Tú y yo (Lucaya)

23. Explicaciones

23. Explicaciones

Maya esperó pacientemente a que el entrenamiento acabara, sabía por culpa de las veces que había ido a ver a Riley en su práctica de animadoras que Estefan se quedaba un rato después que el resto para practicar un poco más.

Todos habían abandonado el campo menos Estefan que como había previsto Maya estaba entrenando.

Salió de su escondite y caminó con paso firme hacia el chico, no la había visto estaba tan concentrado en su mundo que no oía sus pasos sobre el césped artificial.

-Por fin solos- dijo seria.

Estefan se giró y se miraron cara a cara, su pelo negro estaba revuelto hacia todas direcciones y sus ojos castaños la observaban asombrados, parecía que no se había dado cuenta de que Maya sabía lo que le había hecho a su mejor amiga.

-¿Querías estar a solas conmigo?- preguntó ¿emocionado? Maya no lo sabía pero tampoco le interesaba.

-Sí, quería hablar contigo- sonrió fríamente- sin nadie quien nos molestara.

-Bien- dijo con una enorme sonrisa mientras se sentaba en el césped- puedes decirme lo que quieres, no me pienso mover.

-Tienes una herida aquí- Maya señaló el lugar de la herida.

-Sí, me caí y me di con una piedra, exactamente igual que Lucas en uno de los partidos, lo recordarás estuviste allí.

-También me acuerdo que tú le empujaste.

-Yo no sabía que la piedra estaba allí- dijo levantando las manos, pero Maya enseguida identifico que era una mentira, eso le hacía el trabajo mucho más fácil, sino sabía mentir...

-Eres un pésimo mentiroso pero no vengo aquí para hablar de tus malos actos interpretativos ni de lo que le hiciste o no a mi novio.

-Tu novio- murmuró- nunca pensé que Lucas te escogería.

-Yo tampoco.

-Pensé que estaba detrás de la animadora pequeñaja, como son iguales... pegan, pero no te digo algo que no supieras ya.

-Sí, ya lo sabía.

-¿Qué viste en Lucas?

-¿Cómo?

-Antes de entrar a la preparatoria tú, Lucas y la morenita estaban es un triángulo amoroso o eso dice el periódico ¿qué le viste para enamorarte precisamente de él? ¿Por qué no de otro?

-No lo sé, no puedes controlar de quien te enamoras, un día no sientes nada y al siguiente ¡pum! Aparece el amor.

-Pero el amor no es cosa de un día.

-No, poco a poco me fui enamorando, todo gracias a su manera de actuar de anteponerme, de no molestarle mis apodos- se encogió de hombros- y cuando me di cuenta ya me tenía conquistada.

-Yo no le veo nada especial- dijo con rencor.

-¿Puedo hablar del tema al que he venido a hablar?

-Por supuesto- sonrió- sabía que tarde o temprano pasaría.

-¿En serio?

-Ajá, sólo era cuestión de tiempo de que te cansaras del niño perfecto, pero no pensé que sería tan rápido.

-¡Espera un segundo! No me he cansado de Ranger Rick.

-Lo harás.

-No me creo la explicación de cómo te hiciste la herida.

-Yo tampoco me creo que estés enamorado de Lucas.

-Tengo otra teoría.

-Ilumíname pues.

-Ese día te habías quedado como tantos otros entrenando y de repente ves a una chica, enseguida la identificaste como una de las animadoras, parecía decaída y fuiste a inspeccionar y pensaste oye es pequeña ¿por qué no me aprovecho de ella?- la cara del chico no tenía precio y Maya sonrió- e hiciste tu movimiento lo que no pensaste fue que ella era más fuerte de lo que aparentaba y te pegó con una piedra y por eso tienes esa cicatriz.

-No sé de que hablas.

-Sigues sin saber mentir.

-Ella te lo contó- gruñó.

-Es mi mejor amiga deberías haber pensado en ese detalle, pero no lo hizo, no me dio un nombre pero fue rápido saber quien había sido el responsable.

-Sabes tú teoría está bien- dijo el chico levantándose- pero hay algo que no sabes.

-¿El qué?

-No lo hice porque fuera débil.

-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué parecía inocente? ¿Por qué era guapa?

-Nada de eso.

-¡Dilo!

-La vi y parecía tan deprimida, primero quería consolarla pero cuando me acerqué supe quien era pero no la identifiqué como una animadora lo hice como la otra parte del triángulo amoroso.

-¿Qué tiene que ver el triángulo con esto?

-Todo Maya, ella siempre estaba tan contenta pero en ese momento estaba tan deprimida... enseguida llegué a la conclusión que Lucas había elegido y que tú eras la elegida, eso me enfadó mucho, y ataqué a la morena, sino podía tenerte a ti la tendría a ella pero la muy condenada me golpeó con una piedra y se fue, no me dio tiempo a reaccionar ¡ni si quiera pensé que era tu mejor amiga!

-Estás enamorado de mí- dijo Maya.

-Desde el primer día... fue un flechazo.

-Pero ya venía con mis problemas amorosos.

-Sí, por eso estaba a favor de la pareja que hacían la morena y Lucas, siempre estaba diciéndole lo buena pareja que hacían pero... pronto vi como se acercaba a ti.

-¡Atacaste a mi mejor amiga por qué me querías!- Maya prácticamente gritó- ¡Eres...!

-Soy un chico que está enamorado.

Maya lo miró furiosa, no recordaba un momento en el cual hubiera estado tan enfadada bueno en realidad sí, cuando una chica en primero se había estado metiendo con Riley y ella la había colgado del árbol de la escuela.

-No ¡eres un imbécil!- le espetó- había venido aquí con la intención de matarte entre terrible sufrimiento, de torturarte hasta que suplicaras clemencia, pero no lo voy a hacer.

-¿Por qué te has dado cuenta que me quieres?- preguntó esperanzado.

-No, porque me he dado cuenta de que simplemente es dolor físico, eso se pasa, pero en cambio si lo cuento todos te verán como el que casi violó a una chica, te harán el vacío no volverás a tener amigos y eso es mucho peor que la tortura.

-¡No Maya! ¡No puedes hacerme esto!

-Lo haré porque NADIE se mete con mi mejor amiga.

Maya caminó hacia dirección, al final no había obtenido lo que había ido a buscar pero se llevaba algo mejor, la sensación de que le estaba arruinando la vida a ese mal nacido.

Pero no pudo salir porque sintió la mano de alguien sobre su boca.

-Lo siento Maya no puedo dejar que hagas esto- le besó la mejilla- siento que tú y yo vamos a divertirnos.

Un sudor frío le recorrió el cuerpo, estaba perdida.

O eso pensaba mientras el chico la llevaba a los vestuarios, lo que ninguno sabía era que un chico había tardado más de lo normal en ducharse y había presenciado la escena desde lo lejos.