontar su muerte con dignidad, el chico aunque parecía de su misma edad y tenían la misma estatura, era fornido y sus músculos levemente resaltaban abajo de su camiseta. él se acercó a Stiles y tragó saliva con fuerza.