Capítulo 1: La mansión Santos

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Hace más de doscientos años cuando el pueblo Everhill comenzó a tener habitantes la mitad ya era propiedad de una familia que comenzaba a atraer la atención de los nuevos y de los que solo pasaban por el pueblo. A esta familia se le atribuían extrañas costumbres por las personas del pueblo, jamás salían de la mansión, no tenían amistades y había testimonios de personas que juraban haberlos visto hablar solos, como si mantuvieran conversaciones serias con personas, pero los demás nunca veían a nadie.

En la actualidad después de tantos años y cambios en el pueblo, de nuevas personas y un mayor número de habitantes aún hay sospechas, rumores y curiosidad por la mansión y la familia que la habita. Esto se recuerda en la escuela cada aniversario del pueblo.

Era el aniversario número doscientos veinticinco y el tema principal en la escuela, en cada clase se trataba el aniversario de alguna manera y así se había llegado a la última clase del día donde toda la atención de los alumnos estaba en la maestra que escribía en el pizarrón: LA MANSIÓN SANTOS.

-la mansión Santos-comenzó a explicar la maestra-fue la primera casa en construirse en este pueblo hace más de doscientos años, el fundador fue William Santos quien vivió allí con toda su familia; su esposa Katherine y sus dos hijos, Miguel y María Santos. La familia eran dueños de la mitad del pueblo. William hizo la mansión para su familia y la futura familia de ellos y así sucesivamente para que el apellido continuara. La mansión se caracteriza por tener su propio cementerio y lo que la hace aún más famosa es que se dice que es el hogar tanto de vivos como de fantasmas.

Una alumna levantó la mano y preguntó:

-¿Qué sucedió con la primera familia?

-los hechos de lo ocurrido no son exactos pero lo poco que se sabe es que William Santos fue envenenado junto con su esposa, María se suicidó a los diecisiete años, Miguel murió a los veinticinco, se desconoce la causa pero fue el único que tuvo hijos. Al final la familia Santos creció y los hijos tuvieron hijos, y ellos tuvieron más hijos. El deseo de William se cumplió y el apellido Santos se ha mantenido hasta el día de hoy. Y Tenemos la enorme suerte de que una Santos está en esta clase.

Todos voltearon a ver al fondo del salón, donde estaba una chica, vestía completamente de negro, tenía ojos azules y cabello lacio y oscuro. Se puede ver en ella que algo la hace diferente a todos los demás, no es sociable con sus compañeros, jamás habla delante de nadie si puede evitarlo, llega a tiempo a sus clases y se va lo antes posible.

-Yera Santos-dijo la maestra refiriéndose a la chica, aunque toda la clase ya la conocía-¿Quieres compartirnos algo de lo que sucede adentro de la mansión?

-si-respondió Yera-la mansión es el hogar de mi familia y el mío, es tan normal como el de cualquier otra familia unida y no hay fantasmas, y puedo asegurar que los fantasmas no existen.

La clase se quedó en completo silencio, todos esperaban alguna historia de fantasmas o la simple afirmación de que en algún momento la chica Santos hubiera sido testigo de algo que se pudiera describir como terrorífico. Pero ante lo que había dicho no sabían si mirarla a ella o a la maestra.

-gracias Yera-dijo al fin, parecía haberse arrepentido de incluir a Yera en la historia.

Al terminar la clase Yera no encontró a Bastian, su mejor amigo desde hace tres años, él era compañero de su hermano mayor cuando ambos estudiaban, ella y el chico hicieron una amistad el mismo día que se conocieron, y desde que él termino la escuela va todos los días por la chica a la salida para ir juntos a la mansión donde se queda hasta la noche. Bastian no apareció y como eso era algo que nunca pasaba Yera decidió esperarlo, pasó casi una hora cuando decidió irse a la mansión. Se sintió extraña mientras se dirigía, estaba tan acostumbrada a la compañía de su amigo que de verdad notaba silenciosa su ausencia. Llegó a la mansión Santos e iba entrando por los enormes portones de hierro que tienen escrito; LA MANSIÓN SANTOS, cuando se alarmó al ver a Izan barriendo las hojas secas que siempre cubren el suelo a causa de los árboles.

La mansión SantosWhere stories live. Discover now