• Mi primer amor II •

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Era ya mi noveno grado en el internado. Todos nos sorprendimos cuando, dos años atrás, nos enteramos que Mihail había regresado a Rusia. No pude contactarlo pues, a pesar de que llamamos cientos de veces a su celular, él jamás contestó.

-¡Temir! ¡estamos en la misma clase!
-¿Haa?- Alec era uno de los chicos más cercanos a Mihail y cuando este partió se volvió más cercano a mi. Todos sus amigos los conserve como si me los hubiera dejando antes de partir y todos veían en mi al pequeño niño que seguía todos los pasos del lindo adolescente ruso. De alguna forma yo había tomado su lugar en popularidad sin quererlo, "¿Una especie de líder?" Algo así era. Pero a mi realmente no me importaba ninguno de ellos. Pasaba el rato y vivía mis días a su lado, pero ninguno era capaz de hacerme sentir tan feliz como cuando Mihail estaba a mi lado.
-¡Que genial! Siempre nos mantenemos en la misma clase. ¡Cuanta suerte!
-Suerte de porquería.
-No seas así... Tú siempre maldiciendo. Si Mihail te escuchara estaría muy decepcionado.

Así era día tras día. Siempre recordando a Mihail.
Al pasar el tiempo conviviendo con los demás chicos descubrí que él no sólo era alabado por su presencia y personalidad, él había ayudado de forma especial a todos y cada uno de los chicos que lo seguían. Yo no había sido el único, pero si era al único al que le había confiado sus secretos y para mi eso era suficiente.

"Ese tipo era todo un conquistador" siempre pensaba.

-¿Conque otro año no?- A pesar de que todos habíamos adquirido una personalidad retorcida por culpa de las hormonas y el encierro, Alec seguía pareciendo el mismo chico tan animado de siempre, y por alguna razón los insultos que le escupía no le afectaban, no le afectaba nada. Incluso cuando Mihail se marchó se mantuvo positivo y nos intentó convencer de que algún día lo volveríamos a ver y nos explicaría todo. Yo en el fondo le creí. Era su positivismo algo que necesitaba. Era un niño aferrándose a su única esperanza- ¿no fuiste de nuevo con tu familia?
-No.
-¿No tenías ganas de verlos?
-No.
-¿No te dijeron nada? ¿Se preocuparon?- por supuesto que se preocuparon. Todo el verano fue una intensa pelea para evitar que fueran por mi. Papá y mamá ya tenían demasiados gastos con la casa y la llegada de mi nueva hermana. El viaje no saldría nada barato si iba yo solo, mucho peor si ellos iban por mi. Además, estaba seguro de que si regresaba a casa me sería imposible separarme de ellos de nuevo, terminaría destrozado y está vez no estaría Mihail para recoger mis pedazos. Era un cobarde pero así podía seguir mi vida, resistiendo y sin llorar.
-No.
-¿Tu familia no se preocupa por ti?¿Estás seguro?
-Ya cállate y vamos a comer.

Los dias en Beriktigi men Ümit eran simples y asfixiantes. Una monotonía tan cansada y estricta.
Estudiábamos 12 horas seguidas yendo y viniendo de clase en clase. Los alimentos eran de buena calidad pero no teníamos oportunidad de probar la "comida chatarra" ni la comida traída de América y otros países que, según recordaba, era deliciosa. Hamburguesas, papas fritas, sushi, pizza... Todo era por mantener nuestra nutrición. La recreación estaba permitida únicamente dentro de nuestras respectivas habitaciones y las canchas eran ocupadas únicamente para las clases de actividad física. Los profesores eran muy buenos pero no tenían tacto alguno, nos trataban como adultos porque exigían que fuéramos exactamente eso. Adultos a tan corta edad. Me sentía en una cárcel, todos nos sentíamos así. Sólo era cuestión de sobrevivir y seguir adelante pues las esperanzas de nuestros padres estaban puestas en nosotros, aunque quizás como Mihail había dicho, yo era el único que no tenía ese peso en realidad, pero me lo había puesto solo. Cada día, cada semana, por 5 años había vivido lo mismo y así continuó.

-Mierda.
Ruslan, estás estorbado! Tú y tu Maldito auto.
-Jódete. No es mi culpa que seas tan lento- Esa noche nos reunimos para jugar videojuegos. Bueno, más bien los chicos jugaban mientras Alec y yo prestábamos nuestra habitación.
-¿Y qué hay de las siguientes vacaciones? ¿Alguno tiene planes? Porquería... Te metiste en mi camino Nurasyl idiota.
-Lo preguntas para presumirnos tus planes ¿no Erasyl?
-¿Y qué si lo hago? Igual alguien tenía que sacar el tema. Iré a Londres. Mis padres dicen que será interesante que conozca un poco de mundo más allá de Rusia y China.
-Pues yo también viajaré a Europa.
-Yo planeo quedarme. Mi padre me dará un trabajo de entrenamiento en su empresa- siempre sacaban temas inútiles acerca de las vacaciones, siempre tenía que mantenerme callando sin decir nada a pesar de que deseaba conocer los mismos lugares que ellos me habían mostrado en sus fotos. Yo no podía ni siquiera regresar a casa.
-Que idiotez... ¡Cuidado Rus te haré morder el polvo si no te quitas!
-¿Qué hay de ti Temir? ¿ De nuevo te quedarás encerrado en este frío basurero?
-¿Qué te importa?- de verdad quería salir de ahí, no quería escuchar ni hablar del tema. Mi orgullo me hacía quedarme y aguantar sus habladurías.
-Todos saben que desde que Mihail se fue, tú no regresas a casa. Bueno excepto en esa ocasión cuando tú hermana nació. ¿Tampoco ves muy seguido a tu familia no?
-Ellos lo visitan muy poco. Aunque también lo llevaron a la competencia de su hermano esa vez...

▪ Mi primer amor [Otayuri] ▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora