19. Como antaño

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19. Como antaño

-¿Y tu madre?- preguntó Riley nada más levantarse.

-Buenos días a ti también- dijo Maya irónica.

Esa noche había sido la primera en meses en la que no tenía ninguna pesadilla, es más había tenido un gran sueño, en el ella encontraba a quien tanto daño le había hecho a su mejor amiga y lo torturaba hasta la muerte, luego aparecía Lucas para ayudarla a enterrar el cuerpo e ir por un helado.

Sí, el mejor sueño del mundo.

-Buenos días ¿y tú madre? No la oí volver anoche.

-Está en casa de Shawn , o al menos eso me dijo ayer en la tarde cuando salió, a saber que estará haciendo ahora.

-Otra pregunta- dijo sentándose en el sofá- ¿qué haces tú levantada a estas horas?

-El teléfono comenzó a sonar- se encogió de hombros- era un número desconocido y colgó antes de mandarle a tomar por saco por llamar a estas horas, y después no pude dormir.

-¿Qué ves?- señaló la televisión.

-Quantico, es un serie en las que se ve la vida de una recluta del FBI, como se preparaba y en la actualidad donde le atribuyen un atentado en el metro que ella no cometió.

-Parece interesante.

-A mí me gusta.

-¿Hay romance?

Maya rodó los ojos.

-Riles tienes un serio problema con eso.

-¡Es qué no es justo! Yo he soñado desde pequeña con tener un romance de cuento de hadas y tú que siempre has dicho que los novios sólo están para molestar ¡tienes uno!

-Creo que será mejor que preparemos el desayuno.

-Sí, cuando no como me pongo demasiado dramática.

-¿Me lo dices o me lo cuentas?- preguntó Maya irónica.

Ambas fueron hacia la cocina y empezaron abrir cada cajón en busca de algo que se pudiera preparar, enseguida llegaron a la conclusión que como mucho podrían hacerse un chocolate caliente con Paladín un minuto y unas tortitas precocinadas.

De repente sonó el timbre.

-¡El timbre!-gritó la morena.

-No estoy sorda Riles.

-¿Quién podría ser a estas horas?

Maya se encogió de hombros y se dirigió hacia la puerta, apostaba que sería su madre que había vuelto a perder las llaves, pero se equivocaba.

-Hola Maya.

-¿Huckleberry?- preguntó atónita de verlo a esas horas de la mañana en su casa.

-El mismo- dijo con una enorme sonrisa- te traje el desayuno.

Elevó una bolsa de comida comprada en una gofrería.

-¿Qué haces aquí?

-Quería verte, te echaba de menos.

-Yo también te echaba de menos... pero no me suelo levantar a estas horas un día festivo ¿cómo supiste que te abriría la puerta?

-¿Intuición?

-Canta ya Ranger Rick.

-Tal vez te llamara para asegurarme de que estabas despierta cuando vinera hacia tu casa.

Tú y yo (Lucaya)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz