Our Star. {Larry Stylinson} TERMINADA

Capítulo 26: El cielo llora y nadie le pregunta ¿Dónde duele?

"Él tiene una sonrisa que me hace acordar a memorias de infancia, en dónde todo era tan fresco como el brillante cielo azul. De vez en cuando, al mirar su rostro me lleva a ese lugar especial. Y si lo mirara fijamente mucho tiempo, probablemente me quebraría y lloraría. Él tiene ojos como los cielos más azules, cómo si pensaran en la lluvia. Odio mirar esos ojos y ver una pizca de dolor. Su cabello me recuerda a un lugar cálido y seguro, donde de chico me escondía y rogaba que el trueno y la lluvia pasarán de largo silenciosamente."

1 de febrero.

La ciudad había amanecido con un fuerte temporal de lluvia y granizo. Según los meteorólogos, así se mantendría por al menos tres días más. Las gotas caían en el cristal del gran ventanal de Harry, desplazándose lentamente cómo una interminable carrera por ver quién moría primero en el marco de madera.

Harry observaba desde su cama a la lluvia caer con intensidad; abrazado a su oso Mordiscos, sin ganas de levantarse durante lo restante del día. Louis había organizado para ellos una linda salida por su cumpleaños, pero el rizado supuso que se tendría que posponer debido a la tempestad. Bufó molesto. Para colmo, ese día su cuerpo no había amanecido de lo más saludable que digamos, se estómago y cabeza dolían mucho, sentía arcadas con cada aroma a comida que provenía desde la cocina; definitivamente su cumpleaños número diecisiete no podía haber sido peor.

-Haaazz.- Su mamá tarareó desde el otro lado de la puerta cerrada y el ojiverde rodó los ojos. Enserio que no estaba del mejor humor para el ataque de cariños que su mamá siempre le daba en cada uno de sus cumpleaños. Se escabulló por debajo de sus finas mantas y oyó el rechinido de la puerta abrirse y las pisadas de su mamá acercarse a su cama.

-¡Feliz cumpleaños amor!- La mujer lo abrazó por encima de las mantas, tirándosele levemente arriba del cuerpo con cuidado de no aplastarlo demasiado y Harry se quejó por debajo. -¡Ya tienes diecisiete años! ¡Eres todo un hombrecito Hazz!- La pelinegra comenzó a besuquear los rizos de Harry por encima de las telas y Harry decidió salir de su escondite para quejarse y reprochar de los mimos de su progenitora.

-¡Mamá, ya no soy un nene!, No hace falta que vengas cada año a atacarme con cariñitos y cursilerías.- Harry se sentó en la cama cruzando ambos brazos y esbozó un leve puchero mirando con reproche a su mamá.

-Para mí siempre serás mi bebé.- Anne lo miró con cariño y se dirigió hacía la ventana a correr por completo las cortinas, dejándolas a ambos costados para que se pudiese apreciar con suma claridad la fuerte lluvia de afuera.

-Mira que eres un llorón, el clima está terrible.- Comentó su madre con una leve risita.

Harry solo bufó y se escabulló nuevamente entre sus tibias mantas. Anne se acercó hacía él y se sentó a los pies de la mullida cama de su hijo.

-¿Tú no piensas levantarte muchachito? ¡Vamos! Diecisiete años sólo se cumplen una vez en la vida.- La mujer peinó los alborotados rizos de su hijo con cariño y animación.

-No.- Harry respondió secamente.- Hoy no pienso moverme de aquí. Me siento un poco mal, y el maldito tiempo arruinó mis planes con Lou.- El rizado comentó desanimado, murmurando la última frase con fastidio.

-Ohh, con qué era eso. - La pelinegra sonrió. -Estoy segura de que Louis igual te hará pasar un bonito día. -Comentó pícaramente guiñándole un ojo. Harry la miró extrañado, ¿Acaso su mamá sabía algo que él no? .

-¿Por qué dices eso?.- Harry se apoyó en uno de sus codos mirando confuso a su madre y ella sólo se encogió de hombros.

-Tómate un par de vitaminas amor, te traeré un rico desayuno si tanto insistes en quedarte en esa cama.- La mujer se paro, arreglando un poco sus ropas. -Pero no te malacostumbres a estos caprichitos, será sólo porque hoy es tu cumpleaños.- Anne se acercó a su hijo plantando un ruidoso beso en su mejilla y acto seguido salió de la habitación.