Stiles no sabe nada [Sterek]

27| Cruel.

El cuerpo de Stiles se estrelló contra la pared de la cocina y luego impactó contra el suelo en un estruendoso ruido.

Bueno..., su día no comenzó de la mejor manera como ya han de haber averiguado.
La tía de Stiles, Raquel, se apareció de la nada derribando la puerta y como era de esperarse, Stiles llegó a la entrada de la casa temiendo haber sido encontrado por Cyprian y sus hombres, pero al encontrarse con su tía —aunque en el estado en el que se encontraba parecía más una montaña de tierra que su tía— se alegró al verla y al tratar de acercársele, ella le rugió y... bueno, lo aventó contra la pared.

—¡Cómo te atreves a dejar Beacon Hills!—le rugió la mujer avanzando hacia él—. ¡¿Te das cuenta del peligro en el que te encuentras?!

—Cyprian había llegado a Beacon y secuestró a mi padre y a un amigo. Ya no estaba seguro.—siseó el chico levantándose con algo de dificultad. Sí que su tía tenía fuerza.

—¡El único que podía protegerte era Hale! Ahora yo tendré que hacer lo que nunca quería que pasara.— volvió a gruñir y esta vez sus ojos se tornaron rojos. Tomó a Stiles por lo hombros y guió una de sus manos hacia la nuca de Stiles y encajó sus garras ahí. 

Entonces, todo se volvió negro para Stiles.

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Derek observó con detenimiento la casa en la que rondaba el delicioso aroma de su Stiles y apretó la mandíbula al no encontrar rastro alguno de él. Se había ido de su lado otra vez, no entendía porqué Stiles le huía; Derek sabía perfectamente cómo defenderse, se enfrentó a una manada de Alfas y sobrevivió. Sí, le dieron alguna que otra golpiza pero lo importante es que sobrevivió. También se enfrentó al Kanima y ahí estaba. Vivo. Podría enfrentarse a Cyprian si otra vez se le volviera a acercar, casi lo mata hace algunos meses.

Se desplomó en el sofá que había a su lado y se quedó mirando un punto fijo en el suelo. Segundos después sintió el sofá hundirse a su lado y supo que Cora había sentido su dolor como si fuera propio y quiso hacerle saber que estaba ahí con él no importara lo que pasara. Se inclinó hacia su hermana y recargó su cabeza en el hombro de la chica.

—Se fue...—masculló con la voz amortiguada. Era como revivir aquella vez en Beacon Hills, cuando llegó al loft destrozado, con lágrimas corriendo por sus mejillas. Esa vez, ahí estaba la manada y al verlo de esa manera supieron de inmediato que se trataba de Stiles. Derek los corrió a todos menos a Cora y se acomodaron como estaban en ese momento en Park Slope—. Otra vez.

—Lo siento—murmuró Cora acariciando con su pulgar la mejilla de su hermano—. Tal vez aún no es el momento. Stiles aún no quiere ser encontrado.

—Me quedaré en Nueva York—dijo buscando más contacto con la mano de Cora—. Para siempre.

—¿Qué?—la pregunta salió en un tono sorprendido y escéptico de los labios de Cora a la vez que se separaba de golpe para mirarlo a los ojos.—¿Qué pasará con Beacon? ¿La manada?

—Ya no hay nada que me retenga ahí. Si quieres tú puedes regresar.—respondió con simpleza mirando a Cora cauteloso.—Sé que quieres quedarte allá. Siempre te ha gustado Beacon Hills. Por mí no te preocupes, estaré bien.

—No te dejaré aquí solo—espetó a la defensiva frunciendo el ceño.

—Beacon es tu lugar.

—Y el tuyo también—insistió tratando de hacerlo entrar en razón—. Nuestra familia hizo una promesa de proteger Beacon Hills.

—Y habrá una Hale más capacitada para proteger nuestro territorio—le dijo mirándola con cariño estirando un brazo para alcanzar la mejilla de Cora—. Lo harás bien. Serás la Hale que proteja Beacon.