Noticias Desastrosas.

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Charlie

Charlotte Marie Adams a la oficina del director por favor.

Miré a Lisa qué estaba a mi lado, esto era raro, no había hecho algo que requiriera mi presencia en la oficina del director — ¿Hiciste algo? —Ella me devolvió la mirada algo extrañada.

—No, no he hecho nada, bueno nada que merezca un llamado de atención o castigo de algún tipo.

Recogí mis cosas y le guiñe un ojo a Nathe cuando pasé por su lado, me dió una sonrisa de medio lado y mi corazón latió algo rápido.

Salí del salón y caminé por los diferentes pasillos hasta llegar a la oficina, toqué y una voz gruesa me invito a pasar, mi corazón empezó a latir frenéticamente el sentimiento de qué algo estaba fuera de lugar me recorría y estremecía todo el cuerpo.

Cuando entré a la oficina el director me sonreía de manera lasciva y extraña. —Señorita Adams, la estábamos esperando, hay alguien que quiere hablar con usted largo y tendido. Me adelanté un poco y él caminó cerca de mí. —De verdad qué ha sido una niña muy traviesa, huyendo  del país de un lado a otro, creyendo que jamás te iban a encontrar.

—Yo.. Yo.. Yo.. No he.. — las palmas de mis manos empezaron a sudar y el nudo en mi garganta crecía con cada segundo.

Fue cuando noté la persona sentada de espalda en el gran sillón del director, se dió la vuelta dándose a conocer y mi primer instinto fue devolver mi estómago pero lo mantuve en su lugar, miré del director que había traicionado a uno de sus estudiantes y la asquerosa escoria que estaba de frente.

—Tú — Escupí con rabia — Pensé que la cicatriz qué tienes en la puta cara te había dejado todo claro. — Él solo sonrío, sus dientes estaban amarillos, lucía demacrado, estaba flaco y llevaba una camisa y tejanos desteñidos. Miré al director —No puedo creer que esté con una escoria como esa, es un maldito bastardo.

El director solo se encogió de hombros sin parecer nada afectado —No le puedes dar la espalda a la familia. —Mire incrédula a los dos hombres que tenía frente a mí, estaba tan malditamente muerta. —Sorprendida cariño, él es mi hermano. — Lo señaló — Y lo siento tanto por ti, pero vino a buscarte y como la niña buena que eres te vas a ir con él sin rechistar.

Levanté mi mentón desafiante — Juro que si me tocas te voy a hundir lento y dolorosamente, tanto comí hundiste a Becca. 

El negó con la cabeza — Si tú haces o dices algo tan siquiera gritas tu precioso novio pagará el precio.

Mierda estaba más qué atrapada —Yo no tengo novio.

—Eres una pequeña mentirosa —La escoria tiro un sobre en el escritorio, la recogí y eran fotos de Nathe y mías de hace dos noches atrás en el acantilado, mis náuseas regresaron y solo lo miré con asco.

— Bien, iré sin chistar. — arrancó mi bolso del brazo y lo tiro a un rincón de la oficina, me cogió de los hombros y me guió por fuera de la oficina y los pasillos de la escuela hasta salir al estacionamiento.

— Bruce no hagas esto de nuevo, mira hasta donde llevaste a Becca, ella confiaba en ti, te veía como su héroe, pero la dañaste, la hiciste miserable y ahora la estas dañando más. — Él solo apretó más hasta hacerme encoger, visualice una camioneta oxidada y mi temor apodero mi cuerpo, todo esto se volvía más real aún.

Me soltó de una mano para buscar algo en su bolsillo, aproveche y le di con la parte posterior de mi cabeza en su cara, gruñó una maldición y me eche a correr pero antes de siquiera intentarlo me agarró del cabello y me dio una bofetada tan fuerte que me desorientó, me tumbó al suelo y amarró mis manos aprovechando lo aturdida que me sentía, me agarró del cabello tirándolo y metió con fuerza a la camioneta, sentí la sangre deslizarse por mi boca y la escupí. Murmuró algo sobre yo siendo una perra problemática.

Pensé en Mama, en Nathe, en Lisa en Andrew, Dil y Nick, iban a estar tan preocupados, temía por mi seguridad física y mental, vi cada cosa que le hizo a Becca y como la afecto tanto que no pudo recuperarse de nuevo, aunque estaba extrañamente callado.

Los vidrios estaban blindados desde adentro por lo que no pude ver a donde me llevaba exactamente, mi corazón quería salirse del pecho, quería gritar pero la impotencia de no hacer nada solo aumentaba. Mi cabeza palpitaba y necesitaba cerrar los ojos pero si lo hacia, sabia que era mi fin, me obligue a mantenerme despierta aun cuando solo quería que mi mente se pusiera en blanco e ignorara todo lo que pasaba en el exterior.

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Sentí que el viaje fue largo y no pude mantener los ojos abiertos por mucho mas tiempo, me desmaye en el lado trasero de la camioneta cuando llegamos Bruce me saco de la camioneta literalmente por el cabello, me caí cuando baje aterrizando sobre mi estomago, mire a mi alrededor y estábamos en un paraje desierto, habían algunos arboles y una vieja casa de madera que lucia tenebrosa y abandonada, me empujo para que caminara dentro, mis muñecas ardían, estaba sudada y hambrienta.

En el interior había sólo un amplio cuarto, en la esquina habían dos postes y una sucia colchoneta, en otra esquina una estufa improvisada, una Tv de los años 80 y una vieja silla, me empujo hasta la colchoneta y me soltó, logre masajear mis muñecas antes de que me amarrara cada brazo en un poste y me dejara colgando.

Las lágrimas empezaron a salir y lo odiaba, por hacerme sentir vulnerable y sucia, arruinó la vida de mi mejor amiga y ahora quería hacer lo mismo conmigo, me vio y se echó a reír, una risa estruendosa, se divertía con mi dolor y yo solo quería patearlo en las bolas. Muy dentro de mi tenía la certeza que de nada valía luchar o gritar porque no iba a poder escapar de él, esto solo demostraba que en donde yo estuviese allá me iba a encontrar, este, después de todo era mi destino y el ya me lo había dicho una vez. 



Beautiful Demons.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora