>El Asistente III - IV - V<

9.7K 748 151
                                    

Su asistente se mantenía a su lado en ocasiones como aquella. El escritor, siempre agradecido, apreciaba la forma en la que sus cálidas manos acunaban sus lágrimas, apartando así la tristeza.

Le gustaba que fuera suave como un pétalo de rosa, pero no estaba dispuesto a decir ese no tan masculino comentario en voz alta.

—Y se fue, mi dulce asistente. Se fue solo porque fui honesto con él.

Pero claramente las razones habían sido otras, aunque él no iba a admitir haber sido un idiota.

No delante de su adorado asistente.

Ambos, o eso creía Howe, estaban seguros de que bazofias como su admirador merecían tales humillaciones.

—No se preocupe por él, maestro. No necesita a un depravado a su lado. Yo puedo ser su más grande admirador si así lo desea.

El negó entre lágrimas mientras reacomodaba su cabeza canosa en el regazo de aquel joven.

—No, mi dulce asistente. Necesito a alguien que me admire y ame sin miedo alguno, alguien como él... Y tú no serías capaz de amarme. Tú no eres tan desagradable como toda esa bola de homosexuales.

El joven de ojos grises lo miró con cierto dolor, pero el loco no fue capaz de percibir esto.

—Sería capaz de amarlo si usted me lo pidiera, maestro. Haría cualquier cosa para hacerlo feliz.

Howe se limpió las lágrimas y una de sus manos sujetó de inmediato la corbata del joven de dulce sonrisa. Jugueteó unos segundos con el nudo antes de hablar nuevamente.

—¿Estarías dispuesto a convertirte en un degenerado solo por mí?

—Solo por usted —Reconoció.

Howe se alejó con molestia.

—Entonces vete.

El asistente se sorprendió.

—¿Qué clase de broma es esta, maestro?

—¡He dicho que te vayas! —Enfureció— No quiero convertirte en un monstruo.

Y el dulce asistente se marchó. Después de todo, él se lo había pedido.

|| HOWE ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora